----------Narra Beth--------
Creí que sería divertido tener a Tom como
mi “instructor”, conociéndolo, ya estaba preparándome para algo así como una
clase de karate, sobre todo después de que hiciéramos ejercicios de
calentamiento, por supuesto que él no los necesitaba pero los hizo conmigo...
yo quería dar patadas a diestra y siniestra como veía que se preparaban los
demás, pero no, todo lo contrario... no era gracioso sentir las piernas
adoloridas, bueno si es que podía sentirlas, porque después de correr más de 20
vueltas al enorme jardín de la casa Kaulitz, llegué al punto de no sentir nada
de la cintura para abajo... eso sin contar con el helado viento que hacía que
me ardiera no solo la nariz sino también toda la cara, el roce del aire era
como mil agujas clavándose en la piel
-Oye... exactamente como ¿Para qué me
sirve correr tanto? digo, no es como que los demás se la pasen corriendo todo
el tiempo... -dije al tercer día de pasar gran parte de la tarde y noche
“entrenando”, gracias a que Mila había convencido a Arthur para que me dejara
quedarme durante toda una semana en su casa, argumentando que su papá y sus
hermanos saldrían de viaje, por supuesto la mentira fue corroborada por Simone,
solo entonces mi papá aceptó
Tom me miró fijamente, aparentaba estar
serio pero los ojos le chispeaban a causa de la diversión -Imagina que vas por
una calle solitaria y un vampiro ya te escogió como su almuerzo, te toma
desprevenida e intenta acorralarte... ¿Qué harías?
Después de pensarlo unos segundos le respondí
-Intentaría distraerlo para estacarlo y luego lo mataría- Bill me había dicho
que solo había dos formas de matar a un vampiro (bueno en realidad una, ya que
la otra solo era cosa de hombres lobo), podías estacarlo, pero tenía que ser
justo en el corazón y eso no significaba que ya estaba muerto, solo lo dejaría
“inconsciente”, lo que te permitiría poder prenderle fuego, así que básicamente
el fuego era lo único que podía acabar con un vampiro... conocía bien la teoría
Tom alzó las cejas y contuvo la risa
-¿Tienes una estaca? ¿Y sabes donde estacarlo?
-Bill dice que se puede usar cualquier
cosa... tal vez un palo...
-Ok, tienes un arma, pero ¿Serías capaz de
poder utilizarla teniendo en cuenta que podría ser 15 o 20 cm mayor que tú y
100 veces más fuerte? apuesto a que te daría un ataque de pánico -dijo
sonriendo burlonamente
-mmm... ok no- respondí mientras lo
fulminaba con la mirada, los recuerdos de esa tarde en el claro donde cuatro
vampiros hicieron que me paralizara de miedo pasaron súbitamente frente a mis
ojos- Entonces ¿Qué otra cosa puedo hacer?
-Correr- puse los ojos en blanco y le di
un puñetazo en el brazo pero no logré moverlo ni medio milímetro, en cambio yo
sentí que mis dedos tronaron... bueno tal vez tenía razón, lo mejor que podía hacer
era estar en forma para correr... y estaba pensando muy seriamente en seguir su
consejo, probablemente sería buena idea atravesar corriendo el claro delante de
Inna y los demás vampiros, quizá conseguiría robar su atención y hacer que me
siguieran a algún lugar totalmente alejado y poner a salvo a mis amigos... para
ser sincera me sentía bastante satisfecha con mi tiempo, no pensaba que podría
tener tan buena condición, digo, teniendo en cuenta que no acostumbraba hacer
mucho deporte que digamos, pero las últimas semanas sí que me habían puesto en
forma.
Una noche, estaba en la cocina con mi
suegra, yo tomaba una taza de leche caliente cuando Bill llegó y se sentó junto
a nosotras, parecía que quería decirme algo que le preocupaba, Simone se retiró
para dejarnos hablar a solas.
Bill me dijo que Mila había tenido nuevas
visiones del enfrentamiento con otros vampiros, al parecer los Kaulitz
recibirían la ayuda de una vampiresa que les era desconocida, hasta esta tarde
cuando apareció en el claro y se presentó, Bill dijo que su nombre era Jehanne
Chaucer y estaba dispuesta a unirse a ellos para acabar con los otros vampiros,
al parecer había llegado a Greifswald intrigada por el número elevado de
desapariciones de excursionistas en las últimas semanas, según le dijo a Jörg,
había hablado con algunos de los vampiros atacantes para convencerlos de que se
fueran y dejaran de causar tantos estragos en la ciudad, ya que lo único que
provocarían sería llamar la atención de los Brujos, pero al parecer no había
tenido éxito...
Bueno, todo esto no me sonaba tan mal,
cualquier tipo de ayuda para mis amigos me parecía perfecta... el único
“inconveniente” era que la chica no era un vampiro como los Kaulitz, sino que
se alimentaba de sangre humana y Bill no quería ponerme en un peligro mayor al
aceptar que Jehanne permaneciera cerca de nosotros... yo traté de convencerlo
de que no se preocupara, yo me mantendría lo más alejada de ella si eso lo
tranquilizaba.
Las visiones de Mila eran ya bastante
claras, ella veía que el día del ataque caería una tormenta de nieve y para
como se veía el cielo todo parecía indicar que sería mañana, perfecto, Inna no
podía haber escogido mejor fecha, justo el día en que cumplía 18... todos los
demás parecían bastante excitados por la emoción del enfrentamiento, al parecer
se sentían ya lo suficientemente preparados y aunque estaban casi seguros de
que los vampiros de Inna los superarían en número, confiaban en que con la
ayuda de la manada sería suficiente... en el fondo podía notar una emoción
extraña en los ojos de Bill, no sabría decir si se trataba de preocupación o de
algo más, pero él no parecía darle mucha importancia, decidí no preguntar, si
fuera algo malo seguramente Bill me lo diría ¿No?
En el claro había contado que eran 12 en
total, entre Lobos y Vampiros, por lo visto había un nuevo miembro en la
manada, pero no podía saber de quién se trataba ya que todo el tiempo habían
permanecido en su forma lobuna (según Bill era porque no confiaban 100% en
ningún vampiro), el nuevo lobo era visiblemente menos corpulento que los demás
y su pelaje era marrón oscuro, en la noche parecía casi negro, hace unas
semanas creí que era Gustav, pero su cumpleaños apenas había sido esta semana y
ellos solo se transformaban hasta después de cumplir los 18... bueno, ya lo
averiguaría después...
--------Narra Bill-------
Aunque pasábamos gran parte del tiempo
preparándonos, trataba de pasar el mayor rato posible cuidando de Beth...
realmente había muchas cosas que hacer, practicar como utilizar una estaca,
parece fácil pero no lo es, al parecer la naturaleza protegió muy bien el
corazón y es bastante complicado llegar hasta él, aún en un no muerto como
nosotros, hay que conocer su ubicación exacta y aplicar una determinada fuerza
para traspasarlo con un arma... además debíamos aprender a sincronizar nuestros
movimientos con los de los lobos y éstos tenían que habituarse a nuestro olor,
en especial al de Jehanne.
Después de todo ya no me desagradaba tanto
la chica recién llegada, era alta y de cabello rubio, sus facciones eran
bastante dulces y me recordaban las de una niña, ella nos había contado un poco
de su historia, era mucho más antigua que mi familia, había nacido en Francia
en 1854, nos dijo que durante la guerra Francoprusiana de 1870, su pueblo natal
había sido invadido por soldados alemanes, al cabo de varios meses el número de
víctimas era muy grande y como casi siempre sucede, un gran número de vampiros
se instaló en las cercanías del lugar atraídos por la libertad y facilidad que
todo el caos les proporcionaba para alimentarse, sin que el numero de muertes
levantara sospechas entre los humanos, un vampiro la había utilizado para
alimentarse varias veces hasta que decidió transformarla en 1871...
Esto no era nada nuevo para mí, yo mismo
había sido testigo de lo atractivo que resulta para los vampiros los países en
conflicto o en guerra, ya que mi familia y yo habíamos sido víctimas de un
ataque similar en 1918, a finales de la Primera Guerra Mundial, cuando varios
vampiros irrumpieron en nuestra casa en Leipzig a mitad de la noche, mordiendo
a toda la familia: a mis padres, mi hermano, mis dos primos que habían quedado
huérfanos durante la guerra y a mí, dejándonos inconscientes a todos y
transformando a mi papá en un Vampiro, fue él, quien al darse cuenta de la gravedad
en la que estaba su familia y ver que al pasar de los días nos encontrábamos al
borde de la muerte, tomó la decisión de transformarnos a todos... bueno, en
vista de que Jehanne tenía mayor conocimiento que nosotros, nos enseñó varias
tácticas de combate que había aprendido a lo largo de 137 años.
Jehanne había hablado con algunos de los
otros vampiros para convencerlos de que se alejaran de Greifswald, les recordó
que no era buena idea llamar la atención de los Brujos, pero dijeron que justamente
querían acabar con una “aliada” de los Brujos, seguramente se referían a Beth,
Inna debía de haberles hablado acerca del anillo con magia.
Al cabo de varios días Jehanne y Andreas
hicieron muy buena amistad, bueno en realidad creo que había más que solo eso
entre ellos, al grado de que Jehanne tomara una importante decisión, había
hablado con mi padre por que quería quedarse con nosotros y le pidió su ayuda
para tratar de adaptarse a nuestro modo de vida ¡Nunca me lo hubiera imaginado!
en sus pensamientos veía que realmente estaba decidida, desde que había llegado
aquí le había llamado mucho la atención nuestra forma de vida y ella estaba
bastante harta de sentir que no pertenecía a ningún lugar, andando de aquí para
allá... así es como muchos de nuestra especie llega a sentirse con el paso de
los años... por supuesto que mi papá estuvo de acuerdo y mi mamá no tardó mucho
en empezar a tomarle cariño y verla ya, como parte de la familia... bueno, al
parecer en muy poco tiempo al clan Kaulitz se le unirían dos nuevas
integrantes...
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Sorry U.U el capitulo anterior se fue sin imagenes jeje! *w*
1 comentario:
ayyyy que nervios la batalla ansio saber que va a pasar un beso
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