RESUMEN


¿Qué harías si todo tu mundo cambiara derepente? ¿Si todo lo que pensabas imposible fuera real? Si la persona que más amas estuviera a punto de matarte... y guardara un secreto que podría cambiar tu vida...


CATEGORIA: hetero.

GÉNERO: romance, vampiros

PERSONAJES: Tokio Hotel

CLASIFICACIÓN: +15

TERMINADA: no

17 dic 2011

CAPÍTULO 47:

----------Narra Beth---------



Al principio me sentía nerviosa, aunque obviamente muy emocionada, llevaba meses deseando y soñando con esto, necesitándolo... así que respiré profundo, dejándome llevar por las sensaciones que las caricias llenas de amor de Bill provocaban en mi cuerpo...



Cerré los ojos mientras Bill me recostaba sobre las almohadas y cubría mi cuerpo con el suyo... mis manos tiraron de su camiseta mientras sus dedos se deslizaban por el borde de mi blusa hasta llegar al broche de mi sostén, agradecí mentalmente el haberme tomado mi tiempo para escoger mi ropa, así al menos llevaba puesto el coordinado de encaje rosa y no los de algodón que casi siempre suelo usar...  



-Te amo- Bill susurró cerca de mi oído mientras desabrochaba mi sostén...



-Quiero ser solo tuya- dije mientras acariciaba su piel fría, pero que en estos momentos juro que parecía estar tibia...



Todos sus movimientos eran perfectos, tan llenos de elegancia que temí ser un poco torpe a su lado, la pizca de nerviosismo que al principio demostró se había esfumando en unos cuantos minutos, en cambio mis nervios seguían sin querer abandonarme, aunque cuando sus ojos buscaron los míos sentí que eran unos imanes que se tornaban cada vez más oscuros y me atraían irremediablemente, hasta que me perdí por completo en ellos... dejando que Bill terminara de quitarnos lo poco que quedaba de nuestra ropa...



Una serie de sensaciones completamente extrañas y desconocidas hasta ese momento para mí, recorrían todo mi cuerpo, era una especie de escalofríos combinado con un ligero hormigueo en el interior de mis muslos y el calor seguía subiendo, tan agradable, mientras Bill recorría con sus labios mi cuello, mi espalda... depositando suaves besos en cada centímetro de mi piel... bajó sus manos, deslizándolas, rozando con su lengua mis pechos, deteniéndose, envolviendo mi cintura para después bajar hasta mis muslos, jalándolos hacia él, de modo que se envolvieron alrededor de su cuerpo...



No podía controlar mis gemidos cada vez que sentía la lengua de Bill recorriendo mi cuerpo... cada vez que me embestía suave, lenta y apasionadamente y después más rápido y profundo... sentí que estaba a punto de llorar, pero no era de tristeza, ni dolor, no nada de eso, al contrario me sentía tan feliz... de una manera que ni siquiera sabía que era posible... totalmente inundada en el amor de Bill, que pensé que después de esto ya no me importaba si moría mañana... esto era como estar en el cielo...









----------Narra Bill---------



Mientras tomaba el rostro de Beth entre mis manos, en mis pensamientos me estaba debatiendo, no sabía si dejarme llevar por todas las emociones que me embargaban en ese momento... ¿Esto era correcto? ¿Podría hacerlo? ¿Sería capaz de mantener el suficiente control para no hacerle daño? Las cosas eran un poco complicadas, ya que yo era tan “nuevo” en esto como Beth... decidí que ya no había tiempo para buscar respuestas... ya habíamos llegado a un punto sin retorno... y no pensaba echarme para atrás, mi cuerpo y mis instintos me pedían a gritos que siguiera adelante, que no me detuviera... y eso hice... además me di cuenta, por cómo reaccionaba Beth a mis caricias, que ella lo deseaba tanto como yo



Era tan placentero estar rodeado por el calor de Beth, enredarme entre sus brazos, mientras mis manos volaban alrededor de su suave y hermoso cuerpo que ni siquiera sabría como describirlo... lo único que sabía era que Tom tenía razón, tenía que experimentarlo por mí mismo... solo que, aún seguía convencido de que esperar había sido lo mejor que podría haber hecho... esperar a que llegara a mi vida la mujer indicada, la única a la que amaría por toda la eternidad... después de esto ya no me importaba ni me aterraba la idea de que carecía de alma y que nunca conocería la paz... hacer el amor con Beth era como estar en la misma gloria, sentía que estaba tocando el cielo con mis propias manos...



En mi mente grabé cada segundo, cada centímetro de su piel, quería que su exquisito aroma se impregnara en mi piel y así llevarlo en mi memoria para siempre... el dulce sabor de su cuerpo, de sus labios...



Trataba de ser cuidadoso, de no lastimarla... aunque por momentos me era imposible no perder el control... cuando escuchaba sus suaves y sensuales gemidos, cada vez que mi lengua recorría sus pechos... su intimidad... y es que en verdad que su sabor era adictivo... tan adictivo como el sabor de su sangre... ¡no! no debía pensar en eso o perdería el control por completo, el poco que me quedaba... me concentré en sus movimientos acompasados con los míos, en cómo su cuerpo, perlado en sudor, apretaba al mío, en la forma en como se arqueaba su cuerpo cada vez que la penetraba excitándome cada vez más... cada que eso pasaba respiraba profundo tratando de controlarme... quería que este momento durara para siempre... pero aún para un vampiro eso es imposible... así que en medio de gemidos descontrolados por parte de los dos, llegamos al final, tan fundidos completamente el uno en el otro que no podría decir donde empezaba ella y terminaba yo...  







----------Narra Beth----------



Descansé mi cabeza sobre el pecho de Bill mientras disfrutaba de la agradable sensación de su piel fría calmando el calor de mi piel, mientras él besaba y acariciaba mi cabello y me susurraba al oído cuanto me amaba...



Permanecimos así un rato más, los dos en su cama... yo sabía que podría estar así con él durante toda la eternidad, pero lamentablemente, por ahora tendríamos que irnos, yo tenía que regresar a casa, antes de que mi papá irrumpiera en la habitación de Bill con todo y patrulla.



Descubrimos  que vestirse no es tan fácil cuando no puedes dejar de besar y acariciar a otra persona... pero finalmente, después de varios intentos lo conseguimos... pero fue todavía más complicado despedirnos en la puerta de mi casa... después de que Bill me hiciera el amor, ya no podía soportar la idea de tener que separarme de él ni un segundo, creo que si por mi fuera me iría a vivir con él en este momento, pero sabía que era una locura... solo era cuestión de esperar un poco, unas cuantas semanas más para que las clases terminaran y nosotros nos podríamos ir juntos a donde fuera... un lugar en donde podríamos hacer el amor todo el tiempo sin que nadie pusiera el grito en el cielo (como Arthur por ejemplo) esa idea era tan tentadora que solo conseguí que me causara más tristeza tener que darle un beso de despedida a mi novio y darme la vuelta para entrar a mi casa... pero bueno, me recordé a mi misma que en unas cuantas semanas, no solo estaría al lado del amor de mi vida, sino que también sería como él, sería un Vampiro y ya nada nos podría separar... o ¿No?...





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Danke por leer!!! :D


CAPÍTULO 46:

Hallo!!! estoy de vuelta con nuevo capi,
les dejaré 2 en compensación por la tardanza XD!
espero les gusten!!! :D me costó algo de trabajo hacerlos :3







----------Narra Bill---------





En el momento en que Beth preguntó cómo era posible que un anillo con el símbolo de la Sociedad del Dragón, una antigua hermandad de brujos cazavampiros, hubiera llegado hasta ella, pude ver en los pensamientos de mis hermanos que la única posibilidad era que algún familiar de ella formara parte de la Sociedad, pero casi al mismo tiempo esa idea fue descartada por los demás... excepto por mí...  



Por supuesto, era de lo más extraño pensar que hubiera la posibilidad de que eso fuera cierto ya que habíamos pasado casi un año cerca de ella y la considerábamos siempre como una humana a tal grado que era difícil verla de otra forma... pero yo sí tenía mis dudas, dudas que estaban fundamentadas en las cosas extrañas (sí, extrañas hasta para un vampiro como yo) que habían sucedido el día que Inna había muerto después del enfrentamiento en el claro, cuando tuve la sensación de que Beth había “utilizado” magia para ayudarme a terminar con ella... pero no quise mencionarlo, no se lo había contado a nadie y no pensaba hacerlo en estos momentos, aún así noté la tensión en la biblioteca de papá, por lo que decidí que era hora de llevar a Beth de regreso a su casa...





Durante toda la noche, mientras mi familia estaba de cacería (yo había cazado la semana anterior por lo que aún no lo necesitaba, además en la casa había “suministros” en el fondo de la despensa) estuve dándole vueltas a todo eso... había llegado a la conclusión de que probablemente uno o quizá los dos padres biológicos de Beth fueran brujos... quizá no querían que nadie supiera que Beth tenía poderes y por esa razón la habían dejado en casa de los Wilhem... aunque por otro lado, tampoco podría decir que estaba completamente seguro que los Wilhem fueran humanos, como ya había dicho, no estoy muy familiarizado con todo eso de la magia, ya que por lo regular evitamos a los Brujos y además por nuestra forma de alimentarnos ha sido más fácil mantenernos alejados de cualquier problema con ellos, pero después de haber leído el libro que Andreas había encontrado esta tarde en la biblioteca me enteré de algunas cosas, como por ejemplo que los brujos suelen hacer un hechizo sobre alguna prenda que lleven puesta siempre, como un anillo, un dije, lo que sea, el cual los hace pasar por humanos, o sea que les da las mismas características, como por ejemplo ocultar su olor y reemplazarlo por el de un humano, el color de sus ojos, de modo que aún cuando utilicen magia sus ojos no cambien de color, sí, de eso también me acabo de enterar, que cuando un brujo lanza un hechizo sus pupilas adquieren un destello color púrpura por unos segundos, pero por medio de este hechizo todo esto desaparece, hasta sus pensamientos y recuerdos acerca de lo que son, únicamente en el exterior ya que no es que les haga perder la memoria, sino que funciona como una “fachada”, ayudándolos a pasar desapercibidos para todos los demás seres, así que como verán ya no puedo estar tan seguro de que Arthur o Britta sean humanos...



Pero dándole vueltas, me di cuenta de que quizás sí lo sean porque de lo que realmente estoy seguro es de que ellos no son sus verdaderos padres, no tendría caso que estuvieran mintiéndole sobre eso, más aún cuando yo mismo vi lo preocupados que estaban los días pasados cuando se veía tan deprimida...



A estas alturas estaba seguro que si no fuera vampiro, mi cabeza estaría estallando de dolor, afortunadamente eso nunca sucederá,  y es que seguía pensando en todos los problemas que se nos presentarían a Beth y a mí si los demás se enteraran, y me estaba refiriendo a todos, la manada y los brujos de Greifswalder Bodden, incluso mi familia tal vez pondría el grito en el cielo, porque una cosa era que hubieran apoyado nuestra relación aún cuando Beth fuera humana y otra muy diferente sería que ella fuera una Bruja, sin contar que hasta donde sé las brujas no son inmortales y no conozco una manera que haga posible que eso cambie...



Todo eso comenzaba a aterrarme al punto de decidir que si las cosas se volvían demasiado complicadas para nosotros dos, le pediría a Beth que se fuera conmigo... a donde fuera, lejos de todas las personas que intentaran separarnos por cosas de las cuales no éramos culpables, como el hecho de que ella pudiera haber nacido siendo una bruja y que yo me hubiera convertido en vampiro... suspiré y respiré varias veces, incluso cuando en realidad no necesitaba aire en mis pulmones, solo para lograr calmarme... necesitaba pensar las cosas con la “cabeza fría” (me reí en mi interior de la ironía de esas palabras)... pero la único conclusión a la que pude llegar era: que haría lo que fuera para evitar que alguien o algo se interpusiera entre la mujer que más amaba, la única que era capaz de hacerme sentir vivo otra vez y yo... 






 

En cuanto me di cuenta que ya había amanecido no pude resistir la tentación de llamar a Beth, así que le pedí que saliéramos, fuimos a desayunar, después dimos una vuelta por el centro comercial y luego nos dirigimos hacia mi casa, podíamos aprovechar que mi familia no estaba, yo le había dicho a Beth que yo los había acompañado pero que había decidido regresar antes, ya que no me atreví a contarle el verdadero motivo por el que permanecí en casa toda la noche, aterrado con la idea de que intentaran separarnos.






 

Mientras dábamos un paseo por la orilla del río Rick, ella me habló acerca de lo que pensaba podría ser la manera en cómo había llegado el anillo hasta ella, pensaba que alguien de la familia de sus padres biológicos podrían haber pertenecido a la Sociedad del Dragón, pero no que fueran brujos, sino humanos que estuvieran relacionados con la Sociedad, yo sabía que eso no era lo más común, pero viendo la angustia que se reflejaba en sus ojos y sintiendo como de nuevo una oleada de pánico se apoderaba de mí, decidí dejar el tema... sentía una urgencia por tenerla cerca, de no dejar que se fuera, no permitir que nada la alejara de mí, necesitaba estar con ella, respirar su olor y de esa forma tratar de organizar mis pensamientos... verla en medio de mi habitación, sentada a la orilla de mi cama fue más de lo que podría resistir, me había prometido a mí mismo que no dejaría que las cosas llegaran a este punto, pero no pude hacer nada, mi autocontrol se venía cada vez más abajo mientras contemplaba sus hermosos ojos color chocolate, su pálida piel, mientras sentía sus tiernos labios sobre los míos... el calor que desprendía su cuerpo y me llenaba completamente...



Nos besamos mientras le susurraba al oído lo mucho que la amaba, ella era lo más valioso que tenía, lo que me ayudaba a seguir adelante en medio de todo el vacío y soledad en que se había convertido mi existencia, pero con ella a mi lado... aunque solo fueran unos años, los años en los que ella viviera, yo estaría completo y feliz... lo que pasara después ya no era importante...



Intenté dejar atrás todos mis temores... la amaba tanto que estaba seguro que esta vez no pondría en riesgo su vida, sabía que no la mordería porque, aunque tal vez, aún en el fondo siguiera deseando con todas mis fuerzas volver a beber su dulce y deliciosa sangre, en realidad lo que más deseaba era tenerla conmigo, viva, respirando a mi lado... ella era mía, solo mía y nada lo podía cambiar...