------Narra Beth------
El domingo había olvidado casi por completo todo lo sucedido, así que terminé mis deberes de la escuela y de la casa y me acosté temprano, esa noche de nuevo tuve un sueño extraño, bueno más bien parecía un déjà vu, estaba caminando por la playa acompañada de Gus, Georg y Kelly y comenzaban a relatarme las leyendas de Greifswalder Bodden
-Hace siglos, estas tierras estaban habitadas por lobos y cuando llegaron las primeras tribus empezaron a desaparecer algunos hombres, los demás organizaron un grupo de búsqueda y se dieron cuenta que eran los lobos los que los habían atacado, entonces comenzó una cacería contra los lobos que hizo que éstos casi desaparecieran. En una ocasión en que el jefe de la tribu salió al bosque a cazar, un lobo que era el líder de la manada se comunicó con él y le ofreció un trato, los pocos lobos que quedaban dejarían de matar a sus hombres y los hombres también dejarían de cazar a los lobos, el jefe de la tribu aceptó y para sellar el pacto se realizó un ritual en el que las almas de los guerreros más fuertes de la tribu ocuparon los cuerpos de los lobos, a partir de ahí convivieron en armonía y tiempo después cuando tenían que pelear contra algún enemigo volvían a unirse. Dicen que todavía quedan descendientes de esos hombres y que ellos aún pueden convertirse en hombres lobo...
-¡¡¡Qué tontería!!! -dijo Georg interrumpiendo el relato de Gustav con una carcajada. Todos nos reímos.
-¡No! espera, hay otra aún más ridícula- me dijo Georg aún sin poder parar de reír –Hay otra que dice que hace tiempo llegaron a estas tierras un grupo de vampiros, los vampiros causaron muchas pérdidas humanas y no encontraban la manera de detenerlos, así que de nuevo recurrieron a los descendientes de los guerreros, dicen que los hombres lobo son los únicos que pueden detener a los vampiros ¿Lo sabías?... espero que no tengas pesadillas esta noche Beth!!
De pronto abrí los ojos de golpe al comenzar a comprender las palabras de Georg, pero... se suponía que eran solo unas leyendas ¿Acaso sería posible que Georg fuera un...? me incorporé de la cama casi de un salto y me paré cerca de mi ventana, necesitaba un poco de aire, todo eso sonaba imposible... bueno, tal vez no tanto si tomaba en cuenta que Bill era un vampiro, eso quería decir que una parte de la leyenda era real, solo que me parecía casi imposible...
Yo sabía que Bill era diferente casi desde el primer momento que lo vi, era demasiado perfecto para ser un humano, en cambio Georg era mi amigo, lo conocía desde niña, de los pocos humanos con los que podía ser capaz de relacionarme y de pronto descubría que no lo era...
Sentía mi respiración entrecortada, tenía ganas de gritar ¿Qué estaba pasando conmigo? algo malo debía de haber en mí para que me viera rodeada de “personajes” salidos de películas de terror, además ese no era el único problema, si realmente Georg era un... hombre lobo... entonces eso significaba que él y Bill eran algo así como enemigos ¿Acaso Georg conocía la verdadera identidad de Bill? Si no era así, yo tenía que hacer hasta lo imposible por evitar que lo supiera, no podía poner en peligro a Bill y a su familia, menos después de haberme tratado y aceptado en su familia tan bien como lo habían hecho todo este tiempo; tenía mil preguntas en la cabeza, aún así hice mi mayor esfuerzo para disimular mis nervios y prestar la mayor atención posible a las clases.
Para mi mala suerte el sol brillaba en todo su esplendor como pocas veces, que ironía, así que Bill no pasó por mí y conduje mi auto hasta la escuela.
Intentaba responder los exámenes pero a mi mente solo se venían recuerdos de la noche del sábado cuando Georg entró por mi ventana, de la salida a la playa y de la noche en que Bill me había mordido, pero finalmente logré responder los exámenes, esperaba haberlo hecho bien.
La hora del receso la pasé con Kelly y Gus, sentía ganas de hablar con ella, sentía que ella ya sabía algo de lo de Georg, pero me arrepentí cuando recordé que él no podía revelar su verdadera identidad, tal vez yo estaba alucinando y Kelly no sabía nada y yo no podía traicionar la confianza de Georg, así que me quedé callada y seguí disimulando que nada pasaba.
En cuanto sonó el timbre de salida me apresuré a cruzar el estacionamiento hasta donde estaba mi auto, no tenía ganas de nada más que de estar sola en mi habitación, tenía muchas cosas en que pensar, además lo último que quería era toparme con Georg en ese momento.
En cuanto llegué me puse a preparar la cena, tal vez eso me distraería un poco, casi lo conseguí pero me sentía agotada así que subí a mi cuarto y me senté en el banquito de mi tocador, me miraba al espejo, no podía creer lo mucho que había cambiado mi vida desde el día que había llegado aquí pero mi rostro seguía siendo igual de simple como siempre, tomé mi anillo de plata y lo retiré de mi dedo, era desconcertante la sensación que me provocaba cada que me lo quitaba, me sentía realmente extraña, pero no podría decir con exactitud de que se trataba.
Tenía que saber de donde había salido y que significaba ese símbolo al reverso ¡Que extraño! lo más lógico era que hubiera tenido el grabado al frente como cualquier otro, puse el anillo sobre el tocador.
Los párpados se me cerraban así que recargué la cabeza sobre mis brazos y cerré los ojos, sentí que me quedaba dormida y al poco rato comencé a soñar, en mi sueño estaba parada frente a una ventana abierta pero con unas cortinas oscuras y corridas así que las tomé y las abrí un poco, me sorprendió lo difícil que me resultó tocarlas y todavía más alzarlas estaban tan pesadas, me encontraba en una planta alta, quizá en el segundo piso de alguna casa, podía ver una parte del bosque y hasta podía aspirar y sentir la frescura de los árboles, era como estar realmente en persona, dejé caer nuevamente las cortinas y me giré para ver lo que había a mi espalda, por un momento no supe donde estaba pero después me di cuenta que era la habitación de Bill
-¿Beth?- me dijo y yo giré para verlo, Bill me miraba extrañado
-¡Hola!- dije sonriéndole
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste...?- me encogí de hombros, se supone que los sueños son así, uno no elige como o con quien quiere soñar ¿No?
-Más bien ¿Qué haces tu en mi sueño?- le dije riendo
-No Beth, esto no es un sueño, tu estás aquí en mi casa, te estoy viendo pero eres... no sé, te ves como... transparente- me dijo con el ceño fruncido
-¿Transparente? ¿Cómo?
-mmm... sí. ¿Recuerdas lo que estabas haciendo antes de llegar acá?
-Solo estaba dormida...
-¿Beth te quitaste el anillo?- dijo señalando mi mano
-¡¿Beth?! ¡Teléfono!- gritó Arthur y fue como si una mano me empujara sacándome de la habitación de Bill y devolviéndome a la mía, rápidamente tomé el anillo, me lo puse y bajé las escaleras tratando de normalizar mi respiración
-¡Sí, papá! – dije casi jadeando
-Te llaman por teléfono... es Kelly- dijo tapando con una mano el auricular
Le hacían falta unos apuntes para el examen de mañana y pasaría más tarde a mi casa para que se los prestara, así que me apuré a darles un repaso antes de que llegara, pero no dejaba de pensar en el “sueño” ¿De verdad era un sueño? parecía tan real...
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1000 disculpas por la tardanza pero bueno, espero que esto no les este aburriendo =P y si es así pues les agradecería que dejaran comentarios, críticas, consejos, etc pliss!!!
en compensación subiré 2 capis solo que será sin imagenes... sorry no ando muy inspirada jeje!!!
Kusses!!!
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