RESUMEN


¿Qué harías si todo tu mundo cambiara derepente? ¿Si todo lo que pensabas imposible fuera real? Si la persona que más amas estuviera a punto de matarte... y guardara un secreto que podría cambiar tu vida...


CATEGORIA: hetero.

GÉNERO: romance, vampiros

PERSONAJES: Tokio Hotel

CLASIFICACIÓN: +15

TERMINADA: no

20 ago 2011

Capítulo 23:

--------Narra Bill-------




Al día siguiente fui a ver a Beth, pasaríamos juntos el día en mi casa como cada sábado, hoy la ayudaría a prepararse para los exámenes finales que eran la próxima semana. Cuando bajé de mi auto esperaba encontrarme con sus pensamientos, pero nada de eso pasó, de nuevo había un completo silencio por su parte, toqué el timbre y después de besarnos me invitó a pasar, nos sentamos en la sala, yo la miré con un poco de frustración, me hubiera gustado saber lo que pensaba


-Lo siento- dijo encogiéndose de hombros –No sé, dirás que estoy loca... pero me sentía extraña sin el anillo, como... vulnerable


-Está bien, no importa- le sonreí y le acaricié la mejilla mientras se acurrucaba entre mis brazos, no me importaba, solo quería que ella se sintiera bien -¿Hablaste con Arthur?


-Sí, pero dice que no sabe de quién es- suspiró –La verdad me dio la impresión de que le incomodó mi pregunta, no sé, como si no quisiera tocar el tema, pero me pareció sincero cuando dijo que no sabia de donde había salido el anillo


-Bueno, tal vez tu mamá sí lo sepa, quizás ella te lo puso cuando se mudaron a Baden


-Sí, es cierto. Creo que sería buena idea aprovechar las vacaciones para visitar a mi mamá, aunque- dijo bajando la mirada –no creo que Arthur quiera...


-¿Qué no quiera que veas a tu mamá?


-No- dudó pero finalmente lo dijo –mmm... no creo que pueda pagar mi boleto de avión


-Sabes que ese no es un problema, yo puedo...


-No, no por favor, sabes que no puedo...- dijo incorporándose


-Bueno, entonces acéptalo como mi regalo de fin de cursos- le interrumpí -y... por el mes que cumplimos- le puse una cara de súplica a la que sabía que no se podía negar y ella me sonrió


-Está bien


-¿Y cuando nos vamos?- le pregunté


-¿Tu irás conmigo?- dijo abriendo la boca


-Bueno, si tú quieres claro


-¡Claro que sí!... solo que no puedo decirle a papá que iremos juntos hasta Francia, no me dejaría, no le digas nada ¿Ok?


-Ok, como quieras


El resto de la tarde la pasamos en mi casa. Llevé a Beth a la habitación donde están nuestros instrumentos, me senté y ella junto a mí, comencé a tocar y cantarle una canción que había compuesto para ella:


(Dar play)




Ich halt mich wach
für dich
Wir schaffens nicht beide
Du weißt es nicht
Ich geb mich jetzt für dich auf
Mein letzter Wille hilft dir raus
bevor das Meer unter mir zerbricht
Ich glaub an dich



(Me mantengo despierto
Por ti
No podemos lograrlo los dos
Tú no lo sabes
Ahora me rindo por ti
Mi última voluntad te ayudará a salir
Antes de que el mar se parta debajo de mí
Yo creo en ti)






Du wirst für mich immer heilig sein
Ich sterb für unsere Unsterblichkeit
Meine Hand von Anfang an
über dir
Ich glaub an dich
Du wirst für mich immer heilig sein



(Tu siempre serás sagrada para mi
Muero por nuestra inmortalidad
Mi mano está desde el principio
sobre tí
Creo en ti
Tu siempre serás sagrada para mi)






Du brichst die Kälte
wenn du sprichst
Mit jedem Hauch von dir erlöst du mich
Wir sehen uns wieder irgendwann
Atme weiter wenn du kannst
Auch wenn das Meer unter dir zerbricht
Ich glaub an dich



(Rompes el frío
cuando hablas
a cada respiración tuya
me salvas
Nos volveremos a ver algún día
Sigue respirando mientras puedas
Incluso cuando el mar se rompa debajo de ti
Yo creo en ti)






Du wirst für mich immer heilig sein
Ich sterb für unsere Unsterblichkeit
Meine Hand von Anfang an
über dir
Ich glaub an dich
Du wirst für mich immer heilig sein
Heilig sein
heilig sein
heilig sein
heilig sein


(Tu siempre serás sagrada para mi
Muero por nuestra inmortalidad
Mi mano está desde el principio
sobre ti
Creo en ti
Tu siempre serás sagrada para mi
Serás sagrada
Serás sagrada
Serás sagrada
Serás sagrada)






Ich schau durchs Meer
und seh dein Licht
über mir
Ich sinke
ich sinke
weg von dir
Schau mir nicht mehr hinterher
Glaub an dich
Ich glaub an dich


(Miro a través del mar y veo tu luz sobre mí
Me hundo
Me hundo
Lejos de ti
Después no me mires
Creo en ti
Yo creo en ti)






Du wirst für mich immer heilig sein
Ich sterb für unsere Unsterblichkeit
Meine Hand von Anfang an
über dir
Ich glaub an dich
Du wirst für mich immer heilig sein
Du wirst für mich immer heilig sein


(Tu siempre serás sagrada para mi
Muero por nuestra inmortalidad
Mi mano está desde el principio
sobre tí
En algún momento el mar te traerá a mí
Creo en ti
Tú siempre serás sagrada para mí
Tú siempre serás sagrada para mí)


Cuando dejé de tocar varias lágrimas bajaban por sus mejillas, yo las sequé con mis labios, la rodeé con mis brazos y permanecimos así por un buen rato, escuchando solamente nuestras respiraciones. Realmente Beth era lo más sagrado para mí.




Por la tarde mis hermanos se unieron a nuestro “círculo de estudio”. Me sentía tan bien de saber que ellos la habían aceptado, sobre todo Tom, siempre hemos sido muy unidos y me hubiera sentido realmente triste si Beth y Tom no congeniaran.











------Narra Beth-------



Tenía una sensación muy extraña cuando me quité el anillo, así que cuando ya estaba en mi cama lo tomé de la mesita y me lo volví a poner, al otro día desperté muy temprano, eso era algo que detestaba ¿Por qué me costaba tanto trabajo levantarme temprano para ir a la escuela? y los fines de semana me despertaba casi antes de que amaneciera, humg, ni hablar aprovecharía el tiempo para limpiar un poco la casa y preparar el desayuno.


-Papá ¿Tu sabes por qué tengo esto?- dije señalando mi anillo, mientras estábamos sentados a la mesa desayunando


-No- dijo secamente


-¿Era tuyo o de mamá?- esperé su respuesta pero no llegó -¿Era tuyo o de mamá? ¿Por qué tiene un dragón grabado al reverso?- insistí


-No, de verdad Beth, no sé de quien es- dijo algo incómodo -¿Por qué tanto interés?


-Por nada... solo curiosidad, siempre ha estado conmigo y quería saber de quien era- mentí, no podía decirle “Lo que pasa es tengo curiosidad por saber qué es, ya que cuando me lo quito, mi novio vampiro puede escuchar mis pensamientos” no quería ser la responsable de provocarle un infarto.


Después llegó Bill, venía por mí para ayudarme a estudiar, iríamos a su casa. Le dije que mi papá no sabía nada del anillo y me propuso que hiciéramos un viaje juntos a París para ver a mi mamá aprovechando las vacaciones y de paso preguntarle a ella, al principio me negué no podía aceptar que me diera un regalo tan costoso, pero me convenció con su hermosa sonrisa y cuando me dijo que iríamos juntos, claro eso no se lo pienso decir a Arthur o me encerrará para que no me vaya.


El tiempo se me fue rapidísimo, era tan divertido estar con ellos. Pero el mejor momento del día había sido cuando Bill me cantó una hermosa canción, su voz suave y cálida parecía envolver cada palabra en una caricia que me llegaba hasta lo más profundo del alma, no pude evitar que algunas lágrimas rodaran de mis ojos, pero él las limpió con sus labios mientras me besaba tiernamente, esto era como estar en el cielo. No quería separarme nunca de él, aún cuando eso significara convertirme en... vampiro.


Bill me trajo de regreso por la noche y después de cenar mi papá y yo vimos un rato la tele y aproveché para mencionarle que quería visitar a mi mamá en vacaciones, tal como me lo esperaba dijo que no podía pagar el boleto, yo le dije que no se preocupara que solo me diera una parte y para el resto ocuparía mis ahorros, claro que el no tenía ni idea de que mis ahorros no alcanzaban ni a cubrir la mitad, pero bueno, al final aceptó. Me levanté del sillón y subí las escaleras mientras le deseaba buenas noches a mi papá.



Caí rendida mientras tarareaba mi canción y después no supe más de mí, hasta que escuché un ruido extraño, un chirrido como de uñas arañando un cristal, estaba todavía dormida, así que parpadeé un poco para tratar de aclarar mi visión y me di cuenta que todavía era de noche, me levanté tambaleándome por el sueño, sentía que los párpados se me cerraban, pensaba que el ruido provenía de mi ventana, tal vez no la había cerrado bien, cuando estuve delante de la ventana, el pánico se apoderó de mí, en el árbol de al lado había una figura oscura balanceándose, di un paso hacia atrás y estaba a punto de gritar cuando escuché una voz conocida


-¡Beth! -me gritó -¡Hey Beth! ¡Abre la ventana!


Con manos temblorosas por el susto intenté abrir la ventana


-¿Qué estás haciendo? ¡Vas a matarte!- le dije cuando noté que Georg colgaba de las ramas del árbol, éstas eran las que arañaban mi ventana


-¡Hazte a un lado!- me dijo mientras seguía balanceándose más como si estuviera tomando impulso para arrojarse sobre mi ventana ¿Estaba loco? ¿Acaso quería suicidarse delante de mí? Pues cuando me di cuenta ya estaba dentro de mi recámara, estaba tan adormilada que no lo vi


-¡Vete! Arthur puede venir...


-Vengo a pedirte perdón... lo siento de verdad, no podía dejar las cosas así...


-Está bien ¿Pero no puede ser mañana?- le interrumpí mientras trataba de mantener los ojos abiertos


-No Beth, tiene que ser ahora... quiero explicarte todo, pero no puedo- dijo llevándose las manos a la cabeza en un acto de desesperación –Mira ¿No has tenido nunca un secreto que no puedas contarle a nadie?- pensé de inmediato en los Kaulitz, pero no respondí


-Estoy en una situación así... pero no quiero que pienses que no quiero contarte, claro que quiero y lo haría si fuera por mí... lo que pasa es que no debo- dijo, parecía enredado en sus propias palabras ¿O tal vez era el sueño que yo tenía? –Bueno, realmente ya lo sabes ¡te lo conté todo!


-¿De qué me hablas?


-¡Yo no te lo puedo decir, pero tú sí puedes adivinarlo!- dijo con una sonrisa


-¿Qué quieres que adivine?- dije confundida


-¡Mi secreto! Puedes hacerlo porque conoces la respuesta ¿Recuerdas qué hicimos el día de tu cumpleaños?





-mmm... fuimos a la playa, dimos un paseo los 4 y... -él parecía ansioso por que continuara –me contaron leyendas de Greifswald para asustarme...


-¡Ésa es la respuesta! ¿Las recuerdas?



-Georg, no puedo entender tus acertijos a media noche...


-Esta bien, es cierto... pero estoy seguro que mañana lo entenderás- me dijo dándome un beso en la mejilla y de pronto salió por la ventana tan rápido como entró, yo me volví a aventar a mi cama ¿Qué se supone que tenía que adivinar? y ¿Qué tenían que ver las leyendas con su comportamiento?




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Danke x leer!!!


13 ago 2011

Capítulo 22:

Hallo!!! aki les va otro cap...
de verdad espero ke les este gustando la historia...
plis dejen sus comment!!!







------Narra Bill------






Beth seguía preocupada por el repentino cambio de Georg, ya había pasado casi un mes y él cada vez se distanciaba más, podía ver en sus pensamientos que le enojaba y le entristecía alejarse de sus amigos, él consideraba a Gustav como un hermano y a Beth... bueno, no es algo que me guste saber pero él estaba enamorado de ella y debo reconocer que era un amor sincero, aunque no tan grande y profundo como el que yo siento por ella, obvio.




Ella y Gustav pensaban que tal vez estaría metido en problemas, últimamente pasaba prácticamente todo el tiempo con Dave, el hermano de Monika, que iba en último grado, creían que tal vez ellos estuvieran metidos en problemas con drogas y eso los preocupaba mucho.




A Georg no le agradaba tener que pasar tanto tiempo con Dave y sus amigos Ernest y Frank, pero no tenía otro remedio, ahora ellos eran la “nueva” manada de Greifswalder Bodden y mientras Gustav no cumpliera la mayoría de edad y no comenzara su transformación, Georg estaba obligado a ocultarle la verdad, así fue como comprobé que Gustav también era un descendiente de los licántropos, hurgando en los pensamientos y recuerdos de Georg, aunque realmente no me gustaba hacerlo pero tenía que saber a que atenerme.




A la hora del receso Beth y yo subimos a nuestro “escondite” como ella le dice, y ahí me contó que pensaba ir a buscar a Georg, estuve a punto de pedirle que no fuera, es más casi quería prohibirle que se le acercara, era por su seguridad claro, pero después me di cuenta que si hacía eso ella iba a querer saber más y yo no podía revelar el secreto de la manada, así que no me quedó de otra más que pedirle que tuviera cuidado y que no presionara a Georg para que hablara, no sé mucho de hombres lobo, pero lo poco que sé es que son bastante inestables, volubles emocionalmente y su temperamento suele ser explosivo, ella asintió y me sonrió.




Durante toda la tarde estuve bastante preocupado, tenía ganas de ir a buscar a Beth, pero no podía acercarme a ese lugar, literalmente sería irme a meter a “la boca del lobo”, así que decidí merodear por la casa de Beth para asegurarme que regresaba sana y salva, me quedé entre los árboles hasta que ella se quedó dormida, parecía cansada y bastante triste, tanto que cayó rendida en la cama sin taparse y dejando la luz prendida, así que no tuve más remedio que entrar por la ventana de su cuarto para cobijarla y apagar la luz, se veía tan dulce en su cama que me dieron ganas de acurrucarme junto a ella y velar su sueño, pero me obligué a marcharme.




Al día siguiente pasé por ella para ir a la escuela y la invité a cenar, hoy cumplíamos 1 mes de novios y quería prepararle una sorpresa, había reservado la terraza del restaurante para nosotros solos. Durante el almuerzo Mila prácticamente le rogó para que le dejara arreglarla para la cena y Beth terminó aceptando, es que en serio ¡hay que tenerle miedo a Mila cuando se le ocurre algo! Ya podía ver en su mente todo lo que tenía planeado para Beth, iban a recorrer varias tiendas.




Pasé la tarde con mis hermanos, hacía un rato que no nos retábamos a una pelea, de vez en cuado era bueno para no olvidar las técnicas de combate, no es que pensáramos enfrentarnos a un ”ejército” de vampiros, pero era bueno mantenerse en forma por si acaso y además era divertido, Tom era tan fuerte que podría hacernos puré a Andreas o a mí, pero Andreas era tan ágil y veloz que parecía escurrírsele de las manos y bueno, pues yo tenía a mi favor que podía conocer los movimientos que ellos harían en el preciso instante en que lo pensaban y podía anticiparme, así que por lo regular nunca había un ganador.










Cuando llegó la hora de ir por Beth, estacioné mi auto frente a su casa y esperé que saliera, cuando lo hizo me quedé impactado, Beth es atractiva aunque sin parecer una modelo, su belleza es un tanto “extraña” y creo que proviene principalmente de sus ojos color chocolate intenso, pero en ese momento hubiera hecho parecer fea a cualquier otra chica que se pusiera junto a ella, la tomé de las manos y le entregué una rosa roja mientras la veía con mis ojos casi saliéndose y mi boca abierta, se veía tan sexy con ese vestido negro que hacía resaltar aún más la palidez de su piel y esa provocativa abertura que llegaba hasta su cadera, sentí que mi respiración se detenía, le abrí la puerta y rodeé el auto para tomar mi lugar mientras me reía para mi mismo al darme cuenta en la mente de Mila que ella había escogido un vestido que cubría el cuello de Beth para que no notara el flujo sanguíneo de sus arterias pero la abertura dejaba al descubierto otra arteria muy importante y con un flujo de sangre igual... o más apetitoso en la entrepierna de Beth.


Pasamos el rato riendo de tonterías entre caricias y besos, Beth estaba muy emocionada, me agradeció por la cena, dijo que nunca le habían dado una sorpresa como esta, así que estaba feliz y yo más, ya que ese era mi propósito, hacerla feliz ¿Qué no haría por ella, amándola como la amo?




Comencé a acariciar su mano y a jugar con el anillo como otras veces




-¿Quién te lo dio?- le dije mirando el anillo




-No lo sé, creo que nací con el- me dijo riéndose, adoraba la forma en como se le curvaban los ojos cuando sonreía


-Quizás... – respondí riendo también -¿Era de tu mamá?




-Tal vez sí, cuando era niña lo traía colgado en una cadenita de plata y en cuanto me quedó en el dedo me lo puse y no me lo quité nunca, ni para bañarme- dijo encogiéndose de hombros y comenzó a girarlo ella también mientras lo iba sacando lentamente de su dedo






-¡Beth!...- jadeé






Ella alzó la vista para verme con el anillo en la palma de su mano, yo tenía la boca abierta, Beth se asustó y pude escuchar “¿Qué pasó?”  en la mente de ella






-No, no te asustes, no pasa nada- le dije, ella frunció el ceño, “no he dicho que esté asustada y... ni siquiera he hablado”  escuché en su mente






-Ya lo sé, lo que pasa es que... puedo escuchar tus pensamientos- le respondí




-¡¿Cómo?!- me dijo abriendo la boca por la sorpresa






-No lo sé, creo que es el anillo...- ella regresó el anillo a su sitio y de nuevo hubo un silencio mental en ella –Ya no puedo escucharte, eso quiere decir que sí es el anillo lo que...




-¿Estás seguro que pudiste leer mi mente?- me interrumpió




-Sí, me tomó por sorpresa pero era tu voz, la reconocería en cualquier parte- dije tomándola de la mano, ella hizo un movimiento y con la otra mano volvió a quitarse el anillo, de nuevo varios pensamientos provenientes de Beth me bombardearon, era una sensación extraña (creo que ya me había resignado a su silencio) pero muy placentera. Observamos el anillo detenidamente, por fuera era completamente liso, era solo un arillo delgado de plata, pero por dentro tenía un grabado muy pequeño, la vista de Beth no podía apreciar ciertos detalles pero mi vista de vampiro sí, así que ella me lo pasó para que yo “descifrara” el grabado, era una especie de dragón o algo así, lanzando fuego por el hocico, Beth dijo que no tenía ni idea de que podría significar eso.






Durante el trayecto en el auto hacia su casa sus pensamientos no cambiaron, casi la mayoría eran de asombro y miedo, además tenía puesta casi toda su atención en el anillo




-No te preocupes vamos a averiguar como funciona este anillo- le dije para calmarla




-Es que... no entiendo... tal vez Arthur sepa de donde salió esto- dijo mirando el anillo en la palma de su mano- Mañana hablaré con él- dijo mientras yo le ofrecía mi mano para salir del auto, yo asentí, Arthur ya nos estaba esperando de pie, detrás de la ventana y en cuanto nos vio abrió la puerta, después de despedirme de él y agradecerle por dejar a Beth que cenara conmigo me marché a mi casa.




Yo también tenía muchas preguntas con respecto al anillo, no podía creer que fuera la causa de la “inmunidad” de Beth hacia ciertos poderes vampíricos ¿Qué otras sorpresas nos traería?






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Espero que nos les parezca aburrido... a mi me lo pareció un poco repetitivo pero bueno...
Kuses!!!

12 ago 2011

Capítulo 21:

-------Narra Beth-------





Cuando papá llegó a la casa nos sentamos a la mesa y le serví la cena, yo solo picaba la comida, no me sentía de ánimos, recordar las palabras y la actitud de Georg dolía demasiado, más de lo que yo me hubiera imaginado, traté de disimular mi tristeza, pero no pude, Arthur se dio cuenta


-Beth ¿Qué pasa?


-Nada... solo estoy... triste- dije suspirando


-¿Te peleaste con Bill?- dijo frunciendo el ceño


-No, más bien... con Georg, ha estado un poco extraño


-¿Extraño? Pero si ustedes son muy amigos


-No te preocupes... –estaba dudando si contarle a papá las dudas que teníamos Gus y yo acerca de las drogas y la conducta de Georg, pero me sentía tan cansada que no pude pronunciar más


-Bueno, seguramente mañana arreglarán las cosas, si quieres vete a descansar... yo recojo los platos- dijo llevándose los platos al lavadero


-OK, hasta mañana papá- dije mientras subía cansadamente las escaleras, me puse mi pijama, fui al baño, a cepillarme los dientes y me tumbé en mi cama sin ni siquiera apagar la lámpara de la mesita ni taparme con la cobija, no era que no tuviera frío pero estaba bastante agotada por estar dándole vueltas a lo que había pasado durante el día, pero cuando desperté me di cuenta que estaba perfectamente abrigada con la cobija y la luz apagada, seguramente había despertado a media noche y lo había hecho medio dormida.



Cuando me levanté decidí que no me iba a deprimir, trataría de buscar la manera de ayudar a Georg, era mi amigo y se lo debía. Tomé mis cosas y me dirigí hacia el Audi que estaba afuera y como siempre Bill al lado regalándome su hermosa sonrisa de comercial de pasta dental.




Con solo verlo hacía que todos mis problemas desaparecieran, era como mi Sol personal que ahuyentaba la oscuridad de mi vida, era mucho más que eso, sinceramente no sabría que hacer si no lo tuviera a mi lado, por suerte eso no pasaría, nos amábamos tanto que nada podría separarnos... ¿O sí? No, solo pensarlo era como si me atravesaran un hierro al rojo vivo en el corazón, sacudí mi cabeza para alejar todos los pensamientos negativos.



Le conté mi breve “charla” con Georg, omitiendo algunos detalles claro, no quería provocar más tensión entre ellos, él me dijo que le diera tiempo para que se calmara y pensara bien las cosas, yo estaba a punto de preguntarle como sabía que Georg se iba a portar un poco agresivo, pero me abstuve cuando recordé que en otras ocasiones al hablarle de Georg me cambiaba drásticamente el tema.



Durante el almuerzo nos sentamos en la mesa de la esquina con sus hermanos, llevábamos ya unas semanas haciéndolo de vez en cuando, me imaginé que así se sentía ser una “chica popular”, dividiéndote en pedazos para estar con todos tus amigos, a veces me sentaba un rato con Gus y Kelly, a veces con los Kaulitz y a veces Bill y yo nos escapábamos a nuestro “escondite” en la bodega.


La verdad era que no me pesaba, al contrario me hubiera sentido mal por alejarme de Kelly y Gus, aunque estaba algo sentida con ella, seguía pensando que ella sabía más sobre el cambio de Georg de lo que nos contaba a Gus y a mí y por otro lado me sentía tan bien al lado de los hermanos de Bill, sobre todo de Mila y Tom, ella era tan dulce que era fácil tomarle cariño, en los últimos días nos habíamos hecho tan amigas que yo misma no lo podía creer, y bueno que decir de Tom siempre riéndose, siempre tenía algo gracioso que decir.




Jamás había tenido facilidad para relacionarme con las personas, siempre pensaba que era un bicho raro porque no podía encajar en ningún lado, pero claro, no podía pensar que eso no fuera cierto tomando en cuenta que con quienes me sentía como en familia era con unos vampiros. En verdad me sentía muy cómoda entre ellos y debo decir que Andreas y su poder no tenían nada que ver.


En una ocasión Bill le pidió a Tom que probara su poder de coacción conmigo, quería saber si él era el único que no podía ejercer su poder en mí, puesto que Mila a veces podía ver mi futuro y Andreas podía influir en mis emociones, pero resultó que Tom tampoco podía, ya estaba más que dicho, era un bicho raro.




Ese día cumplíamos Bill y yo un mes de novios, él me invitó a cenar al único restaurante lujoso que hay aquí, Mila insistió tanto en que la dejara “arreglarme” para la cena que no tuve más remedio que aceptar, quedamos en pasar juntas la tarde.


-Bueno primero vamos a ir a... –dijo sacando su celular, revisando su agenda y abriendo la puerta de su BMW, todo al mismo tiempo ¡lo juro! -escoger tu vestido, luego algunos pares de zapatos, accesorios... - de pronto me miró y soltó una carcajada, su risa sonaba como finas campanas de cristal –No pongas esa cara ¡Será divertido!-



En ese momento me di cuenta que la observaba con ojos de plato, ¡conociéndola sería capaz de comprar media zapatería! Ni hablar no tuve más remedio que dejarme guiar por Mila por todo Lange Straße.


Me tomó de la mano y recorrimos toda la calle hasta dar con una tienda que yo no acostumbraba frecuentar ya que los precios estaban fuera de mi alcance, de pronto la perdí de vista, me sentía fuera de lugar en un sitio como ese, tan rápido como desapareció volvió a aparecer a mi lado con toda una pila de vestidos


-Pruébatelos- dijo casi empujándome al vestidor





No voy a negar que los vestidos estaban increíbles, nos tomó mucho tiempo decidirnos por uno, más por ella que por mí, pero al final elegimos uno negro, se sujetaba por el cuello donde tenía una rosa negra del lado izquierdo dejando al descubierto mi espalda, era largo pero tenía una sexy abertura que casi llegaba a la altura de la cadera, no era un vestido que quisiera llevar puesto delante de mis padres, pero me gustaba. Luego nos dirigimos a una zapatería y de nuevo me vi rodeada de pilas y pilas de zapatos, esta vez escogí unas sandalias de tacón de aguja que rodeaban mis tobillos por una fina tira de pedrería. La verdad es que a estas alturas ya estaba muy hambrienta y creo que ella se dio cuenta así que nos dirigimos a una cafetería cercana, Mila solo pidió un refresco para acompañarme y yo me devoré literalmente un hot dog con papas fritas


-Lo que tú comes es más... conveniente, definitivamente que sí- me dijo mientras me veía comer -Pero no parece tan divertido- dijo haciendo una mueca graciosa, como si estuviera imaginándose cazando un hot dog


-Me imagino que cazar es realmente... excitante


-¡No tienes una idea! –dijo mostrando una amplia sonrisa de brillantes dientes blancos y varias personas giraron la cabeza en nuestra dirección, así que decidí no preguntar más acerca de los métodos alimenticios de los vampiros.


Saliendo de la cafetería nos dirigimos a una tienda donde vendían cosas para maquillarse y todo eso, ahí Mila compró aretes, pulseras y labiales casi como para poner una sucursal de la boutique, no solo eran para mí sino también para ella. Cuando pensé que todo había terminado me di cuenta que estaba en un gran error, en cuanto llegamos a mi casa Mila preparó todo para dejarme como una “princesa” según sus propias palabras, yo realmente dudaba que eso fuera posible, después de un rato perdí la noción del tiempo


-Perfecto- escuché a decir a Mila- ¡Te ves genial!- por un instante dudé de sus palabras pero conociéndola sabía que ella no lo habría dicho si no lo pensara de verdad. Me paré frente al espejo y me quedé viendo mi reflejo, no podía creerlo pero era cierto, modestia aparte, yo lucía muy bien.




(bueno esto es lo más parecido jiji!)

(Da play)




En eso escuchamos el claxon del Audi y bajé las escaleras conservando el mayor equilibrio que los tacones me permitían, que en realidad no era mucho. En cuanto abrí la puerta y me dirigí hacia Bill, traté de no verlo a los ojos o todo mi esfuerzo por conservar el equilibrio se iría a la basura, él me miraba casi con la boca abierta... estaba guapisimo con su traje negro





-¡Te ves hermosa!- me dijo regalándome una rosa de un color rojo quemado y tomándome de las manos mientras me besaba en los labios, fue entonces cuando me di cuenta que todo el dolor de pies por recorrer las tiendas durante horas habían valido la pena.


Cuando llegamos al restaurante quedé impactada, Bill había reservado la mesa que estaba en la terraza y la teníamos para nosotros solos, él siempre piensa en todo, así tendríamos privacidad, el lugar estaba a media luz, un candelabro con rosas rojas en la base adornaba la mesa. La verdad nunca nadie había tenido un detalle parecido conmigo, la estábamos pasando muy bien, cuando terminé de comer seguimos charlando y riéndonos, Bill me tomaba de las manos y como siempre sentí una corriente eléctrica recorriéndome todo el cuerpo, se sentía tan bien que rogaba por nunca dejar de sentirme así, no quería que llegara el día que dejara de desear el contacto de su piel con la mía.


Mientras acariciaba mi mano comenzó a jugar con mi anillo como siempre


-¿Quién te lo dio?- dijo mientras lo giraba alrededor de mi dedo


-No lo sé, creo que nací con el- dije riendo


-Quizás... -dijo entre risas, el sonido era perfecto y hermoso como él -¿Era de tu mamá?


-Creo que sí, cuando era niña lo traía colgado en una cadenita de plata y en cuanto me quedó en el dedo me lo puse y no me lo quité nunca... ni para bañarme- dije encogiéndome de hombros, clavé mi vista en el y comencé a girarlo yo también mientras lo iba sacando lentamente de mi dedo


-¡Beth!...- jadeó Bill haciendo que volteara a verlo con el anillo en la palma de mi mano, cuando lo vi tenía una expresión de sorpresa y la boca abierta, así que me asusté “¿Qué pasó?” pensé


-No, no te asustes, no pasa nada- me respondió, fruncí el ceño, yo no había dicho que estaba asustada, ni siquiera había hablado


-Ya lo sé, lo que pasa es que... puedo escuchar tus pensamientos


-¡¿Cómo?!- dije yo también abriendo la boca


-No lo sé, creo que es el anillo...



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10 ago 2011

Capítulo 20:

Hallo!!! bueno creo que me tarde mucho en subir capi así que les dejo 2... espero les guste!!!


------Narra Beth-----






Ya había pasado casi 1 mes desde que Bill y yo comenzamos a andar, por consiguiente también había pasado casi 1 mes desde que había notado un cambio en la conducta de Georg y la verdad era que Gustav y yo ya estábamos bastante preocupados por él, se había alejado de nosotros, lo cual era muy extraño teniendo en cuenta que prácticamente desde que estaba en la cuna pasaba la mayor parte del tiempo con Gus, eran casi como hermanos... no, corrección eran hermanos.










Habíamos pensado mil razones para justificar su cambio pero la teoría más reciente que teníamos no nos agradaba mucho que digamos










-¿Viste a Georg ayer en la tarde?- pregunté, aprovechando que Kelly estaba arreglando asuntos en la dirección mientras esperábamos la siguiente clase














-Sí, estaba con Dave, ya ves que últimamente no se separan- me dijo Gus encogiéndose de hombros -Les hablé pero me ignoraron y se perdieron entre el bosque, seguramente se encontrarían con los amigos de Dave














-Me preocupa que falte tanto a clases, sobre todo por que ya estamos por terminar














-Sí a mi también... ¿Crees que están metidos en líos de... drogas o algo así?- dijo casi obligándose a pronunciar las últimas palabras














-Espero que no- dije abriendo los ojos con pánico -No conozco a Dave como para saber si le gusta estar metido en ese tipo de cosas... pero no me imagino a Georg haciendo eso...














-¿Quién sabe? ha cambiado mucho con nosotros














¿Sería posible que algo así pasara con él? Era cierto no conocía a Dave como para asegurar que él era el causante del extraño comportamiento de Georg, pero esto ya era demasiado, cada que intentábamos acercarnos a él nos rehuía, pero ya había tomado una decisión. Esta tarde conduciría hasta Greifswalder Bodden, buscaría a Georg y hablaría con él aunque tuviera que amarrarlo a un árbol, ok reconozco que eso sería casi imposible, si bien mi amigo no era muy alto sí tenía una complexión bastante musculosa y era fuerte, pero en verdad estaba decidida a que me dijera que estaba pasado con él.














Después de las clases me reuní con mi sexy vampiro en la bodega y le dije lo que pensaba hacer, al principio no me dijo nada, solo me miraba con una expresión confusa, parecía como si tratara de decirme algo, pero al final solo suspiró y asintió














-Ok, pero ve con cuidado- dijo rozando suavemente sus labios con los míos, por un instante olvidé lo que pensaba hacer, ese era el efecto que provocaban en mí sus besos, bueno simplemente su cercanía hacía que me olvidara hasta de mi nombre, pero él terminó el beso, volví a respirar y me di la vuelta














-Beth...














-¿Sí?- respondí con una mano abriendo la puerta














-Si él no quiere hablar contigo... no insistas, no lo presiones ¿Ok?- pude ver en sus hermosos ojos color miel una nota de preocupación














-Ok- respondí con una sonrisa, me conmovía tanto cada vez que se preocupaba por mí, pero no había razón para preocuparme por estar con Georg, sí, había cambiado, pero en el fondo seguía siendo el mismo, mi amigo ¿Qué podría hacerme?














Mientras estacionaba mi auto frente a la casa de Georg me di cuenta que estaba totalmente a oscuras, tal vez habían salido, así que me dispuse a esperar el tiempo que fuera, abrí mi mochila y saqué una libreta, mientas esperaba comencé con mis acostumbrados garabatos de ojos, ya casi había llenado media hoja cuando alguien tocó fuertemente mi ventanilla, di un brinco en mi asiento y alcé la vista














-¿Qué haces aquí?- dijo casi con una expresión de ira en sus ojos verdes que en ese momento me parecían relumbrar con un destello casi naranja como si estuvieran envueltos en llamas














-¿Georg?- dije en un susurro -¿Podemos hablar?- él solo hizo un movimiento con la cabeza instándome a hablar –A solas- dije clavando mi vista en Dave y otros 2 chicos que estaban detrás de él














-Está bien- dijo Dave y desapareció por entre los árboles seguido por los otros chicos. Salí del auto y caminamos a un lado del camino.














-Solo quiero que me digas que es lo que está pasando. Gustav también está preocupado por ti...














-Pues no tiene por que- dijo bruscamente














-Pensamos que tal vez puedes estar en problemas... ¿Tienes algo que ver con... drogas?- pregunté mirándolo a los ojos














-¡No!- dijo rodando los ojos- No es nada de lo que te imaginas














-¿Entonces qué es? Dímelo- le interrumpí














-No puedo hacerlo














-Pero... creí que éramos amigos- dije acercando mi mano a la de él














-¡No insistas!- dijo alejándose de mí, de nuevo la ira se reflejaba en sus ojos y las manos le temblaban, me asusté, nunca había visto a Georg de esa manera, él solía ser siempre tan alegre, bromeando todo el tiempo, este Georg no tenía nada que ver con el de antes, con el que era mi amigo, en ese momento recordé las palabras de Bill pidiéndome que tuviera cuidado y que no lo presionara














-Mejor vete, ya no hay nada más que decir- dijo mientras trataba de controlarse y respiraba profundamente














-¡Qué! ¡Pero si no me has dicho nada!- le grité olvidándome de la advertencia de Bill de no presionar














-Vete y ya no me busques... –dijo con una voz tan fría y cruel- No puedo seguir siendo tu amigo- sentí que el corazón se me helaba y los ojos comenzaban a arderme por culpa de las lágrimas que querían salir














-¡Lo siento! ¡De verdad siento no poder cambiar mis sentimientos!- comencé a sollozar aun en contra de mi voluntad –Quisiera poder sentir lo mismo que tu... pero aun así sabes que te quiero... lo último que quería era lastimarte...














-No, Beth, no digas eso- dijo cambiando por completo su actitud, ahora parecía sentir el mismo dolor que yo estaba sintiendo- No es tu culpa, sino mía, te lo juro, eso no tiene nada que ver... es solo que yo...- parecía debatirse por decirme algo, pero se arrepintió -En verdad Beth, no puedo, vete- dijo dándose la vuelta y perdiéndose entre los árboles.














Me quedé ahí parada tratando de procesar sus palabras, pero no podía entenderlas, tampoco entendía lo que me había dicho Bill ¿Cómo podía saber que Georg iba a reaccionar así? ya se me estaba haciendo costumbre no entender a la gente de este lugar, me subí a mi auto y conduje de regreso a mi casa. Cuando decidí mudarme con Arthur sabía que tendría que acostumbrarme a algunos cambios, pero esto era demasiado ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado en este lugar?




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