RESUMEN


¿Qué harías si todo tu mundo cambiara derepente? ¿Si todo lo que pensabas imposible fuera real? Si la persona que más amas estuviera a punto de matarte... y guardara un secreto que podría cambiar tu vida...


CATEGORIA: hetero.

GÉNERO: romance, vampiros

PERSONAJES: Tokio Hotel

CLASIFICACIÓN: +15

TERMINADA: no

29 nov 2011

Capítulo 45:

---------Narra Beth--------



Tenía una idea rondándome desde ayer, pero no me atrevía ni siquiera a prestarle mucha atención, mucho menos me había decidido a tocar el tema con Bill, aunque sabía que tendría que hacerlo y pronto, se trataba de la posible conexión entre mis verdaderos padres y el anillo, claro que solo era una idea tonta que entre más la pensaba más ridícula y absurda me sonaba, pero al mismo tiempo me provocaba más ansiedad y hasta miedo, había llegado a la conclusión de que uno de mis padres, o tal vez los dos, podrían haber estado ligados a alguien que pertenecía a “La Sociedad del Dragón”, era la única razón que se me ocurría, pero al mismo tiempo trataba de convencerme a mí misma de que estaba equivocada, seguramente había llegado a ellos de otra forma... por más que lo estuviera posponiendo tendría que hablar con Bill, solo me había salvado por el momento gracias a que los Kaulitz habían salido de cacería.


Estaba segura que no era la única que estaba pensando en esa misma posibilidad por la forma en como se miraron los Kaulitz en el momento en que pregunté como podría haber llegado a mí un anillo con el símbolo de la dichosa Sociedad, Bill me había casi arrebatado el libro de las manos, lo cerró y lo aventó bruscamente sobre el escritorio de su papá, en ese momento dijo que ya era suficiente por el momento de tanta búsqueda y me trajo de vuelta a mi casa... es más, hasta sentía que lo de salir de caza era un pretexto para estar a solas, seguramente hablando de esta posibilidad, respiré profundo y me obligué a dejar de pensar en la absurda idea de que Bill ya no quisiera verme más por el hecho de que mis padres estuvieran “relacionados” con unos cazavampiros.


No podía creer que todo esto me pasara a mí... no salía de una cuando ya estaba en otra... para colmo sentía mucha curiosidad por saber más acerca de aquel grupo de brujos ya que Bill no me había dado oportunidad de leer todo lo que decía el libro de su padre, comenzaba a pensar que tal vez debería averiguar por mi cuenta, posiblemente en Internet encontrara algo.


Al día siguiente me despertó el timbre de mi celular, contesté tratando de sonar lo más despierta posible, era Bill, al principio me extrañó pensé que aún estaría con su familia cazando pero dijo que había preferido regresar antes, que ya había cazado lo suficiente, me avisó que pasaría por mi en un par de horas... en cuanto colgué salí disparada al baño, me apresuré a ducharme, planché mi cabello y puse gloss en mis labios mientras intentaba decidir si ponerme mi sudadera rosa o mi chamarra negra con peluche alrededor de la capucha o... al final me puse la chamarra con unos skinny y unas botas negras.
Cuando entré a la cocina, papá ya estaba sirviéndose una taza de café, le sonreí a modo de disculpa por haber olvidado preparar el desayuno.


-¿Vas a salir?


-Sí, Bill viene por mí


-Beth creo que ya va siendo hora de que te decidas por una Universidad ¿No crees? ¿Supongo que ya has pensado en algunas?


-mmm, sí... ya te había dicho que pensaba... bueno, pienso ir a la Freie Universität Berlín y aún tengo un par de semanas antes de que termine el periodo de inscripción- dije un poco titubeante, no lo podía evitar, hablar del tema de la universidad me ponía algo nerviosa, en especial si era delante de papá, tenía miedo de que sospechara algo, lo cual era ridículo ¿Cómo podría Arthur descubrir que en realidad no asistiría a ninguna universidad? ¿Cómo podría imaginarse siquiera, que la verdad era que iba a ser transformada en Vampiro?


-Y ¿Cuándo es?


-El 15 de enero... podemos hablar después... lo prometo- dije mientras tocaban el timbre de la puerta y yo le daba un beso en la mejilla...


Cuando abrí la puerta sentí como mi boca se abría de la impresión, digo Bill siempre se ve perfecto, pero es que verlo ahí delante de mi puerta con sus jeans ajustados, playera roja, chamarra a juego, ajustada a su cuerpo y su cabello alborotado...


Era imposible no preguntarme que era lo que él veía en alguien como yo...
Primero fuimos a la cafetería del centro comercial a desayunar, bueno a que yo desayunara, ya que Bill solo fingió tomar un makiatto, cuando salimos nos detuvimos a ver algunos aparadores y mientras pasábamos por la joyería no pude evitar decir


-¡Mira esto!- mientras señalaba una pulsera con estrellas de oro blanco, Bill tomó mi mano y me jaló hacia dentro de la tienda, mientras le pedía a la empleada que nos mostrara la pulsera, cuando la tuve en mis manos comprobé que era perfecta pero muy costosa, obviamente no entraba dentro de mi presupuesto, pero Bill dijo que él la compraría para mí, intenté negarme pero me miró de una forma que supe que nada de lo que yo dijera evitaría que lo hiciera, así que mejor me callé... más tarde nos subimos a su auto, pensé que tal vez ya me llevaría de regreso a mi casa pero en vez de eso me preguntó si quería ir a la suya


-Pensé que no querías que me acercara a tu casa- dije mirándolo de reojo sonriéndole


-Bueno sí, pero eso no aplica hoy, ya que Jehanne sigue con mi familia y no van a volver hasta mañana


Nos detuvimos un poco antes de llegar a su casa y caminamos un rato siguiendo la orilla del río Rick mientras que, sin saber cómo, empezamos a hablar del tema de mi anillo, así que no tuve más remedio que contarle la teoría que tenía sobre que algún familiar de uno de mis padres podría estar relacionado con la Sociedad del Dragón


-No lo sé... quizá esta Sociedad haya cambiado con el tiempo, tal vez ya no son solo... Brujos, tal vez puedan formar parte también los humanos- dije, mientras el negaba con la cabeza


-No, no creo que haya cambiado... aún cuando no sé mucho de esa Sociedad, sí sé que los brujos, al igual que los lobos y los vampiros tenemos como regla principal no revelar nuestra identidad a los humanos


-Bueno... tú me contaste lo que eres... y Georg, bueno de alguna forma también lo hizo, así que por que no pensar que los brujos también pueden romper sus reglas de vez en cuando- dije sonando demasiado esperanzada y tratando de creerme yo misma esa historia -Bill solo suspiró pensativo, mientras sacaba las llaves de la casa de su bolsillo, porque aunque pensé que los Vampiros no necesitaban cerrar sus casas con llave cada que se ausentaban, lo cierto es que deben guardar las apariencias y actuar lo más humano posible.


En cuanto entramos Bill me ofreció algo de tomar, pero lo rechacé, entonces Bill tomó mi mano y me jaló para que subiéramos las escaleras


-¡Vamos! Tengo algo para ti- dijo con su hermosa sonrisa


-¿Para mí?- dije mientras él abría la puerta de su habitación, era la tercera vez que estaba ahí, primero el día que me mostró toda su casa y después el día que me “transporté” después de quitarme mi anillo, había una gran cama en medio así que me senté, mientras Bill sacaba una pequeña caja de un cajón de su enorme closet


-¡Tu regalo de navidad!, un poco atrasado pero...


-¡Otro! O sea quiero decir, gracias, pero ya me compraste esta pulsera y...


-¿Y eso qué?- dijo rodando los ojos –Bueno, velo como un paquete, así que solo es un regalo


Lo tomé dándome por vencida, nunca he entendido como es capaz de convencerme siempre tan fácilmente, pero es que cuando me mira de esa manera, todos mis pensamientos se vuelven confusos, mi voluntad se diluye y lo único en lo que puedo pensar es en él, desenvolví la caja y cuando me di cuenta que era el CD que tanto había estado buscando y no encontraba desde hacía un buen tiempo, no pude hacer otra cosa que saltar hacia él, que me esperaba con los brazos abiertos para después besarnos...


Me alejé un poco para quitarme la chamarra ya que la forma en que estaba mirándome hizo que el calor subiera por mis mejillas... pero no resultó, porque cuando me encontré de nuevo con sus ojos, esta vez el calor no solo inundó mi cara, sino todo mi cuerpo, claro de una manera agradable, mi respiración se entrecortó y no pude evitar preguntarme si alguna vez seré capaz de acostumbrarme a su extraordinaria belleza, su suave piel blanca como el mármol, su sedoso cabello negro, sus facciones finas y perfectas y su delgado pero escultural cuerpo... y la respuesta era no, al menos eso esperaba, no dejar de amarlo, desearlo y necesitarlo nunca...


Bill se acercó a mí lentamente hasta que nuestras frentes se juntaron, tomó mi cara entre sus manos


-Te amo, siempre voy ha estar ahí cuando me necesites, no importa lo que pase...


-Siempre vamos a estar juntos- le interrumpí terminando la frase, él asintió


Sabía muy bien a lo que se refería, al anillo y todos los problemas que nos había traído, pero no quise seguir pensando en eso, no ahora, no en este momento en el que sus ojos reflejaban un amor y una ternura infinita que creí no merecer, nuestros labios se encontraron y yo rodeé con mis brazos su espalda mientras él hacía lo mismo con mi cintura...


Los besos aunque eran lentos y suaves, tenían en el fondo un toque de desesperación, como si sintiéramos un hambre que solo el otro pudiera ser capaz de saciar... me di cuenta que si no hacía algo para frenar ahora, más tarde sería imposible, el problema era que no quería frenar, no, ni la más mínima intención y esperaba que Bill pensara igual, que esta vez se olvidara de su miedo a perder el control y se dejara llevar...



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Qué creen que pase Aliens???

o más bien la pregunta sería: Quieren que pase algo entre Beth y Bill???
yo creo que sí, porque ya se han tardado mucho jajajaja!!!

bueno pues hasta aquí por el momento...
prometo apurarme, tengo el siguiente capi pero aún no me convence como quedó así que tengo que revisarlo, pero en unos días (serán poquitos, lo prometo ñ.ñ)

Ya solo me falta una semana más para terminar mis exámenes!!! y podré seguir escribiendo =)
Kusses y Danke por pasar al blog!!!








28 nov 2011

Capítulo 44:

---------Narra Bill---------



A la mañana siguiente de haber llegado, Britta propuso que diéramos un paseo por algunos puntos turísticos de Francia, la pasamos muy bien y hubiera sido el viaje perfecto si no fuera por las “cosas” que descubrí en la mente de Britta, no sabía a ciencia cierta de que se trataba pero a juzgar por su actitud supuse que no sería algo bueno.


Beth había intentado hablar con ella sobre su anillo de plata y su mamá trató de esquivar las respuestas y se le ocurrió que tal vez un paseo distraería a Beth de su intento por averiguar la procedencia del anillo, pero Britta no había podido olvidarse del asunto, podía ver en sus pensamientos que sentía miedo, de hecho, había momentos en los que parecía estar aterrada, pero trataba de disimular con su hija, tenía pensamientos acerca de que tendría que revelar un “secreto”, pero no pude ver de lo que se trataba por que ella intentaba no pensar en eso.


Por la tarde cuando nos quedamos solos, Beth me pidió que la ayudara a “investigar” un poco en los pensamientos de su mamá pero yo ya no estaba muy seguro de que fuera buena idea, por los pensamientos angustiosos que tenía su mamá pensé que se trataba de algo delicado y personal, así que lo mejor era que lo hablaran ellas dos... convencí a Beth para que volviera a intentar hablar con Britta y ella estuvo de acuerdo, lo haría mañana en cuanto se levantara.


Durante toda la mañana me sentía un poco ansioso, deseaba saber que había pasado con Beth y luché con mis ganas de ir a verla, lo mejor era esperar a que ella me buscara, tal vez esto era más simple de lo que yo estaba pensando. Así que intenté distraerme viendo un poco la tele.


Esperaba que Beth me llamara, pero nunca me imaginé que la iba a “encontrar” acurrucada en un rincón de mi habitación, en cuanto la vi, corrí junto a ella y la abracé, estaba bañada en lágrimas, de nuevo se veía como esa vez en mi recámara, como si fuera un fantasma, cuando la toqué me sorprendí... era como tratar de tocar agua, puedes sentirla pero no retenerla en tus manos por mucho tiempo y además estaba fría, aunque no tanto como yo.


Dejé que se desahogara y cuando estuvo más tranquila me contó todo lo que le había dicho Britta: ella y Arthur no eran sus verdaderos padres, una noche tocó a su puerta una chica de unos 17 o 18 años, con una bebé casi recién nacida pidiendo que la dejaran pasar la noche, ellos se conmovieron al ver que estaban solas y estaba lloviendo demasiado, además la chica parecía asustada como si estuviera huyendo de alguien, así que aceptaron, según lo que le dijo Britta, al día siguiente la chica ya no estaba, solo estaba la bebé quien llevaba una cadenita con un anillo de plata en el cuello y una nota donde pedía que no se la quitaran, no la encontraron por ningún lado aunque preguntaron en todo el pueblo si alguien la conocía pero nadie pudo darles ninguna información, decidieron esperar un poco con la esperanza de que tal vez regresara por su hija, pero al cabo de unos meses sin ninguna noticia de la chica de la que solo conocían su nombre, Ágnes, tomaron la decisión de adoptar a la niña... todo esto la tenía muy triste, se notaba en sus ojos que estaba sufriendo y eso me dolía a mí también.



Me di cuenta que Beth no llevaba puesto el anillo y también de que a pesar de eso, yo no podía leer sus pensamientos, como hubiera podido de estar ella presente físicamente, pero sabía que no era un buen momento para hablar de eso, ella quería que regresáramos cuanto antes. Al principio no quería ir a Greifswald, me pidió que la llevara a otro lado, donde fuera, solo quería estar conmigo, pero le hice ver que aunque fuera difícil debía hablar con Arthur y Britta.










----------Narra Beth---------



Bill me consoló mientras yo le contaba todo lo que me había dicho mamá acerca de cómo me encontraron... creo que hablar de todo eso me ayudó a sentirme mejor, aún así ya no quería estar en Francia, aunque tampoco quería regresar a Greifswald, pero como me había dicho Bill tenía que hablar con ellos tarde o temprano... y de nuevo recordé que les debía demasiado, ellos me querían y se preocupaban por mí... él realmente me hacía sentir mejor.


Para entonces ya me había dado cuenta de que al igual que la vez anterior en la recámara de Bill, yo me había “transportado” cuando me quité el anillo, ahora estaba realmente segura que no era un sueño, era real el hecho de que el anillo tenía una especie de “magia”, pero por ahora ya no tenía cabeza para ponerme a averiguar que clase de anillo era.


Solo había un pequeño problema, no tenía ni idea de cómo “regresar” y sinceramente comenzaba a asustarme un poco... por suerte mamá tocó la puerta mientras pronunciaba mi nombre y de nuevo sentí como si algo me empujara fuera de la habitación de hotel donde estaba Bill... de pronto estaba de nuevo en un rincón de mi cuarto, me levanté algo aturdida por todo lo que pasaba y me dirigí a abrir la puerta. Después de hablar con mi mamá acordamos que ella nos acompañaría a Greifswald, dijo que tendríamos que hablar los tres juntos, papá, ella y yo. Más tarde no tuve más remedio que volver a colocar el anillo en mi dedo, ya que la sensación que me provocaba al quitármelo era extraña y me asustaba un poco.





****


Los siguientes días fueron confusos, como si los recuerdos estuvieran cubiertos de niebla, no tenía muchos ánimos para hacer otra cosa que no fuera hacer nada, Arthur comenzaba a estar realmente preocupado de nuevo; cuando volvimos del viaje y se enteró que yo ya sabía toda la verdad había estado preocupado por mi reacción, tal vez pensaba que íbamos a distanciarnos o que tal vez yo regresaría a vivir con mamá, pero cuando se dio cuenta que no lo haría se relajó un poco... yo en verdad intentaba comportarme como siempre y hacía un gran esfuerzo pero había momentos en que no lo lograba, no dejaba de darle vueltas a lo mismo, me preguntaba que podría haber pasado para que mi verdadera mamá me hubiera dejado con unos completos desconocidos.



Mila venía todos los días a verme al igual que Bill, entre los dos trataban de animarme y creo que papá estaba realmente agradecido con ellos, especialmente con Mila, ya que a pesar de que Bill parecía agradarle, siempre se comportaba más amable con su hermana, creo que pensaba que si no fuera por sus visitas, yo podría caer en una grave depresión.



Una tarde había aparecido en mi casa cargando una pesada caja, obviamente sin ningún esfuerzo, por supuesto que en cuanto papá abrió la puerta y vio su pesada carga se apresuró a quitársela de las manos alegando que una niña tan “frágil” no debería hacer una trabajo “pesado” como ese, ella le agradeció y al hacerlo se vio tan cansada que por un segundo hasta yo estuve a punto de tragarme todo el cuento, más tarde supe que la caja estaba llena de fotografías, todas de la familia Kaulitz, claro que las fotos las vimos en mi recámara, donde papá no pudiera darse cuenta de la variedad de paisajes y estilos de ropa que iban desde trajes largos y sobrios de principios del siglo XX hasta las prendas más fashion de la colección de este año... tomé una foto al azar y no pude evitar abrir un poco la boca asombrada mientras deslizaba mis dedos por encima, o sea, sabia que era Bill, pero no todos los días ves una cosa como esa... sus perfectos y finos rasgos siguen siendo iguales, completamente iguales (a excepción de su peinado, el delineado de sus ojos marrones y el piercing por supuesto), tanto que me parece estar viendo una foto tomada el día de Halloween mientras mi novio lleva puesto un disfraz de la época de la Primera Guerra Mundial... 



Por la noche después de que Mila se fuera, me di cuenta que realmente no tenía por que estar así, completamente deprimida, ya que lo tenía todo, siempre había tenido una familia, bueno sí, tal vez un poco distanciada, pero al menos sabía que ellos me querían, yo solo estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua y tenía otras cosas importantes que hacer, como saber cómo funcionaban los poderes del anillo, además tenía una visita pendiente a Greifswalder Bodden, debía ir a agradecerle a la manada todo lo que habían hecho por mí, en especial a Georg y a Gus, por suerte aún me quedaban unos días de vacaciones y tendría tiempo, así que lo mejor era empezar cuanto antes.


Bill dijo que Mila recordaba haber visto un dibujo de un dragón muy similar al de mi anillo en un libro de la biblioteca de Jörg pero no recordaba en cual porque lo había visto hace muchos años, así que no tuvimos de otra más que ponernos a buscarlo una tarde, aprovechando que Jehanne y los papás de Bill habían salido a cazar. Tom se ofreció a buscar algo en Internet mientras Mila, Andreas, Bill y yo buscábamos en los libros.
Al principio no tuvimos mucha suerte, la biblioteca era un salón enorme, lleno de estanterías y había demasiados libros, además trataban de temas muy diferentes, aunque la mayoría eran de medicina obviamente, pero justo cuando estaba recargada sobre un estante, suspirando decepcionada por lo infructuoso de nuestra búsqueda, Andreas encontró algo que llamó nuestra atención


-¡Miren esto! –dijo mientras nos mostraba un libro de tamaño mediano con cubierta de piel negra.


Bill lo tomó y pude ver que el paso del tiempo ya había causado estragos en el libro, las hojas estaban amarillas, los bordes estaban carcomidos y las letras eran un poco borrosas, claro que eso no sería ningún problema para la perfecta vista de un vampiro, pero desgraciadamente para mí significó todo un reto leerlo.


Se trataba de ensayos y cosas relacionadas con el vampirismo, en la página que había visto Andreas había un dibujo de un dragón apoyado en sus patas traseras y lanzando fuego, según Mila se trataba del mismo que ella había visto, mencionaba que era el símbolo de un grupo de Brujas y Hechiceros llamado “La Sociedad del Dragón”, la fecha de su origen no se conocía con exactitud pero se sabía que era muy antiguo, tal vez varios cientos de años, decía que era una especie de hermandad que se dedicaba a exterminar vampiros... ¡Oh no! lo que me faltaba, de nuevo esos dichosos Brujos...


-¿Pero cómo se supone que llegó hasta mí un anillo con ese símbolo?- casi al mismo tiempo de formular la pregunta me arrepentí cuando noté las miradas nerviosas de los demás...




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Les gusta??? pliss comenten!!!
y vielen dansk por leer!!! =)





27 nov 2011

Capítulo 43:

--------Narra Beth--------



Mi mamá parecía nerviosa, no lo sé... tal vez solo estaba viendo cosas donde no las había. Decidí dejarlo pasar por el momento, pensé que tal vez al final sí sería buena idea pedirle ayuda a Bill, él se había ofrecido a “averiguar” un poco revisando los pensamientos de mi mamá, la verdad, al principio no me agradó mucho la idea, pero estaba decidida a volver de este viaje sabiendo toda la verdad sobre el anillo y las cosas extrañas que era capaz de hacer... bueno ok, en realidad no estaba muy segura de que el anillo hiciera algo más que solo “bloquear” los poderes de algunos vampiros, todavía no sabía si había sido real el día que me había “transportado” a la recámara de Bill ¡Eso sí que era extraño! porque ahora que lo recordaba, en ese momento no traía puesto el anillo...

¿Cómo se supone entonces, que su magia hubiera hecho posible el “traslado” hasta su casa? suspiré... esto era realmente confuso y definitivamente tenía que hacer que mi mamá recordara todo lo que supiera del anillo.




Más tarde, mamá se ofreció a llevarnos a Bill y a mí a dar un paseo por las calles de París, visitamos varios lugares: L`Arc del Triomphe,


Musèe Le Louvre, mientras recorríamos el museo Bill fue algo así como nuestra guía, él sabe muchísimas cosas, no de la manera normal en la que te lo esperarías como un chico al que le interesa mucho aprender de historia y arte, sino del tipo en que uno conoce porque lo ha vivido y creo que dejó impresionada a mamá, eso era bueno, le haría ganar más puntos con ella, por suerte el sol no era muy radiante que digamos, estaba nublado y caía una ligera llovizna que apenas si se sentía, aún así Bill lo bloqueó utilizando una gorra, pero el viento era frío... bueno, a estas alturas el frío ya no era algo que me importara.




Nos detuvimos en un restaurante para comer algo y después mamá nos tuvo que dejar para marcharse al trabajo así que tuvimos que movernos los dos solos durante toda la tarde, pero no tuvimos ningún problema ya que Bill hizo uso de su (según él) escaso conocimiento del francés, aunque a mí me dio la impresión de que prácticamente podía dar clases.


Realmente resultó ser tan maravilloso y romántico como lo había soñado, ahora estaba segura que pasara lo que pasara nunca iba a olvidar este viaje. Visitamos La Tour Eiffel y recorrimos Parc Monceau tomados de la mano mientras le platicaba a Bill de mi charla con mamá, acordamos volver a tocar el tema al día siguiente, esa era prácticamente mi “ultima” oportunidad antes de que mamá regresara al trabajo, él estuvo de acuerdo en ayudarme, pero me aseguró que lo mejor era que yo hablara con ella, ya que finalmente se había dado cuenta que no era muy educado de su parte leer la mente de su suegra, eso sonaba extraño viniendo de él ¿De cuando acá le parecía descortés indagar en la mente de los demás?




Bill me llevó a la casa de Henry y después se fue a su hotel, platiqué un rato con ellos y luego subí a mi cuarto, estaba cansada, me dolían los pies por la caminata de todo el día y me sentía un poco ansiosa por aclarar de una buena vez todas mis dudas sobre el anillo, pero logré dormirme casi inmediatamente después de poner la cabeza sobre la almohada.





****


Sentí que el alma se me caía hasta los pies cuando ella se llevó las manos a la cara y comenzó a sollozar, no solo me dolía ver a mamá en ese estado sino que de nuevo ese mal presentimiento que había tenido al abordar el avión se apoderó de mí, sentía un nudo en el estomago y comenzaba a arrepentirme de haber insistido tanto... pero ya era tarde para eso, había pasado toda la mañana presionándola para que recordara y me contara todo lo que sabía del anillo. No sabía que decirle así que solo podía esperar que ella dijera algo mientras yo la miraba con los ojos dilatados por la angustia.


Logró calmarse un poco y respiró profundamente como si estuviera tomando valor para decir algo, apenas habían pasado unos segundos pero yo sentía como si fueran horas, cuando por fin comenzó a hablar, todo lo que decía al principio era que la perdonara, yo no entendía nada pero le aseguré que todo estaría bien, no necesitaba disculparse...
Cuando terminó de contarme todo, me abrazó y me miraba con una profunda tristeza reflejada en sus ojos, supongo que esperaba que rompiera a llorar, pero aunque tenía ganas de hacerlo no podía, no podía derramar una sola lágrima, no hasta que pudiera procesar todas sus palabras juntas y lo que significaban: “Arthur y yo no somos tus padres” , aunque lo había dicho de una manera que no sonaba cruel o dura, me resultaba difícil asimilarlo, después de que pronunciara eso fue como si ya no fuera capaz de escuchar o por lo menos de entender nada.


Lo único que quería era estar sola, al menos por un rato, así que salí corriendo y me encerré en mi cuarto y me dejé caer en el suelo, no entendía por que tenían que haberse quedado callados y no decirme la verdad antes... sentía todo un torbellino de emociones recorriendo mi cabeza, quería gritar, quería aventar cualquier cosa que tuviera en frente y finalmente sentí como comenzaban a picarme los ojos y las lágrimas comenzaron a brotar sin que pudiera hacer nada por evitarlas... aunque sinceramente no las evitaría, al contrario, fueron como un bálsamo... seguía sintiendo una tristeza demasiado grande, tan grande que me dolía todo el cuerpo, pero me di cuenta que llorar me hacía serenarme un poco y poder pensar.


Era extraño, porque después de unos momentos toda la ira y el coraje que sentía hacia mis papás por no haberme dicho toda la verdad desde un principio se convirtió en agradecimiento puro y profundo, realmente no tenía ninguna razón para quejarme, a pesar de no llevar su sangre ellos siempre me habían querido y protegido como si realmente fuera su hija, en cambio no pude evitar que todo mi coraje se volcara sobre los que se suponía serían mis verdaderos padres, no los conocía pero tampoco quería hacerlo... al menos no de momento, pensaba que tal vez eran las peores personas de este mundo, si no ¿De que otra manera se puede abandonar a un hijo? y sobre todo de esa forma.


Me sentía tan confundida, tan triste... tan mal y todo era culpa de ese maldito anillo, ahora lo aborrecía, no quería seguir teniéndolo puesto, eso solo me recordaba el abandono de mis verdaderos padres, ¿Qué conseguían dejándome un simple anillo “de recuerdo”? ¿Tal vez pensaban que cuando lo viera los recordaría con cariño? No puedes sentir cariño por unas personas completamente desconocidas.


Me lo quité de un tirón y lo aventé al suelo lo más lejos que pude, como si de esa manera pudiera sacarme todo la tristeza que sentía... y seguí llorando, solo tenía ganas de estar en ese momento con una persona, la única que siempre lograba hacerme sentir bien, deseé con todas mis fuerzas estar con Bill... y de pronto sentí una mano sobre mi espalda y alguien me abrazaba...




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26 nov 2011

Capítulo 42:

Hallo mis Aliens lectoras!!!
mmm no se si les guste este capi, a mi me parece algo aburrido
pero bueno ya irá mejor los siguientes ñ.ñ
Bueno pues a leer!!!



--------Narra Beth--------




Cuando llegamos al aeropuerto de Roissy era tarde y ya estaba oscureciendo por lo que Bill no tuvo “problemas” con el sol, le llamé a papá avisándole que el vuelo había estado muy bien y que ya estaba a punto de llegar a casa de mamá para que estuviera tranquilo.
Bill y yo acordamos llegar juntos a casa de mi mamá, le dije que tal vez se sorprendería de verme llegar acompañada por un chico, pero conociéndola, ella no pondría el grito en el cielo como lo haría Arthur, así que quizá podría negociar con ella para que no le dijera nada a mi papá.


Tal como lo suponía, en cuanto le presenté a Bill como mi novio, abrió los ojos tanto que pensé que se le saldrían, yo ya le había contado que estaba saliendo con un chico por medio de los mails que nos mandábamos, pero creo que nunca se hubiera imaginado que un ser tan perfecto podría fijarse en una chica como yo, por suerte después se comportó amablemente con él y nos sirvió una taza de café mientras charlábamos del viaje, acerca de la universidad que íbamos a elegir (Bill y yo le insinuamos que nuestros planes eran asistir a la misma, pero mamá no puso ningún “pero”) y de otras trivialidades en la sala de su casa, después de un rato llegó Henry y seguimos charlando.


Mamá estuvo de acuerdo en no contarle a Arthur que había viajado acompañada, pero dejó claro que no podía dejar que Bill pasara la noche en la casa, lo que se traducía en que no permitiría que pasara la noche conmigo en sus narices, estuvimos de acuerdo, tampoco se puede pedir tanto en la vida, y Henry se ofreció a reservarle una habitación en el Hotel Ritz, Bill estuvo de acuerdo y le dijo que no se preocupara por el costo, claro yo sabía que Bill seguramente tenía dinero en su cuenta de banco como para vivir de por vida en una habitación de hotel de 5 estrellas si le apetecía.


En cuanto estuvimos solas en la habitación de huéspedes que había preparado para mí, comenzó a bombardearme con todo tipo de preguntas sobre mi novio, ya que cuando le mandaba correos no era muy dada a entrar en detalles, quería saber con exactitud como era él, la forma como me trataba y obviamente quería saber si ya había pasado algo entre nosotros, sentí como comenzaban a arder mis mejillas, tomé aire y le respondí lo más “apegado” que pude a la realidad, no me gustaba mentirle a mamá, pero tampoco podía decirle que Bill era un vampiro y que encima de todo ya me había mordido. Le aseguré que no había pasado nada entre nosotros (aún) y que no tenía de que preocuparse.


Pasamos un gran rato platicando, ella estaba feliz de haberse mudado con Henry, lo amaba realmente, aunque sinceramente dudaba que lo amara con la misma intensidad que yo amaba a mi Vampiro... aún así, me di cuenta que había tomado una buena decisión al mudarme con mi papá y así darles su espacio a ella y a Henry. 


Me pregunté si ella sería capaz de renunciar a todo con tal de estar con Henry... si pudiera decirle todo lo que sentía y pensaba en ese momento lo hubiera hecho encantada, ahora comprendía mucho mejor a Georg cuando hacía unos meses me había dicho que deseaba poder revelarme el secreto de la manada, pero que había algo que se lo impedía, ese algo era la lealtad... necesitaba demasiado desahogarme con alguien, hacía tanto tiempo que tenía que quedarme con muchos de mis pensamientos guardados solo para mí, pero ni modo, no tenía opción, no podía revelar todos los secretos que había descubierto en tan poco tiempo, además, si lo hacía era como estar firmando mi autorización para entrar a un manicomio ¿Qué otra cosa podrían pensar de mí si me ponía a hablar acerca de historias de Vampiros y Hombres Lobo? No, ni hablar, era mejor cerrar mi bocota.


Mi mamá y yo nos despedimos ya entrada la madrugada, ella me arropó como cuando era niña y me dio un beso en la frente, luego apagó la lámpara de la mesita y salió cerrando la puerta, pero yo tardé un poco en conciliar el sueño, por consiguiente no me levanté muy temprano que digamos.


Cuando me senté a la mesa para desayunar, Henry ya se había marchado al trabajo y mamá había pedido unos días de descanso para pasar tiempo conmigo, pero solo le habían dejado libre un par de días por la mañana y por la tarde regresaría al trabajo, así que aproveché para preguntarle cosas acerca de mi anillo; al principio no le dio mucha importancia, dijo que no recordaba de donde había salido y me dio a entender que había sido suyo, pero algo en su actitud hizo que dudara de lo que decía y que mi curiosidad creciera aún más...











--------Narra Bill--------




Durante los días posteriores al enfrentamiento en el claro, no había podido dejar de darle vueltas a todo el asunto del anillo de  Beth, pero tampoco quería alarmarla, por lo que decidí no comentarle nada aún, me limité a sugerirle que retomáramos los antiguos planes de viajar a Francia para hablar con Britta, estaba seguro de que a ella le encantaría la idea.
Por supuesto ella aceptó de inmediato, yo me encargaría de todo los gastos, claro, sin que Arthur se enterara.


Ya habíamos acordado que viajaríamos a Francia la semana entrante, el viernes, Arthur la llevaría en su auto hasta la estación de autobuses donde abordaría un autobús que la llevaría a Hamburg, ahí yo la estaría esperando y tomaríamos un avión hasta Francia.
Durante la cena del viernes en casa de Beth, aproveché para decirle a Arthur que mis hermanos y yo saldríamos de vacaciones para justificar mi ausencia y así no levantar sospechas acerca de que acompañaría a Beth, de otra forma él se hubiera negado a dejarnos viajar juntos, sobre todo cuando hurgando un poco en sus pensamientos, “oí” la conversación que había tenido con Beth hacía un par de días, Arthur sabía que era hora de hablar de sexo con ella, sobre todo ahora que notaba que los 10 meses había durado nuestra relación era más tiempo del que a él le hubiera gustado, pero no tenía la más mínima idea de cómo tocar el tema, estaba planeando hablar con Britta y aprovechar para que tocaran el tema entre ellas...


Arthur me hizo muchas preguntas, quería conocerme más a fondo, cerciorarse que estuviera tomando enserio a Beth y saber acerca de mi familia, de donde éramos y todas esas cosas, yo le di todos los detalles, tratando de dejarlo lo más satisfecho posible, afortunadamente tuve la ventaja de poder anticipar sus preguntas y así preparar respuestas convincentes sin revelar ningún detalle “prohibido”.


Estaba tan emocionado con el viaje tanto como creía que Beth también lo estaba, no solo porqué viajaríamos solos, sino también, por lo que esperábamos averiguar del anillo, Beth confiaba en que su mamá le dijera de donde había salido, además yo pensaba “averiguar” un poco en los pensamientos de Britta, sólo si notaba que ella sabía algo y se negaba a decírnoslo... y es que realmente estaba decidido a saber la verdad, tenía que salir de dudas de una vez por todas... la incertidumbre de no saber hasta qué punto había intervenido Beth a la hora de haber acabado con Inna, me estaba volviendo loco...




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25 nov 2011

Capítulo 41:

-------Narra Bill-------



La sola idea de que Beth tuviera algo que ver con todo esto me provocó escalofríos... por un lado sonaba completamente descabellado, yo conocía a su padre y estaba completamente seguro que no tenía nada que ver con magia y mucho menos tenía afinidades con ningún elemento... pero por otro lado, Beth no llevaba puesto el anillo, que al parecer era el causante de hacerla inmune a ciertos poderes vampirícos y no sería la primera vez que sucedía algo “extraño” mientras ella no lo traía puesto...


Darme cuenta de lo asustada que estaba, hizo que me olvidara de todo lo demás... aún cuando las sospechas de Inna fueran ciertas, eso no cambiaba en nada las cosas, no cambiaba el hecho de que yo amaba a Beth y de que toda mi existencia girara en torno a ella... así que me acerqué lentamente y la rodeé con mis brazos, mientras trataba de tranquilizarla...


Me concentré en los pensamientos del lobo... en el claro las cosas habían salido bastante bien, a excepción de un par de lobos con los huesos rotos, todos estaban bien, no habíamos sufrido ninguna baja tal y como Mila había visto, tenía que reconocer que gran parte se la debíamos a la intervención de la manada. Le dije a Beth que ya no tenía nada que temer, ya no había nada que amenazara su seguridad y le aseguré que los lobos estarían bien, no le dije quienes habían resultado heridos, la verdad no tenía caso alarmarla, en realidad no era nada grave y los lobos tenían sus propios métodos de curación, bastante rápidos por cierto...


Tomé a Beth entre mis brazos y la llevé hasta donde estaba mi auto... era hora de volver a casa... había varias cosas que hacer, pero la más importante: esta vez sí teníamos que averiguar la procedencia de su anillo...









---------Narra Beth-------



Resultaba tranquilizadora la idea de que Inna ya no volvería a perseguirme, ni intentaría acabar conmigo... los días posteriores al enfrentamiento en el claro habían pasado más rápido de lo que hubiera esperado...


Al día siguiente, las hermanas de Inna habían llegado a casa de los Kaulitz y se habían disculpado con ellos, Bill me dijo que incluso querían disculparse conmigo, pero él se negó, dijo que en otra ocasión , cuando yo estuviera completamente repuesta de todas las emociones que había sufrido las últimas semanas, al parecer ellas nunca estuvieron de acuerdo con lo que había hecho su hermana... ese mismo día, Bill y sus hermanos junto con sus padres, nos hicieron una breve visita para agradecerle a Arthur que me hubiera dado permiso de pasar toda una semana en casa de los Kaulitz haciendo compañía a Simone y Mila durante los días en que sus hermanos y su papá habían “estado de viaje”...


Mila me entregó una lista de cosas que tenía que memorizar, era una lista de las actividades que se suponía, habíamos hecho durante mi estancia en su casa, también me regaló un par de blusas que tenía sin estrenar y algunos accesorios, todo para que mi papá no sospechara nada, así él podía comprobar que durante las tardes habíamos salido de compras... no hubo problema, papá se lo tragó todo.



Pensé que Bill estaba exagerando cuando me pidió que descansara al día siguiente, me había dicho que con toda la descarga de adrenalina que había sufrido y la tormenta, después podía tener bajas las defensas... desgraciadamente su consejo llegó después de tiempo por que esa misma tarde ya me sentía fatal, parecía que iba a resfriarme y fue peor al despertarme, me sentía mareada, con un fuerte dolor de cabeza y encima de todo vomité un par de veces... supongo que me veía lo suficientemente enferma como para que Arthur pasara toda la mañana haciéndome compañía y preparándome tazas de té que nunca llegaron a mi estómago... para el medio día noté que papá comenzaba a verme de una manera extraña, parecía querer decir o preguntar algo pero no se atrevía y cuando por fin se armó de valor, yo preferí que no lo hubiera hecho


-Beth...- dudó unos instantes y luego continuó -¿Estás segura que Bill salió de la ciudad al igual que sus hermanos?


-¿Qué?- mascullé, sinceramente no entendí su pregunta


-¿No estuvieron juntos esta semana o sí?- parecía molesto -¿Tu y él no...?- casi jadeé, mis alarmas se activaron...  ¡Oh no! ¡Mi papá se refería a sexo! Mi cabeza palpitó más fuerte cuando me apresuré a responder -¡No, claro que no!


-¿Dime que no estás embarazada?- dijo atropelladamente y con la cara roja como un tomate


-¡No! Él y yo no... so... solo somos novios, quiero decir me refiero a que no...- mi cara comenzaba a arder


-Ok, ya lo entendí- dijo sin mirarme a la cara y yo agradecí que no estuviera interesado en alargar más la “charla”


-Bueno de todos modos lo de ustedes parece ir más en serio de lo que me esperaba ¿Cierto?- supuse que era una pregunta retórica así que preferí no contestar –Tal vez será mejor que lo conozca más- dijo con el ceño fruncido y en un tono tan bajo que apenas logré escuchar -¿Por qué no lo invitas a cenar? Podría ser este fin de semana... ¡Ah! Y creo que sería buena idea que trajera a sus padres...


-¡¿Qué?!- dije alarmada y tratando de buscar un pretexto que hiciera que mi papá desistiera de una locura como esa –No... no es necesario que hables con sus papás, dije que éramos novios no que nos fuéramos a casar...- Arthur se aclaró la garganta mientras me miraba con el ceño fruncido, obviamente no muy contento con lo que acababa de decir –Además el señor Kaulitz seguramente estará ocupado con sus guardias en el hospital...


-Está bien, entonces solo dile a Bill... Qué tal el viernes a las 8, trataré de llegar temprano- me dijo, mas no preguntó, antes de girarse y subir las escaleras, y yo solo me quedé allí sentada en mitad de la cocina, totalmente en shock cuando me di cuenta que iba a sentar juntos a papá y a Bill en una mesa llena de comida y de interrogatorios... ¡Y Bill no come! ¿Qué se supone que va a poner de pretexto? Respiré profundo mientras trataba de calmarme, tenía un par de días para encontrar la forma de cancelar esa absurda cena... aunque tal vez podría cocinar una "Rellena"...




Al día siguiente mientras estábamos viendo la televisión en la sala de mi casa, ya que Bill no permitía que me acercara a su casa porque al parecer Jehanne había decidido mudarse con los Kaulitz, Bill dijo que ella y Andreas habían iniciado una relación, me alegraba por él, dejaría de ser el soltero de la familia, Jehanne estaba tratando de adaptarse a las reglas de los Kaulitz y no era tan sencillo en un principio resistirse al impulso natural de beber sangre humana, por lo que era mejor no tentar mi escasa buena suerte, aproveché para decirle lo de la cena y él aceptó, dijo que no me preocupara y después cambió de tema, Bill insinuó que sería buena idea retomar los planes de las pasadas vacaciones y visitar a mi mamá durante los días que teníamos libres por fechas navideñas, ya que el plan de la vez pasada se había venido abajo... sinceramente notaba a Bill un poco ansioso con el tema de averiguar algo sobre mi anillo, pero no lo culpaba, yo misma seguía teniendo mucha curiosidad, así que al otro día telefoneé a mamá para preguntarle si podría ir a visitarlos a ella y a Henry, la noticia la emocionó mucho y por supuesto que podía. 



Igual que la vez anterior, Bill dijo que iría conmigo, pero obviamente no se lo mencioné a mi papá... el viaje estaba planeado para justo el día en que comenzaban las vacaciones... tenía varios motivos para estar feliz, deseaba mucho ver a mi mamá, pasear por las calles de París con Bill a mi lado y celebrar de nuevo la navidad, papá no acostumbraba hacerlo, ni siquiera ponía adornos en la casa, el año pasado, estas fechas habían pasado en esta casa como cualquier otro día, papá había dejado de hacerlo desde que mi mamá se fue de la casa llevándome con ella a Badden, sabía muy bien que le traía tristes recuerdos del día en que nos habíamos ido, justo en vísperas de navidad, así que no había insistido para que las cosas cambiaran.


La noche del viernes finalmente no fue tan espeluznante como me lo esperaba, sí hubo un interrogatorio por parte de Arthur a Bill, pero no del tipo policiaco como lo imaginé, no sé como, pero Bill respondió tranquilamente a todas las preguntas de papá con su encantadora sonrisa de comercial de pasta dental. Obviamente Bill casi no comió, tal vez un par de bocados de cada platillo, pero hizo un buen show moviendo la comida por todo el plato y Arthur no pareció notarlo ya que estaba demasiado ocupado interrogándolo a fondo.


No podía dejar de fantasear con la imagen de Bill y yo tomados de la mano recorriendo las calles parisinas ¡Eso sería tan romántico!




Mi papá me llevó en su auto hasta la estación de autobuses donde tomaría uno hasta Hamburg, llevaba poco equipaje, solo una maleta mediana y una mochila sobre mis hombros, realmente no pensaba pasar más de cinco días con mamá y Henry.


Cuando llegué a la ciudad y me dirigí a la sala de espera, que era donde habíamos acordado Bill y yo que nos veríamos, él ya estaba ahí, me pregunté si habría tomado algún autobús o habría venido corriendo desde Greifswald, pero una vez que me dedicó una de sus hermosas y radiantes sonrisas me olvidé por completo de preguntárselo. Solo hicimos una parada antes de tomar un taxi que nos llevaría al aeropuerto y fue para entrar a una cafetería y comprar algo para que yo comiera.


Mientras íbamos en el avión, permanecí gran parte del tiempo callada, tenía una sensación extraña recorriendo mi cuerpo, era como si pensara que este viaje cambiaría mi vida de forma definitiva, el problema era que no sabía si era para bien o para mal, tal vez Bill lo notó pero no me hizo preguntas, solo me recargó contra su pecho y me abrazó... eso me hacía sentir mucho mejor. Después de un rato traté de apartar todos esos pensamientos pesimistas de mi mente y nos pusimos a platicar y reír de tonterías, Bill siempre hacía un esfuerzo para que yo estuviera feliz y siempre lo conseguía...




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Les va gustando???

Qué  pasará con el anillo de Beth???

Gracias por leer!!! =)



24 nov 2011

Capítulo 40:


Hallo!!! antes que nada: 1000000 de gracias por pasarse a leer y dejar sus comentarios
aunque quiero más!!! jajajja!!! bueno es que es para saber si les va gustando el fic ñ.ñ
bueno ya, las dejo leer Aliens queridas!!!



 -----------Narra Beth----------








Me di cuenta que Gus no entraría al agua y por lo tanto Inna y Bill volverían a enfrentarse cara a cara, mi novio no contaría con la ayuda de nadie más... Bill logró alcanzar a Inna y de nuevo se volvieron una masa borrosa que salpicaba agua... ¡No! jadeé y me llevé las manos a la cabeza, estaba desesperada, si tan solo pudiera llegar hasta ellos, corrí hasta un punto donde las olas mojaran mis botas, sin atreverme a entrar más, seguramente el agua estaba a punto de congelarse... Inna se liberó de Bill e intentó correr de nuevo, pero esta vez algo extraño sucedió, el mar comenzó a embravecer y para mi sorpresa comenzó a poner resistencia a cada paso que Inna intentaba dar, era como si el mar se hubiera dado cuenta que estaba siendo profanado por Vampiros...




Estuve a punto de hacerme daño en el labio debido a la fuerza con la que me lo estaba mordiendo, ya no podía ver claramente, estaban bastante dentro, solo se veían sus cabezas fuera del agua... me sentía como si el mar estuviera hipnotizándome, no podía apartar la vista de él... Bill había conseguido someter a Inna y estaba tratando de hacerla regresar a la playa, ya la había arrastrado varios metros y estaban un poco más cerca de la playa cuando de repente Inna volvió a safarse del agarre de Bill, contuve la respiración y apreté los puños tan fuerte que mis uñas se clavaron en la palmas de mis manos...




De pronto noté que Inna parecía estar atrapada entre el oleaje, intentaba resistirse no solo a Bill sino ahora también al embravecido oleaje, lo que le permitió a Bill volver a someterla y arrastrarla hacia la playa, donde la sujetó contra la arena y con un movimiento tan rápido que apenas pude verlo, sacó un instrumento plateado y afilado de un lado de su cinturón, el cual clavó en el pecho de Inna que al momento dejó de retorcerse
-¡Beth el encendedor!- gritó Bill -¡Dentro de la chamarra!- metí mis temblorosos dedos a los bolsillos de su chamarra y del lado izquierdo lo encontré, lo saqué y lo más rápido que pude lo encendí y lo lancé hacia el cuerpo de Inna, al mismo tiempo que Bill se apartaba velozmente de ella...




Todavía jadeando un poco y con los ojos tan abiertos como platos vi como Gus aparecía, llevaba en el hocico los restos del otro Vampiro y los arrojaba al fuego, la humareda creció, era un humo denso y completamente negro con un olor dulzón pero bastante penetrante, hacía que mi nariz ardiera un poco.




Una vez que todos los restos de los dos vampiros ardieron por completo en medio de una nube de humo, Bill me miró directamente a los ojos pero su expresión era extraña, se acercó lentamente a mí con gesto cauteloso... era como si tuviera miedo de acercarse a mí... creí que tal vez se debiera a que tenía miedo de que sufriera un ataque de nervios o algo parecido, pero aunque sí estaba un poco asustada, lo que yo sentía era un gran alivio al darme cuenta de que a pesar de haberse enfrentado a Inna, él estaba perfectamente, ni siquiera su ropa había sufrido daño alguno... después de algunos segundos él por fin se acercó a mí, me rodeó con sus brazos y yo enterré mi cara en su pecho mientras lágrimas de alivio mezcladas con miedo bajaban por mis mejillas...











-------Narra Bill---------








De pronto  y sin que pudiera explicármelo, el mar embraveció... me parecía como si las olas pusieran resistencia a cada paso que daba Inna ¡Era realmente inexplicable! pero aproveché esa ventaja, sí, porque para mí seguía resultando igual de fácil que siempre moverme entre el oleaje, a pesar de haber arreciado... la alcancé y forcejeamos durante varios minutos, luego ella consiguió sacudirse de mi agarre, ya había conseguido arrastrarla de regreso a la playa... volvió a internarse mar adentro, justo en el momento en el que pensé que había conseguido escapar... se detuvo abruptamente, era como si el mar la estuviera envolviendo, pataleaba sin conseguir avanzar, como si una mano gigantesca hubiera cerrado su puño y no le permitiera avanzar más, aprisionándola y dándome tiempo para someterla y arrastrarla nuevamente hasta la playa...




Esta vez lo conseguí, la llevé hasta la arena, y a pesar de toda la resistencia que seguía poniendo, me las arreglé para inmovilizarla con una mano mientras con la otra sacaba de mi cinturón una estaca de plata y la clavaba firmemente en su pecho, abriéndome paso hasta llegar a su inerte corazón... recordé que mi encendedor se había quedado en la chamarra que Beth traía puesta, así que le pedí que me lo diera, ella rápidamente lo sacó del bolsillo y lo lanzó encendido... en un instante las llamas envolvieron por completo el cuerpo de Inna...




Hasta este momento no había tenido tiempo de reparar en lo que había sucedido... todo era tan extraño ¿Cómo era posible que el mar hubiera reaccionado de esa forma?... entonces recordé los pensamientos que había tenido Beth al momento de encontrarnos Inna y yo dentro del agua, ella estaba asustada y se sentía frustrada por no poder hacer nada para ayudarme, deseaba que Inna no tuviera ninguna ventaja dentro del agua, que el mar la aprisionara y desapareciera... ¿Acaso era posible?... ¿Acaso Inna finalmente había tenido razón y...? ¿Y si Beth fuera capaz de manipular los elementos de la naturaleza, tal y como lo hacían los brujos?...





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mmm... lo sé este capi me quedó muy corto lo siento =)
Mañana el siguiente!!!
espero que les esté gustando!!! =)




23 nov 2011

Capítulo 39:


---------Narra Beth--------



Salí de mi escondite y corrí tras ellos tratando de seguir las huellas del Lobo, me caí varias veces debido a lo complicado que me resultaba tratar de no resbalar en la nieve, pero no me importó, seguí corriendo... hasta que dejé atrás los árboles y apareció frente a mí el mar, estaba en calma como de costumbre a esa hora, el cielo ya comenzaba a iluminarse un poco a pesar de la tormenta que había caído en la noche...

Inna y Bill corrían en la playa, a pesar del leve oleaje o de que sus ropas ya estaban mojándose, esto no representaba ningún esfuerzo para ninguno de los dos, seguían corriendo tan ligera y elegantemente que me parecía un espectáculo hermoso... los aullidos del Lobo que se encontraba en la arena me regresaron a la angustiosa realidad...









---------Narra Bill--------



Beth tenía mucho frío a pesar de estar envuelta en varias mantas dentro de la tienda de campaña, así que no tuve más remedio que alejarme de ella... pero no sirvió de nada, ella comenzaba a tiritar de frío, lo único capaz de producir suficiente calor y que además estaba a la mano, era un lobo, no tuve otra opción que intercambiar mi lugar con Gustav, le pedí que entrara para mantener caliente a mi novia y el lobo color miel se acurrucó sobre sus piernas... suspiré, lo que hubiera dado por poder estar en su lugar, y después salí a vigilar...


Todo parecía marchar conforme a lo acordado, estaba “monitoreando” los pensamientos de Mila y ella ya veía acercarse a los otros vampiros, quizá dentro de unos 10 o 12 minutos estarían ya en el claro... me concentré para “escuchar” con detenimiento sus visiones, había algo raro, Inna no aparecía en el claro...


Y de pronto Mila veía a Inna en el campamento donde estábamos nosotros, me incorporé de un salto y de mi pecho escapo un gruñido, Gustav lo escuchó y salió de la tienda de campaña, rápidamente pensé en algo que mantuviera a Beth protegida, lo más adecuado era que ella se alejara en dirección a la ciudad, al menos era la mejor opción, con los demás vampiros entretenidos en el claro con mi familia y la manada y yo enfrentándome a Inna, la carretera no parecía tan peligrosa para Beth como lo sería quedarse aquí.


Entré rápidamente a la tienda y la tomé del brazo, una vez afuera la abrigué con mi chamarra y la llevé a donde estaba mi auto, en ese momento recordé que ella no conocía la ruta que llevaba a la ciudad desde este punto, así que le pedí al lobo que fuera con ella y la guiara por el camino, Beth estaba asustada, pero no tenía tiempo para explicarle nada, lo único que quería era que se marchara rápido y mantenerla a salvo...


Una oleada de pánico se instaló en mi interior, no podía permitir que nada malo le sucediera, ella era toda la razón de mi existencia y ya no podría seguir existiendo si a ella le pasara algo... traté de alejar esos pensamientos, no me ayudaban a estar concentrado para cuando llegara Inna... ya podía escuchar sus pensamientos, en el último momento había decidido rastrear mi olor, ella sabía que Beth estaría donde yo estuviera, había tomado la decisión hasta el final porque ella sabía como funcionaban las visiones de mi hermana...
Inna apareció frente a mí, detrás de ella había otro vampiro, bueno eso dificultaba un poco las cosas, pero yo aún contaba con la ventaja de poder anticipar sus movimientos, así que me concentré en escuchar sus mentes.


Unos instantes después un par de “voces” más aparecieron, eran Gustav y Beth ¿Qué demonios hacían aquí? se suponía que Beth tenía que estar lo más lejos posible de este lugar...


el enorme lobo se acercó a nosotros lanzando un aullido amenazador, a Inna y a Frederich, su acompañante, se les dilataron las pupilas debido a la sorpresa, un temblor casi imperceptible recorrió el cuerpo de ella, pero pensó que al final podía resultar de ayuda, quizás el lobo me atacaría y sería más fácil para ella llegar hasta donde estaba Beth, los tres vampiros que nos encontrábamos ahí sabíamos perfectamente que Beth estaba a unos cuantos metros, detrás de unos troncos, ella estaba escondida y no podíamos verla, pero los tres conocíamos muy bien su olor como para saber con exactitud donde se encontraba... pero yo no permitiría que ninguno de los dos se acercara a ella... primero tendrían que acabar conmigo... 


Inna y Frederich no esperaban que los Kaulitz nos aliáramos con una manada de lobos para pelear contra otros vampiros, mucho menos que la manada aceptara... a pesar de que hubiera preferido que Gustav y Beth hubieran hecho lo que les pedí y se alejaran de este lugar, no podía evitar sentirme agradecido por contar con la ayuda del lobo, eso facilitaba mucho las cosas...


Acabar con ellos no parecía tan complicado, a pesar de lo reciente que era la transformación de Gustav en hombre lobo y de las precauciones que había tomado Dave con respecto a él y su seguridad, obligándolo a permanecer conmigo y Beth en el campamento, al final no resultó “tan” complicado para él acabar con un vampiro, y no con uno joven o recién transformado, sino con uno fuerte y antiguo... claro que Gustav contó con la ventaja de haber sorprendido a Frederich, debido a la tregua entre nuestras especies... pero viendo lo orgulloso que lucía el joven lobo, decidí que no tenía porque quitarle el mérito al buen trabajo que había hecho desmembrando al vampiro.
Yo por mi parte me ocupé de Inna, permanecimos gran parte del tiempo fintando, en el preciso momento en el que ella pensaba realizar algún movimiento, yo me anticipaba, resultaba un tanto complicado, debido a lo concentrado que estaba en los pensamientos, no solo de Inna, sino de Beth, casi podía escuchar sus “voces” gritando en mi cabeza...
Inna sabía muy bien que resultaría complicado realizar cualquier tipo de maniobra sin que yo me enterara, así que retrasaba los pensamientos hasta el último instante en el que los llevaría a cabo, primero trataba de disfrazarlos pensando en realizar algo diferente, pero aún así no le funcionaba...


Los aullidos del lobo mezclados con los gritos de agonía de Frederich comenzaban a causar estragos en su seguridad y aunque disimulaba muy bien el miedo que le provocaba tener al lobo tan cerca, a mí no podía ocultármelo, ella estaba un poco asustada, pensaba que en cuanto el lobo terminara con Frederich, iría tras ella, así que debía darse prisa para abrirse camino hasta donde estaba Beth...


Inna y Beth hicieron contacto visual, no podía descuidarme y voltear a ver a Beth, pero no había necesidad, su imagen se veía claramente reflejada en las pupilas negras de Inna...
Beth también estaba asustada, pero sorprendentemente ella no temía por su seguridad, sino por la mía ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo podía temer más por un vampiro que por ella misma? Beth trataba de encontrar la manera de llamar la atención de Inna, varios pensamientos atravesaban su mente y del mismo modo se desvanecían en cuanto comprendía que no servirían de nada, planeaba correr hacia ella, buscaba con la mirada algo afilado con lo que pudiera herirse y así su sangre enloqueciera a la sedienta vampiresa que la miraba fijamente... pero sabía que yo no lo permitiría, sabía que reaccionaría una fracción de segundo antes de que cualquiera de las dos se movieran y echaría abajo cualquiera de sus planes... pero el pánico la estaba orillando a decidirse... así que no tuve más remedio que ponerle fin a todo eso... me lancé contra Inna, ahora más que desear detenerla a ella, lo que intentaba era que Beth desistiera de su intento de querer salvarme, de sacrificarse por mí... yo le había prometido que la protegería de cualquier peligro y así sería, aún cuando el verdadero peligro era ella misma, al tratar de herirse...


Inna logró escabullirse, debido a la velocidad, se estrelló contra un tronco pero de un salto se incorporó y cayó de pie, Gustav ya estaba a un lado de mí dispuesto a atacarla también, el lobo cojeaba ligeramente pero aún estaba en buenas condiciones... por supuesto que Inna lo sabía y no sería tan estúpida como para enfrentarse sola a un lobo y un vampiro, así que salió disparada en dirección a la playa, inmediatamente el lobo y yo la seguimos... no iba a dejar que escapara, no podía permitir que regresara y siguiera siendo un peligro mortal para Beth... ella era lo más importante para mí...


Inna se adentró en el adormecido mar, el oleaje era apenas perceptible a esas horas... sabía que tendría que seguir arreglándomelas yo solo contra ella, el lobo no entraría al mar, además los vampiros somos más veloces en el agua y tenía que asegurarme de que ella no escapara...


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sorry se fue sin música ni imagenes ñ.ñ
me estresa los exámenes y no tengo cabeza para eso jejeje!!!


22 nov 2011

Capítulo 38:



-------Narra Beth-------




(dar clik)



Las manos comenzaron a sudarme y ya ni siquiera sentía el frío tan intenso, nada bueno debía de haber pasado para que Bill me pidiera que abandonara nuestro refugio, junto a mí, el Lobo gimoteaba impaciente mientras arrancaba el Audi, no sabía si era porque quería que me diera prisa en salir de aquí o si tenía tantas ganas como yo de dar la vuelta y regresar... no podía dejar a Bill solo, no sabía que pasaba pero estaba segura que él corría peligro... claro, yo también correría peligro si me quedaba, pero lo que a mí me pasara no me importaba, mis peores temores siempre recaían en que el hombre que amaba resultara herido...


Ya nos habíamos alejado varios metros pero aún así fui capaz de escuchar unos gruñidos... fue en ese momento que dejé de pensar, mi cuerpo se desconectó de mi mente y actuó por cuenta propia, sin detenerme a pensar en lo peligroso que sería ni en nada más, pisé el freno, Gustav me gruñó levemente y sus ojos reflejaron angustia


-¡Sí lo sé, pero no puedo dejarlo!... tengo que intentarlo- le dije con tono histérico, pero ¿Intentar qué? no se me ocurría nada, abrí la portezuela y bajé del auto, cuando me di cuenta Gus ya había salido disparado en dirección hacia donde estaba Bill, me agaché tras unos troncos caídos...





cuando el Lobo estaba ya muy cerca, aulló de una manera que hizo que la sangre se me helara de nuevo, ahora que estaba más cerca pude ver mejor, Inna estaba de pie a pocos metros de la tienda de campaña, estaba agachada, como en cuclillas y los brazos flexionados al frente en actitud de ataque, como una leona esperando atacar, sus ojos negros contrastaban enormemente con la blancura de su piel y el color rubio de su larga y rizada cabellera, y aunque pude ver un atisbo de miedo cuando escuchó el aullido, no hizo ningún intento de marcharse, Inna no estaba sola, a unos pasos delante de ella estaba otro chico, sus ojos eran rojos y me pareció que ya lo había visto antes... sí, era uno de los vampiros que me habían atacado en el claro...


-No, no me atacará a mí- dijo Bill, tan bajo que apenas si logré distinguir las palabras, seguramente contestando algún pensamiento de Inna o del otro Vampiro porque los dos voltearon a ver a mi novio con una expresión de sorpresa, ese instante de distracción Gus lo utilizó a su favor, se lanzó sobre el chico logrando que éste se tambaleara y se moviera algunos metros hacia atrás, pero recuperó el equilibrio y arremetió contra el Lobo...


Inna y Bill comenzaron a moverse, primero lo hicieron lentamente, solo dando algunos pasos hacia uno y otro lado y poco a poco lo hacían más rápido, Bill siempre hacía un movimiento una milésima de segundo antes, anticipándose a los movimientos que ella pensaba hacer, aún los separaban un par de metros... feroces gruñidos escapaban de sus pechos que por momentos eran ahogados por los aullidos del Lobo... de pronto escuché como si unos huesos se hubieran roto y dirigí mi mirada lentamente hacia donde estaba Gustav y el Vampiro, tenía miedo de apartar la vista de Inna... el Vampiro había vuelto a lanzar al Lobo contra unos árboles y éste se hallaba completamente inmóvil en el suelo ¡No! quería gritar, correr hasta donde estaba Gus, tenía mucho miedo de que saliera gravemente herido... tal vez Dave tenía razón, Gustav aún no estaba preparado para luchar contra un vampiro él solo... mi respiración volvió a ser regular cuando el Lobo comenzó a moverse, se incorporó lentamente, se sacudió salpicando nieve para todos lados y caminó hacia el chico, cojeaba un poco pero ver que se había puesto de pie me tranquilizó un poco...


Volví mi mirada hacia Inna y Bill, me di cuenta que sería una lucha un tanto diferente que la del otro Vampiro y el Lobo ya que ésta más bien era una lucha mental... Inna no podía hacer ningún movimiento sin que fuera descubierto antes por Bill, que estaba completamente concentrado, seguían fintando pero me di cuenta que Bill no dejaba que dieran la vuelta seguramente porque estaba protegiéndome... él no había volteado en ningún momento en dirección hacia donde yo estaba, pero seguramente sabía muy bien donde estaba escondida... aunque no me extrañaba que Inna también lo supiera, ella conocía mi olor...


Un grito de agonía hizo que dejara de prestar atención a los movimientos de Bill... el Lobo había derribado nuevamente al chico, pero esta vez había conseguido mucho más que solo tirarlo al suelo, estaba sobre él y arremetía rápidas dentelladas al Vampiro que no dejaba de gritar, no podía ver claramente porque el cuerpo del Lobo obstaculizaba mi visión pero podía ver trozos blancos volando por los aires... algo cayó cerca de mis pies, era blanco y aún se movía, me provocó nauseas darme cuenta que era una mano o lo que quedaba de ella, aparté la vista... pero hubiera preferido no hacerlo, lo que vi me sentó aún peor...
Inna, al darse cuenta de lo que le había sucedido a su compañero gruñó furiosa mostrando sus afilados colmillos... su mirada se cruzó con la mía por primera vez, no podía apartar sus ojos de mí, más de lo que yo podía apartar los míos de ella... así permanecimos durante algunos segundos...


Mi corazón latía tan rápido que podía escucharlo sobre todos los demás sonidos, sobre los gruñidos, los gritos y los aullidos... esta vez ya no podía quedarme quieta tenía que hacer algo... sabía que Bill nunca dejaría que Inna diera un paso hacia mí... pero quizá yo pudiera... Bill acortó la distancia entre ellos y se abalanzó contra Inna, se movían tan rápido que se hicieron borrosos y no podía ver nada... tenía que detenerlo, no dejaría que nada malo le pasara a Bill...


De pronto Inna salió disparada y chocó contra un árbol pero cayó sobre sus pies como un gato, vio como Gustav terminaba con su compañero y se acercaba a Bill, esta vez ella tendría que enfrentarse a los dos... de un salto se incorporó y corrió tan deprisa que me pareció que volaba, Bill y Gus salieron corriendo tras ella, parecía que iban en dirección a la playa...


Me quedé congelada por unos segundos, no sabía que hacer, al parecer Inna estaba huyendo, no sería tan tonta como para enfrentarse a un Lobo y a un Vampiro ella sola... seguramente se lanzaría al mar como hacía siempre según me había dicho Georg... pero Bill no dejaría que se escapara, la perseguiría... volví a hiperventilar al comprender que Bill iría tras ella, se adentrarían en el mar y volverían a enfrentarse...



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21 nov 2011

Capítulo 37:


Hallo!!! les paso a dejar este capi...
espero les guste y dene sus comentarios ñ.ñ
se va sin música...
ando de prisa porque ya debería estar estudiando para los examenes finales U.U pero ya me había tardado mucho en subir capi...
Lean!!! =)

---------Narra Beth--------




Bill quería que regresara a mi casa o a algún lugar lejos del bosque donde pudiera estar a salvo, pero ni loca volvería a mi casa, si las cosas salían mal o algún vampiro lograba escabullirse y seguir mi rastro llegaría hasta mi casa y por consiguiente no solo yo estaría en peligro sino que mi papá también... después de hacérselo saber a Bill estuvo de acuerdo, a regañadientes por supuesto, a que me quedara en una zona cerca del mar, entre todos habían decidido que era lo más conveniente, no estaría lo suficientemente cerca del claro como para estar en peligro pero sí lo suficiente como para que me pudieran tener vigilada, además Bill me dijo que podía quedarse conmigo y solo si fuera necesario intervendría en la batalla, cuando escuché eso sentí que un enorme peso se me caía de los hombros, había estado sintiendo una opresión en el pecho a causa de la preocupación, sabía que Bill era fuerte y veloz por ser un vampiro, pero aún así me aterraba la idea de que alguien pudiera herirlo.



Todavía se podía ver con claridad cuando llegamos al lugar, el sol se estaba ocultando y aún no eran ni las 5:30, había una especie de gruta que sería de gran ayuda con la tormenta de nieve que ya estaba empezando, Georg y Bill instalaron la tienda de campaña mientras yo esperaba dentro del auto con la calefacción encendida, ninguno de ellos dijo una sola palabra y el ambiente tenía una ligera carga de tensión pero al menos ninguno parecía tener intenciones de comenzar una discusión, terminaron en la mitad de tiempo que les llevaría a cuatro personas juntas hacerlo.



Me metí en la tienda, lo cual requirió todo mi esfuerzo, casi no podía moverme con todas las capas de ropa que llevaba encima, todas de Mila claro, era para intentar camuflajear mi olor y evitar que los vampiros me siguieran hasta allí, Bill también me había pedido que me quitara el anillo para evitar cualquier rastro de magia que los otros vampiros pudieran detectar, cuando entré en la tienda de campaña me di cuenta que Bill había cargado con comida como para acampar toda una semana, me imaginé que con el frío de la tormenta me haría ingerir todas las calorías que pudiera para mantenerme caliente, también había traído mi Ipod cargado por si me aburría, pero eso era imposible yo nunca me aburría estando con él, pero se lo agradecí de todos modos.


Durante toda la mañana había estado controlando mis nervios, intentaba olvidarme del hecho de que mis amigos estaban a unas cuantas horas de enfrentarse a quién sabe cuantos vampiros comandados por Inna seguramente, pero en las últimas horas cada vez me era más complicado y lo hacía todavía más difícil el ruido sordo que producía la tormenta... a parte de eso no se escuchaba nada más, por eso me sorprendí cuando vi la sombra de un enorme Lobo aparecerse en la entrada de la tienda, al principio me asusté un poco ya que no parecía estar de muy buen humor.




El Lobo emitía pequeños gruñidos, giré la cabeza para encontrarme con los ojos de Bill y estaba a punto de preguntarle si sería buena idea arriesgarme a mirar por la pequeña ventana que tenía la tienda, pero no fue necesario, Bill asintió con la cabeza, me había olvidado de que al no llevar puesto mi anillo, él podía escuchar mis pensamientos; me acerqué a la ventana y corrí el cierre para mirar a través de la tela de mosquitero, cuando lo hice sentí que el simple acto de sostener el cierre hacía que me dolieran los dedos, los sentía magullados por el frío a pesar de los guantes, observé al Lobo detenidamente, su pelaje era color miel con manchones blancos en las patas y el pecho, aunque me había parecido que estaba enfadado por algo, en cuanto me vio pareció haberle cambiado el humor, me mostró los dientes en lo que se suponía que era una especie de sonrisa y meneó la cola, lo que lo hizo parecer más un perro juguetón que un enorme lobo.
Le devolví la sonrisa, el Lobo apartó la vista de mí y siguió dando vueltas por los alrededores, volví a correr el cierre y me tumbé junto a Bill, estaba pensando en la posibilidad de que ese Lobo fuera Gustav...




-Sí, él es... -dijo con una sonrisa- Y no está muy contento de que lo hayan dejado aquí




-¿Por tener... que estar cerca... de nosotros?- dije entrecortadamente a causa de los temblores que el frío me provocaba, Bill me ofreció otra barrita de queso

-No...- dijo frunciendo el ceño, seguramente leyendo la mente de Gus- Eso no parece molestarle, en realidad está molesto con su manada, piensan que su transformación es muy reciente y no creen que esté listo para formar parte de una batalla, por eso Dave decidió que lo mejor era dejarlo conmigo y ayudarme a mantener vigilada la tienda

-um- dije, comenzaba a sentir cada vez más frío, así que Bill se alejó todo lo que la pequeña tienda le permitió pero eso no hizo ningún cambio... cerré los ojos y comencé a fantasear con estar cerca de una chimenea, se supone que la mente es muy poderosa ¿no? tal vez si me concentraba en pensar que estaba caliente, en algún momento me sentiría así...

Y después de un rato creí que lo había logrado, me sentía completamente caliente, al grado de comenzar a sudar un poco, ¡Vaya, sí que era buena en eso del control mental! aún tenía los ojos cerrados pero ya estaba casi despierta, entonces sentí un peso en las piernas, abrí los ojos y parpadeé varias veces hasta acostumbrarme a la oscuridad, me incorporé y entonces comprendí de donde provenía todo ese calor: Gustav estaba tendido sobre mis piernas, le sonreí y le di las gracias mientras metía mis manos ya sin guantes entre su pelaje color miel, era como acercar las manos al calefactor, mi amigo hizo una especie de ronroneo.


Bill no estaba adentro así que supuse que habían intercambiado puestos, busqué mi celular dentro de una mochila, lo había traído por si a Arthur se le ocurría llamar, él estaba en casa de los Listing viendo un partido de fútbol, mientras yo “celebraba” mi cumpleaños en casa de Mila, se suponía que había invitado a Kelly a pasar una “tarde de chicas” y después iríamos al cine, sí supiera que en realidad este podría ser mi último día ¿Y si las cosas se ponían peor de lo que ya estaban? ¿Y si algún vampiro lograba llegar hasta...? Gus se incorporó de un salto y con un ágil y rápido movimiento salió de la tienda, una ráfaga de aire helado se coló y un temblor me recorrió el cuerpo, me acurruqué en un rincón mientras abrazaba mis piernas contra mi pecho pero comenzaba a sentir miedo, dentro de la tienda estaba oscuro y saber que a unos kilómetros de aquí se estaba produciendo un enfrentamiento no ayudaba mucho, me levanté y me asomé, afuera no estaba tan oscuro como yo suponía, tal vez ya era de madrugada...




Bill metió la mano dentro de la tienda tan rápido que no supe ni siquiera de donde había salido, me tomó del brazo y me sacó de ahí tan rápido que mis pies no tocaron la delgada capa de nieve que había dejado la tormenta, él estaba completamente serio mientras que el lobo que estaba a un lado jadeaba... me pareció que estaba “emocionado”, por un momento pensé que había obtenido el “permiso” de Dave para unírseles en el claro... pero entonces Bill pasó su chamarra sobre mis hombros, metí los brazos rápidamente y él me rodeó la cintura con su brazo mientras nos dirigíamos hacia donde estaba su auto, mi novio abrió de prisa la portezuela y con un movimiento de la cabeza le dijo que entrara, el Lobo saltó al asiento del copiloto... estaba a punto de preguntar que era lo que estaba pasando cuando Bill dijo:


-Beth, dirígete hacia la ciudad- dijo ayudándome a subir al auto -Lo más rápido que puedas, oigas lo que oigas sigue adelante ¿entiendes?- dijo atropellando las palabras unas con otras, su frente se llenó de arrugas por la preocupación, inmediatamente se dirigió a mi amigo -Asegúrate de que vaya por el camino correcto- cerró la puerta de un golpe y desapareció...


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