--------Narra Beth--------
Por fin llegó el “tan” esperado día de mi cumpleaños, el sábado por la mañana me asomé por la ventana y vi que llovía a cántaros, me apresuré lo más que pude a ducharme, ya que papá tocó la puerta del baño diciendo que había llegado algo para mí
-Buenos días papá!!-dije mientras bajaba las escaleras, él llevaba un paquete en las manos y entraba a la cocina
-Buenos días Beth! y feliz cumpleaños!!- dijo abrazándome
-Toma, este es mi regalo de cumpleaños y este lo manda tu mamá y Henry- dijo entregándome 2 paquetes
-Gracias papá!!- le dije abrazándolo nuevamente, nos sentamos a la mesa y tomé el paquete más grande que era una caja casi rectangular y no muy ancha, la abrí, dentro había una nota que decía:
¡¡¡Feliz cumpleaños Beth!!!
Esperamos que el regalo te guste y sobre todo que te sea útil,
a Henry le ha ido bastante bien en el trabajo y por eso hemos
tenido oportunidad de darte este obsequio.
Saludos a Arthur.
Besos. Tu mamá.
Dejé la nota a un lado y saqué con cuidado el contenido, ¡¡Era una Laptop!! No pude ocultar mi sonrisa, el regalo era increíble, realmente debía agradecérselo a Henry, con el sueldo de mi mamá no hubiera sido posible. La puse en la mesa y tomé la otra caja, la de papá, era más pequeña, la abrí, era una cámara fotográfica de color rosa metálico.
-Gracias papá!!- dije sonriendo, realmente no me esperaba recibir ese tipo de regalos, en ese momento sonó el teléfono, era Kelly, después de felicitarme acordamos que era mejor cancelar el día de campo, lo pospondríamos para cuando mejorara el clima ¿Acaso eso era posible en Greilswald? Ella le avisaría a Gus. Justo después de colgar llamó Georg, me felicitó y también estuvo de acuerdo en posponer la salida. Por la noche papá me llevó a cenar al restaurante más “elegante” de la ciudad para celebrar mi cumpleaños, en todo el día no dejó de llover.
El martes había una densa capa de niebla, llegué un poco retrasada a la clase de química, el profesor Delbrück ya estaba ahí. Al entrar me di cuenta que Bill no estaba, suspiré, era extraño lo que me hacía sentir, por un lado me sentía aliviada y por otro lado conseguía ponerme triste, me senté y el profesor le pidió a Kelly que se sentaba al frente, que repartiera unas cajitas que tenía en el escritorio y comenzó explicar el ejercicio
-Bien, chicos, aquí hay una tarjeta de identificación del grupo sanguíneo- dijo tomando una tarjeta de dentro de la caja –También hay unos guantes y una aguja esterilizada. Voy a pasar a cada mesa para explicarles exactamente qué deben hacer, no empiecen antes- Empezó por la mesa de Kelly, tomó su mano y clavó la aguja en la yema de su dedo
-Depositen una gotita de sangre en la tarjeta- dijo mientras tomaba el dedo de Kelly y vi que comenzaba a salir la sangre, comencé a sentir el estómago revuelto y mi respiración entrecortada, mientras él sostenía la tarjeta en alto para mostrárnosla, tuve que recostarme sobre la mesa para evitar que todo siguiera dándome vueltas, pero no sirvió de mucho, podía escuchar los chillidos cada vez que alguien se pinchaba el dedo y creo que eso empeoraba las cosas
-Te sientes mal Beth?? –preguntó el profesor, su voz sonaba un poco preocupada
-Sí- susurré sin levantar la cabeza
-¿Kelly puedes llevarla a la enfermería?
Intenté levantar la cabeza y vi que a mi lado estaba mi amiga, me levanté y ella me sostuvo mientras nos dirigíamos a la puerta
-Solo déjala ahí y regresas a la clase- dijo el profesor con voz firme
Cruzamos el patio muy despacio y cuando pasamos por la cafetería le dije –Déjame aquí, mejor regresa antes de que el profesor se moleste-
-¿Ya te sientes mejor?
-Un poco, creo que el aire frío me ayudó... aunque no tan bien como para regresar a la clase- dije antes de que a ella se le ocurriera decir algo
-OK, pero segura que te quieres quedar aquí, no quieres ir a la enfermería?? aún te vez verde
-No, en serio
-Bueno- dijo encogiéndose de hombros y dando la vuelta para regresar al salón.
Pensé que ha esa hora yo sería la única en la cafetería pero me equivoqué, sentí que alguien me observaba y busqué con la mirada, ahí estaba, en la mesa de siempre, estaba a punto de desviar la mirada cuando vi que me hacía una seña con la mano para que me acercara, ¿¿Qué?? ¿¿En serio estaba llamándome a mí?? Me levanté lentamente, aún me sentía débil, me temblaron las piernas y no estuve muy segura si seguía siendo por la sangre que acababa de ver...
-Siéntate!- dijo muy sonriente. Lo miré extrañada y me senté. Su sonrisa era de una belleza sobrenatural y no podía dejar de mirarlo fijamente
-¿Qué tienes? Pareces enferma... ¿Te salaste o algo parecido?
-No soy la única... –no era buen momento para ser sarcástica- umm no, es solo qué están tomando muestras del grupo sanguíneo y... yo... no me gusta ver sangre -dije casi en un susurro y algo apenada
-¿A sí que te da miedo la sangre?- preguntó sin ocultar una sonrisa burlona
-Un poco, en realidad es el olor, me da asco- mi respuesta parecía causarle gracia. Nos quedamos en silencio un minuto... creía estar soñando
-¿Que tal pasaste tu cumpleaños en la playa?- dijo rompiendo el silencio
-¿Qué? awm... ¿Cómo sabes eso?- pregunté extrañada
-Lo escuché de casualidad cuando lo planeaban a la hora del almuerzo
-Claro que no, te sientas demasiado lejos para poder escucharnos
-Bueno... tal vez leí la mente de tus amigos- dijo alzando la ceja, yo lo miré con el ceño fruncido- ¿No lo crees? suelo ser bueno leyendo mentes- Tenía su mirada clavada en mí y nuevamente sentí el estomago revuelto, así que baje la vista hacia la mesa y preferí no comentar nada sobre lo de la fallida salida del sábado
-¿Quieres algo de tomar? Tal vez algo frío te haga sentir mejor
-mmm sí una botella de agua por favor- aún no terminaba de hablar y me pareció ver que ya estaba en la barra, con la misma rapidez regresó a la mesa, estiró su mano para darme la botella y su mano me rozó, casi instintivamente quité mi mano bruscamente, sus dedos estaban helados como si los acabara de meter en una cubeta con hielos
-Disculpa- dijo retirando su mano
-¿Tu no quieres nada?- le pregunté
-No, aún no tengo sed- dijo con una pícara mirada, parecía reírse de algún chiste privado.
-No entiendo... esto significa que ¿somos amigos?- pregunté confundida
-Amigos... –dijo mirándome con ojos penetrantes
-¿O no? A veces creo que no te agrado- dije tímidamente
-hugm no es verdad, de hecho ese es el problema, créeme me agradas demasiado- dijo con una gran sonrisa, pero algo en la expresión de sus ojos me causó escalofríos –Podría intentar ser tu amigo, aunque... tal vez debería prevenirte... no creo ser un buen amigo para ti. Si eres inteligente te alejarás de mí...
Suspiré –Bueno... entonces hasta que sea inteligente podemos intentar ser amigos? Es que, en serio, no logro entender tus cambios de humor –dije mientras retorcía mis manos
- Se que no he sido muy amable contigo, pero créeme es mejor así... por tu seguridad- lo miré todavía más confundida.
-¿Qué piensas? –preguntó con una expresión realmente intrigada, no sabía que responderle,
-Tú debes saber, dices que eres bueno leyendo mentes, ¿no?
Se me quedó mirando fijamente con una expresión de frustración, cuando de pronto sonó el timbre para la siguiente clase, me levanté de un salto, sentí un gran alivio
-¿Tampoco vas a entrar a esta clase?- le pregunté –Por que yo sí.
-Entonces te veo luego- dijo con una sonrisa seductora.
Me dirigí a mi salón lo más rápido que pude. Repetía todo el tiempo sus palabras en mi mente tratando de darles algún sentido lógico, su advertencia parecía ser real, pero ¿A qué debía tenerle miedo, qué podría hacerme?
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1 comentario:
ayyyyy mary, lograste meterme en la historia y me lei los 7 capitulos de golpe espero lo que sigue besos
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