RESUMEN


¿Qué harías si todo tu mundo cambiara derepente? ¿Si todo lo que pensabas imposible fuera real? Si la persona que más amas estuviera a punto de matarte... y guardara un secreto que podría cambiar tu vida...


CATEGORIA: hetero.

GÉNERO: romance, vampiros

PERSONAJES: Tokio Hotel

CLASIFICACIÓN: +15

TERMINADA: no

11 jun 2011

Capítulo 12:

--------Narra Beth-------





Se necesitaron 4 paramédicos y 3 profesores para mover el árbol y los autos para que pudieran llegar las camillas hasta nosotros, Bill la rechazó y se subió adelante de la ambulancia.


En la sala de urgencias mientras una enfermera me tomaba la presión, la profesora de historia estaba conmigo, ella nos había acompañado en la ambulancia y estaba tratando de mantener una conversación conmigo, imaginaba que era para evitar que entrara en pánico o algo así, cuando se convenció de que estaba bastante tranquila me preguntó sobre el accidente, me dio la impresión que no se sentía muy cómoda de hacerlo pero tenía curiosidad


-¿Cómo te quitaste tan rápido? estaba en la dirección mirando por la ventana y... casi desapareciste...


-amm... pues... Bill me empujó para hacerme a un lado de la camioneta... él estaba conmigo- mentí


-¿A... sí? Todo fue tan rápido... tal vez por eso no lo vi-


-Sí, tal vez...- Entonces no estaba equivocada, no era mi imaginación, Bill casi había aparecido de la nada. Escuché que la puerta se abría, abrí los ojos y vi que un doctor entraba, era alto, de cabello castaño oscuro y tan guapo como un actor de cine, aunque estaba algo pálido y ojeroso, lo observé detenidamente, sus ojos me recordaron a alguien, entonces recordé que Kelly había mencionado que el padre de Bill era doctor, debía de ser él, sí, tenían los mismos ojos color miel.


-Señorita Wilhem ¿Cómo se siente?- me preguntó mientras revisaba el expediente que la enfermera le había dado


-Me siento bien- respondí


-Bueno, Bill me dijo que se había dado un fuerte golpe en la cabeza...


-Pero no me duele nada- insistí, lo único que quería era hablar con Bill- ¿Podría irme?


-Está bien, pero debe guardar reposo por el día de hoy, su padre y algunos chicos la están esperando afuera- me dijo y me ayudó a bajar de la camilla. Giré hacia la puerta y vi que Bill estaba recargado,





(Dar play)


-¿Puedo hablar contigo?- le dije, él se puso tenso y casi me lanzó una de sus acostumbradas miradas fulminantes. Nos dirigimos a un pasillo.


-¿Qué es lo que quieres?- dijo

-Me debes una explicación- dije cautelosamente- me lo prometiste


-¿Qué quieres que te explique?- después de insistir varias veces fue lo único que conseguí. Le dije lo que yo había visto pero me di cuenta que todo sonaba imposible y no pude continuar y él pareció burlarse de mis palabras


-¿En serio eso crees que pasó? Beth nadie te va a creer...


-No, no se lo voy a decir a nadie- mi respuesta pareció sorprenderle pero inmediatamente me dijo:


-Entonces solo agradécemelo y ya.





-Pues... gracias- estaba bastante molesta, no tenía por qué hablarme así. Hubo un silencio entre nosotros, nos mirábamos fijamente con una expresión de enfado.


Después de unos minutos se fue, yo seguía bastante enojada por no haber conseguido la verdad, pero intenté relajarme, tenía que ir con papá, tal como lo imaginé estaba de pie en la sala de espera, tuve que asegurarle varias veces que me encontraba bien, salvo un ligero dolor de cabeza, me tomó del brazo y salimos del hospital, junto a la entrada estaban Georg, Kelly y Gustav que en cuanto me vieron se acercaron a mí y comenzaron a bombardearme con preguntas acerca de si me sentía bien, tardé varios minutos en convencerlos de que no tenía nada y papá y yo nos dirigimos al auto, en cuanto llegamos a casa telefoneé a mamá, Arthur le había contado lo sucedido y estaba histérica, después de casi una hora de asegurarle que estaba perfectamente bien, me rogó que regresara con ella pero no me resultó tan difícil resistirme a sus ruegos con solo pensar en Bill, sobre todo después de lo que había pasado, era una estúpida, cualquier persona normal hubiera salido huyendo en una situación así, pero claro, por lo visto yo no era normal. En cuanto colgué me dirigí a mi habitación, Arthur se aseguró de que me metiera en la cama el resto de la tarde.


De nuevo soñé con Bill Kaulitz, en mi sueño estaba rodeada casi de oscuridad, Bill estaba delante de mí pero dándome la espalda, yo intentaba alcanzarlo pero no podía por más que lo llamara él se alejaba cada vez más.





La siguiente semana al accidente fue muy embarazosa, desgraciadamente me había convertido en el centro de atención de la escuela, por las mañanas papá se encargaba de llevarme, y al salir del auto varios chicos se acercaban a mí para preguntar sobre el accidente y al terminar las clases abordaba el autobús, mientras esperaba que “mi mecánico personal” pudiera reparar un poco mi auto, afortunadamente era un modelo antiguo y lo suficientemente sólido como para haber resistido y no tener que comprar otro, aunque había que reemplazar varias piezas según me había dicho Georg.


A la hora del almuerzo todos querían oír la historia de mis propios labios y siempre relate que Bill estaba junto a mí y me había salvado apartándome del árbol, pero todos decían siempre lo mismo, que no lo habían visto hasta que llegó la ambulancia, me preguntaba cómo era posible que nadie hubiera visto lo lejos que estaba de mí hasta que llegué a la conclusión de que era porque nadie estaba tan pendiente de él como yo. En ningún momento hubo alguien que hiciera el intento de preguntarle a Bill su versión de los hechos, los Kaulitz seguían sentándose en la mesa de siempre, hablando solo entre ellos y nunca me voltearon a ver.


Bill me ignoraba aún más que antes, llegué a pensar que estaba arrepentido de haberme salvado. Yo deseaba hablar con él, ese día en el hospital estaba muy enojada pero esa noche mi enfado se convirtió en una enorme gratitud y sentía que cada minuto que pasaba mi amor por él crecía más, intenté hablar con él al otro día del accidente. le dije -Hola Bill- de una manera amigable para que se diera cuenta que iba en son de paz, pero él solo asintió y giró la cabeza hacia el lado contrario. Ése fue el último acercamiento que tuvimos esa semana, yo solo me limitaba a observarlo a lo lejos en la cafetería o el estacionamiento y cada que lo hacía sentía un dolor profundo, era tan difícil permanecer lejos de él. Solo a Georg parecía complacerle el distanciamiento que habíamos tenido, tal vez había pensado que su rescate me podría haber impresionado, pero en cuanto notó que había sido todo lo contrario pareció relajarse.




De pronto la tarde del viernes mientras hacía mi tarea de álgebra de nuevo las dudas me asaltaron, trataba de entender el comportamiento de Bill, algo dentro de mí estaba segura de haber recordado todos los detalles de la noche en que supuestamente me había perdido y no entendía porqué Bill era capaz de arriesgar su vida por mí y al mismo tiempo alejarse de mí, casi estaba segura de que me quería tanto como yo a él, bueno no, no tanto, yo realmente lo amaba con todas mis fuerzas, me parecía que toda esa barrera que había levantado entre nosotros era porque tenía miedo, miedo de que yo descubriera algo, algún secreto, pasé mis manos por mi cuello y recordé las marcas que tenía, sentí un escalofrío... por un momento cruzó por mi cabeza una respuesta, sí, lo sabía era absurda pero era una respuesta, vinieron a mi mente las leyendas de este lugar que Georg y Gus me habían contado alguna vez, tomé la lap que estaba en el escritorio junto a mi cama, la encendí con movimientos desesperados, entré a Internet lo más rápido que pude y sin pensarlo tecleé la palabra “Vampiro” y le di “buscar”, aparecieron muchas cosas inservibles, acerca de películas, libros... pasaron varios minutos antes de que encontrara una página que parecía ser interesante.





Había una lista en orden alfabético con diferentes mitos de vampiros en varias partes del mundo, algunas estaban incluso clasificadas por ciudades, había uno que hablaba de una sociedad secreta que había existido mucho tiempo atrás, eran una especie de cazavampiros, pero con el tiempo se fue disolviendo. Otra hablaba de Greifswald, comencé a leerlo y sonaba muy parecido a la leyenda que Gustav me había contado el día de mi cumpleaños.


Un enlace llamó mi atención, mencionaba las características de un vampiro y aseguraba que nada tenían que ver con el estereotipo de Hollywood, decía que incluso los humanos podían convivir con uno sin darse cuenta, decía que tenían la piel blanca y helada, no acostumbraban salir al sol por que este podía quemar su piel, no al grado de matarlos, pero sí de debilitarlos mucho, sus ojos cambiaban de color, eran veloces, fuertes, pero sobre todo hermosos, cualidad que usaban para atraer a sus victimas.


De pronto todo pareció encajar, recordé lo hermoso y perfecto que me parecía, su piel extremadamente blanca, también había notado su ausencia los días soleados, el roce de su mano helada y sobre todo su advertencia de que me alejara de él...



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1 comentario:

clauss dijo...

ayy me emocione me encanto y espero que subas mas
un beso