(Dar play)
----Narra Bill------
Nunca en mi vida me había sentido más feliz, estar con Beth era lo mejor que podía pasarme, nos veíamos entre clase y clase y me costaba tanto trabajo dejarla ir, algunas veces pasábamos la hora del almuerzo en una bodega que estaba en el ultimo piso y que nadie utilizaba ya, a veces también íbamos ahí después de clases, nos sentábamos en el suelo, la rodeaba con mis brazos, me gustaba acariciarle la mejilla, sus manos mientras giraba el anillo de plata que llevaba en la mano derecha, sentir su suave piel blanca que de tan cálida me quemaba, era una sensación tan agradable y lo mejor de todo era que a ella también parecía gustarle el roce de mi piel con la suya a pesar de estar helada, aún tenía que ser precavido, procuraba no prestar mucha atención al flujo de sangre que se podía notar corriendo por sus venas, recorriéndole el brazo, el cuello, pero aún así me gustaba escuchar los latidos de su corazón que cuando me acercaba a ella parecía latir desbocado a punto de salírsele del pecho, me recargaba sobre ella y lo escuchaba, era como música para mí, la más hermosa melodía que jamás había escuchado.
El sábado llegué a casa de Beth en la mañana, por suerte estaba lo suficientemente nublado como para salir, era una de las cosas que me agradaban de Greifswald, estacioné mi Audi y toqué el timbre, pensaba invitar a salir a Beth, pidiéndole permiso a Arthur por supuesto, él al principio no estaba muy convencido y hasta estaba un poco molesto con Beth por no haberle hablado de mí, pensaba tener una plática con ella sobre “chicos” y esas cosas, de hecho ella también parecía un poco molesta pero no sabía por qué. Después de asegurarle que traería a Beth temprano, sana y salva por fin accedió.
Cuando salimos de la casa, le abrí la portezuela del auto y yo tomé mi lugar
-¿Qué tienes? ¿Estás molesta conmigo?- le pregunté acariciando su mejilla
Ella suspiró- No... bueno un poco, me hubieras avisado que vendrías, para “preparar” a mi papá... ahora seguro que me soltará un sermón cuando vuelva- dijo haciendo un puchero
-Lo siento, quería darte una sorpresa... además pensé que ya le habías hablado a tu papá de mí
-No, aún no... bueno es que no estoy acostumbrada a tener este tipo de charlas con mi papá... pero olvídalo ¡Es nuestra primera salida juntos!- dijo regalándome una tierna sonrisa
Caminamos durante un rato por el paseo marítimo, íbamos riendo de tonterías, después anduvimos recorriendo los escaparates de las tiendas de Lange Straße.
-¿Qué pasaría si entraras ahí?- dijo Beth señalando la iglesia de Santa María, una construcción de estilo gótico del año 1250
-Nada- respondí encogiéndome de hombros
-¡¿O sea que sí puedes entrar?!- dijo sorprendida, no pude evitar reírme-No te rías
-Lo siento ¿Qué... crees que me retorcería o algo así? No, nada de eso... tal vez no me sentiría como en casa, pero nada más- ella también comenzó a reír
Como de costumbre el tiempo se me pasó en un abrir y cerrar de ojos, no me había dado cuenta de lo tarde que era hasta que escuché que las tripas de Beth protestaban reclamando comida
-Ya es tarde y no has comido... lo siento, es la falta de costumbre de estar con alguien que debe alimentarse 3 veces al día, ven vamos- dije tomando su mano, mientras nos dirigíamos a un restaurante. Por lo visto tendría que acostumbrarme de nuevo a ciertos hábitos humanos.
-----Narra Beth-----
Mientras tanto Bill y yo pasábamos la mayor parte del tiempo juntos, bueno al menos entre clase y clase, por lo regular llegaba 5 minutos tarde a todas, Bill conocía la escuela a la perfección y sabía de un cuarto que estaba en el último piso del edificio posterior, parecía ser una especie de bodega, había varios archiveros alrededor pegados a la pared, pero ya nadie lo utilizaba, estaba cubierto de polvo pero era el único lugar donde podíamos estar sin las miradas curiosas de los demás alumnos, algunas veces pasábamos ahí el tiempo del receso, la única a la que le había contado esto era a Kelly y le hice prometerme que no se lo diría ni a Gus.
Era nuestro lugar “secreto”. Siempre que estábamos en ese cuarto nos sentábamos en el suelo en un rincón, Bill me rodeaba con sus brazos y entrelazábamos nuestras manos, a él le gustaba jugar con el anillo de plata que llevaba puesto en mi mano derecha, lo giraba alrededor de mi dedo, yo nunca le daba importancia a ese anillo, había estado conmigo desde que nací.
El sábado estaba desayunando con Arthur cuando escuchamos el timbre, papá se levantó de su lugar y se dirigió a la puerta, cuando abrió pude escuchar una voz familiar pero que al mismo tiempo aún podía hacer que dejara de respirar, por supuesto era la cálida y dulce voz de Bill, venía a pedirle permiso a papá para invitarme a salir, pude ver en la mirada de Arthur que al regresar me esperaría un sermón sobre “chicos” tal vez, parecía estar molesto con la idea de que su “niña” ya no fuera tan niña y saliera con uno.
No sé como lo hizo Bill pero consiguió el permiso de papá, bueno no se de que me sorprendo Bill es perfecto en todo lo que hace... estuvimos caminando durante un rato por el paseo marítimo, íbamos riendo de tonterías, después anduvimos recorriendo los escaparates de las tiendas de Lange Straße. Realmente estaba feliz era nuestra primera salida juntos, aunque debo reconocer que al principio no estaba muy contenta de que llegara sin avisarme y no darme tiempo de hablar con mi papá, pero me di cuenta que era una estupidez, él solo quería darme una sorpresa.
Después de todo mi bombardeo de preguntas sobre la “vida” de un vampiro, fue el turno de él de preguntar, quería saber que me gustaba hacer, cómo era la casa donde vivía en Baden con mi mamá, cómo era cuando era niña, le conté que mi mamá se había divorciado de mi papá cuando yo tenía 1 año y a partir de ahí nos mudamos a Baden y muchas otras cosas.
El jueves era cumpleaños de Georg, Kelly me dijo que fuera a su casa, Gus nos llevaría al cine en su auto. 5 minutos después de que llegué a su casa, llegó Monika, su hermano mayor la había ido a dejar, él iba en el último nivel de la preparatoria, su nombre era Dave, era la primera vez que lo veía, era alto y un tanto musculoso, me dio la impresión de que lucía bastante cansado con ojeras y todo, al menos parecía más amigable que ella, aunque debía reconocer que últimamente hasta parecía comportarse más amable conmigo desde que notó mi distanciamiento con Georg.
Casi 10 minutos después escuchamos el claxon de Gus y salimos, nos subimos a su auto, Kelly junto a él y Monika y yo ocupamos el asiento trasero, mientras conducía por Dompassage que es el corazón de la ciudad, en donde se encuentran varias tiendas y el cine, Gus comenzó a platicarnos que su papá se había visto con el papá de Georg
-¿Y qué te dijo? ¿Qué tenía Georg?- pregunté, la verdad me extrañó ser yo la que preguntara y no Monika, ella siempre solía estar “muy” al pendiente de todo lo que tenía que ver con él
-Uff!- dijo Gustav con tono exasperado –Nada... lo único que dijo fue “No es nada, él está bien solo está pasando por una “etapa” de su vida... te lo explicaré más adelante y ya lo entenderás”- en ese momento pude notar que Kelly y Monika se ponían tensas al escuchar a Gus, eso solo hizo levantar más mis sospechas acerca de que Kelly sabía algo más- ¿Qué clase de respuesta es esa?- dijo Gus, después todos permanecimos en silencio.
Cuando llegamos al cine Georg nos estaba esperando en la entrada, lo observé detenidamente aunque tratando de no ser muy obvia, pero no noté nada “raro” en él, bueno en realidad no sabía que buscaba exactamente, él nos saludó como siempre.
Mientras estábamos formando para comprar las entradas, 2 chicos que estaban delante de nosotros estaban platicando y no pudimos evitar escuchar lo que decían
-¿Qué ocurrió?- dijo uno de los chicos
-Pues condujimos en dirección norte, hacia el río Ryck. Hay un sitio ideal justo a un kilómetro del comienzo del sendero, pero vimos algo cuando estábamos más o menos a mitad del camino, creímos que era un oso- dijo el otro
-No eres el primero que lo ve, yo creo que hay que decirle al guardia forestal
-Sí, debería avisar a la gente, porque no estaba en la montaña, ¿Puedes creer? sino a unos pocos kilómetros de donde arranca la senda, muy cerca de la costa- mientras decía esto volví a notar tensión, esta vez entre Georg, Kelly y Monika... intenté preguntarles si ellos sabían algo de eso, recordaba que papá ya me había alertado de un animal salvaje merodeando por aquí cerca, pero evadieron mi pregunta y desviaron el tema, definitivamente ellos sabían algo y no querían contarnos a Gus y a mí...
---------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario