RESUMEN


¿Qué harías si todo tu mundo cambiara derepente? ¿Si todo lo que pensabas imposible fuera real? Si la persona que más amas estuviera a punto de matarte... y guardara un secreto que podría cambiar tu vida...


CATEGORIA: hetero.

GÉNERO: romance, vampiros

PERSONAJES: Tokio Hotel

CLASIFICACIÓN: +15

TERMINADA: no

17 dic 2011

CAPÍTULO 47:

----------Narra Beth---------



Al principio me sentía nerviosa, aunque obviamente muy emocionada, llevaba meses deseando y soñando con esto, necesitándolo... así que respiré profundo, dejándome llevar por las sensaciones que las caricias llenas de amor de Bill provocaban en mi cuerpo...



Cerré los ojos mientras Bill me recostaba sobre las almohadas y cubría mi cuerpo con el suyo... mis manos tiraron de su camiseta mientras sus dedos se deslizaban por el borde de mi blusa hasta llegar al broche de mi sostén, agradecí mentalmente el haberme tomado mi tiempo para escoger mi ropa, así al menos llevaba puesto el coordinado de encaje rosa y no los de algodón que casi siempre suelo usar...  



-Te amo- Bill susurró cerca de mi oído mientras desabrochaba mi sostén...



-Quiero ser solo tuya- dije mientras acariciaba su piel fría, pero que en estos momentos juro que parecía estar tibia...



Todos sus movimientos eran perfectos, tan llenos de elegancia que temí ser un poco torpe a su lado, la pizca de nerviosismo que al principio demostró se había esfumando en unos cuantos minutos, en cambio mis nervios seguían sin querer abandonarme, aunque cuando sus ojos buscaron los míos sentí que eran unos imanes que se tornaban cada vez más oscuros y me atraían irremediablemente, hasta que me perdí por completo en ellos... dejando que Bill terminara de quitarnos lo poco que quedaba de nuestra ropa...



Una serie de sensaciones completamente extrañas y desconocidas hasta ese momento para mí, recorrían todo mi cuerpo, era una especie de escalofríos combinado con un ligero hormigueo en el interior de mis muslos y el calor seguía subiendo, tan agradable, mientras Bill recorría con sus labios mi cuello, mi espalda... depositando suaves besos en cada centímetro de mi piel... bajó sus manos, deslizándolas, rozando con su lengua mis pechos, deteniéndose, envolviendo mi cintura para después bajar hasta mis muslos, jalándolos hacia él, de modo que se envolvieron alrededor de su cuerpo...



No podía controlar mis gemidos cada vez que sentía la lengua de Bill recorriendo mi cuerpo... cada vez que me embestía suave, lenta y apasionadamente y después más rápido y profundo... sentí que estaba a punto de llorar, pero no era de tristeza, ni dolor, no nada de eso, al contrario me sentía tan feliz... de una manera que ni siquiera sabía que era posible... totalmente inundada en el amor de Bill, que pensé que después de esto ya no me importaba si moría mañana... esto era como estar en el cielo...









----------Narra Bill---------



Mientras tomaba el rostro de Beth entre mis manos, en mis pensamientos me estaba debatiendo, no sabía si dejarme llevar por todas las emociones que me embargaban en ese momento... ¿Esto era correcto? ¿Podría hacerlo? ¿Sería capaz de mantener el suficiente control para no hacerle daño? Las cosas eran un poco complicadas, ya que yo era tan “nuevo” en esto como Beth... decidí que ya no había tiempo para buscar respuestas... ya habíamos llegado a un punto sin retorno... y no pensaba echarme para atrás, mi cuerpo y mis instintos me pedían a gritos que siguiera adelante, que no me detuviera... y eso hice... además me di cuenta, por cómo reaccionaba Beth a mis caricias, que ella lo deseaba tanto como yo



Era tan placentero estar rodeado por el calor de Beth, enredarme entre sus brazos, mientras mis manos volaban alrededor de su suave y hermoso cuerpo que ni siquiera sabría como describirlo... lo único que sabía era que Tom tenía razón, tenía que experimentarlo por mí mismo... solo que, aún seguía convencido de que esperar había sido lo mejor que podría haber hecho... esperar a que llegara a mi vida la mujer indicada, la única a la que amaría por toda la eternidad... después de esto ya no me importaba ni me aterraba la idea de que carecía de alma y que nunca conocería la paz... hacer el amor con Beth era como estar en la misma gloria, sentía que estaba tocando el cielo con mis propias manos...



En mi mente grabé cada segundo, cada centímetro de su piel, quería que su exquisito aroma se impregnara en mi piel y así llevarlo en mi memoria para siempre... el dulce sabor de su cuerpo, de sus labios...



Trataba de ser cuidadoso, de no lastimarla... aunque por momentos me era imposible no perder el control... cuando escuchaba sus suaves y sensuales gemidos, cada vez que mi lengua recorría sus pechos... su intimidad... y es que en verdad que su sabor era adictivo... tan adictivo como el sabor de su sangre... ¡no! no debía pensar en eso o perdería el control por completo, el poco que me quedaba... me concentré en sus movimientos acompasados con los míos, en cómo su cuerpo, perlado en sudor, apretaba al mío, en la forma en como se arqueaba su cuerpo cada vez que la penetraba excitándome cada vez más... cada que eso pasaba respiraba profundo tratando de controlarme... quería que este momento durara para siempre... pero aún para un vampiro eso es imposible... así que en medio de gemidos descontrolados por parte de los dos, llegamos al final, tan fundidos completamente el uno en el otro que no podría decir donde empezaba ella y terminaba yo...  







----------Narra Beth----------



Descansé mi cabeza sobre el pecho de Bill mientras disfrutaba de la agradable sensación de su piel fría calmando el calor de mi piel, mientras él besaba y acariciaba mi cabello y me susurraba al oído cuanto me amaba...



Permanecimos así un rato más, los dos en su cama... yo sabía que podría estar así con él durante toda la eternidad, pero lamentablemente, por ahora tendríamos que irnos, yo tenía que regresar a casa, antes de que mi papá irrumpiera en la habitación de Bill con todo y patrulla.



Descubrimos  que vestirse no es tan fácil cuando no puedes dejar de besar y acariciar a otra persona... pero finalmente, después de varios intentos lo conseguimos... pero fue todavía más complicado despedirnos en la puerta de mi casa... después de que Bill me hiciera el amor, ya no podía soportar la idea de tener que separarme de él ni un segundo, creo que si por mi fuera me iría a vivir con él en este momento, pero sabía que era una locura... solo era cuestión de esperar un poco, unas cuantas semanas más para que las clases terminaran y nosotros nos podríamos ir juntos a donde fuera... un lugar en donde podríamos hacer el amor todo el tiempo sin que nadie pusiera el grito en el cielo (como Arthur por ejemplo) esa idea era tan tentadora que solo conseguí que me causara más tristeza tener que darle un beso de despedida a mi novio y darme la vuelta para entrar a mi casa... pero bueno, me recordé a mi misma que en unas cuantas semanas, no solo estaría al lado del amor de mi vida, sino que también sería como él, sería un Vampiro y ya nada nos podría separar... o ¿No?...





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Danke por leer!!! :D


CAPÍTULO 46:

Hallo!!! estoy de vuelta con nuevo capi,
les dejaré 2 en compensación por la tardanza XD!
espero les gusten!!! :D me costó algo de trabajo hacerlos :3







----------Narra Bill---------





En el momento en que Beth preguntó cómo era posible que un anillo con el símbolo de la Sociedad del Dragón, una antigua hermandad de brujos cazavampiros, hubiera llegado hasta ella, pude ver en los pensamientos de mis hermanos que la única posibilidad era que algún familiar de ella formara parte de la Sociedad, pero casi al mismo tiempo esa idea fue descartada por los demás... excepto por mí...  



Por supuesto, era de lo más extraño pensar que hubiera la posibilidad de que eso fuera cierto ya que habíamos pasado casi un año cerca de ella y la considerábamos siempre como una humana a tal grado que era difícil verla de otra forma... pero yo sí tenía mis dudas, dudas que estaban fundamentadas en las cosas extrañas (sí, extrañas hasta para un vampiro como yo) que habían sucedido el día que Inna había muerto después del enfrentamiento en el claro, cuando tuve la sensación de que Beth había “utilizado” magia para ayudarme a terminar con ella... pero no quise mencionarlo, no se lo había contado a nadie y no pensaba hacerlo en estos momentos, aún así noté la tensión en la biblioteca de papá, por lo que decidí que era hora de llevar a Beth de regreso a su casa...





Durante toda la noche, mientras mi familia estaba de cacería (yo había cazado la semana anterior por lo que aún no lo necesitaba, además en la casa había “suministros” en el fondo de la despensa) estuve dándole vueltas a todo eso... había llegado a la conclusión de que probablemente uno o quizá los dos padres biológicos de Beth fueran brujos... quizá no querían que nadie supiera que Beth tenía poderes y por esa razón la habían dejado en casa de los Wilhem... aunque por otro lado, tampoco podría decir que estaba completamente seguro que los Wilhem fueran humanos, como ya había dicho, no estoy muy familiarizado con todo eso de la magia, ya que por lo regular evitamos a los Brujos y además por nuestra forma de alimentarnos ha sido más fácil mantenernos alejados de cualquier problema con ellos, pero después de haber leído el libro que Andreas había encontrado esta tarde en la biblioteca me enteré de algunas cosas, como por ejemplo que los brujos suelen hacer un hechizo sobre alguna prenda que lleven puesta siempre, como un anillo, un dije, lo que sea, el cual los hace pasar por humanos, o sea que les da las mismas características, como por ejemplo ocultar su olor y reemplazarlo por el de un humano, el color de sus ojos, de modo que aún cuando utilicen magia sus ojos no cambien de color, sí, de eso también me acabo de enterar, que cuando un brujo lanza un hechizo sus pupilas adquieren un destello color púrpura por unos segundos, pero por medio de este hechizo todo esto desaparece, hasta sus pensamientos y recuerdos acerca de lo que son, únicamente en el exterior ya que no es que les haga perder la memoria, sino que funciona como una “fachada”, ayudándolos a pasar desapercibidos para todos los demás seres, así que como verán ya no puedo estar tan seguro de que Arthur o Britta sean humanos...



Pero dándole vueltas, me di cuenta de que quizás sí lo sean porque de lo que realmente estoy seguro es de que ellos no son sus verdaderos padres, no tendría caso que estuvieran mintiéndole sobre eso, más aún cuando yo mismo vi lo preocupados que estaban los días pasados cuando se veía tan deprimida...



A estas alturas estaba seguro que si no fuera vampiro, mi cabeza estaría estallando de dolor, afortunadamente eso nunca sucederá,  y es que seguía pensando en todos los problemas que se nos presentarían a Beth y a mí si los demás se enteraran, y me estaba refiriendo a todos, la manada y los brujos de Greifswalder Bodden, incluso mi familia tal vez pondría el grito en el cielo, porque una cosa era que hubieran apoyado nuestra relación aún cuando Beth fuera humana y otra muy diferente sería que ella fuera una Bruja, sin contar que hasta donde sé las brujas no son inmortales y no conozco una manera que haga posible que eso cambie...



Todo eso comenzaba a aterrarme al punto de decidir que si las cosas se volvían demasiado complicadas para nosotros dos, le pediría a Beth que se fuera conmigo... a donde fuera, lejos de todas las personas que intentaran separarnos por cosas de las cuales no éramos culpables, como el hecho de que ella pudiera haber nacido siendo una bruja y que yo me hubiera convertido en vampiro... suspiré y respiré varias veces, incluso cuando en realidad no necesitaba aire en mis pulmones, solo para lograr calmarme... necesitaba pensar las cosas con la “cabeza fría” (me reí en mi interior de la ironía de esas palabras)... pero la único conclusión a la que pude llegar era: que haría lo que fuera para evitar que alguien o algo se interpusiera entre la mujer que más amaba, la única que era capaz de hacerme sentir vivo otra vez y yo... 






 

En cuanto me di cuenta que ya había amanecido no pude resistir la tentación de llamar a Beth, así que le pedí que saliéramos, fuimos a desayunar, después dimos una vuelta por el centro comercial y luego nos dirigimos hacia mi casa, podíamos aprovechar que mi familia no estaba, yo le había dicho a Beth que yo los había acompañado pero que había decidido regresar antes, ya que no me atreví a contarle el verdadero motivo por el que permanecí en casa toda la noche, aterrado con la idea de que intentaran separarnos.






 

Mientras dábamos un paseo por la orilla del río Rick, ella me habló acerca de lo que pensaba podría ser la manera en cómo había llegado el anillo hasta ella, pensaba que alguien de la familia de sus padres biológicos podrían haber pertenecido a la Sociedad del Dragón, pero no que fueran brujos, sino humanos que estuvieran relacionados con la Sociedad, yo sabía que eso no era lo más común, pero viendo la angustia que se reflejaba en sus ojos y sintiendo como de nuevo una oleada de pánico se apoderaba de mí, decidí dejar el tema... sentía una urgencia por tenerla cerca, de no dejar que se fuera, no permitir que nada la alejara de mí, necesitaba estar con ella, respirar su olor y de esa forma tratar de organizar mis pensamientos... verla en medio de mi habitación, sentada a la orilla de mi cama fue más de lo que podría resistir, me había prometido a mí mismo que no dejaría que las cosas llegaran a este punto, pero no pude hacer nada, mi autocontrol se venía cada vez más abajo mientras contemplaba sus hermosos ojos color chocolate, su pálida piel, mientras sentía sus tiernos labios sobre los míos... el calor que desprendía su cuerpo y me llenaba completamente...



Nos besamos mientras le susurraba al oído lo mucho que la amaba, ella era lo más valioso que tenía, lo que me ayudaba a seguir adelante en medio de todo el vacío y soledad en que se había convertido mi existencia, pero con ella a mi lado... aunque solo fueran unos años, los años en los que ella viviera, yo estaría completo y feliz... lo que pasara después ya no era importante...



Intenté dejar atrás todos mis temores... la amaba tanto que estaba seguro que esta vez no pondría en riesgo su vida, sabía que no la mordería porque, aunque tal vez, aún en el fondo siguiera deseando con todas mis fuerzas volver a beber su dulce y deliciosa sangre, en realidad lo que más deseaba era tenerla conmigo, viva, respirando a mi lado... ella era mía, solo mía y nada lo podía cambiar...



29 nov 2011

Capítulo 45:

---------Narra Beth--------



Tenía una idea rondándome desde ayer, pero no me atrevía ni siquiera a prestarle mucha atención, mucho menos me había decidido a tocar el tema con Bill, aunque sabía que tendría que hacerlo y pronto, se trataba de la posible conexión entre mis verdaderos padres y el anillo, claro que solo era una idea tonta que entre más la pensaba más ridícula y absurda me sonaba, pero al mismo tiempo me provocaba más ansiedad y hasta miedo, había llegado a la conclusión de que uno de mis padres, o tal vez los dos, podrían haber estado ligados a alguien que pertenecía a “La Sociedad del Dragón”, era la única razón que se me ocurría, pero al mismo tiempo trataba de convencerme a mí misma de que estaba equivocada, seguramente había llegado a ellos de otra forma... por más que lo estuviera posponiendo tendría que hablar con Bill, solo me había salvado por el momento gracias a que los Kaulitz habían salido de cacería.


Estaba segura que no era la única que estaba pensando en esa misma posibilidad por la forma en como se miraron los Kaulitz en el momento en que pregunté como podría haber llegado a mí un anillo con el símbolo de la dichosa Sociedad, Bill me había casi arrebatado el libro de las manos, lo cerró y lo aventó bruscamente sobre el escritorio de su papá, en ese momento dijo que ya era suficiente por el momento de tanta búsqueda y me trajo de vuelta a mi casa... es más, hasta sentía que lo de salir de caza era un pretexto para estar a solas, seguramente hablando de esta posibilidad, respiré profundo y me obligué a dejar de pensar en la absurda idea de que Bill ya no quisiera verme más por el hecho de que mis padres estuvieran “relacionados” con unos cazavampiros.


No podía creer que todo esto me pasara a mí... no salía de una cuando ya estaba en otra... para colmo sentía mucha curiosidad por saber más acerca de aquel grupo de brujos ya que Bill no me había dado oportunidad de leer todo lo que decía el libro de su padre, comenzaba a pensar que tal vez debería averiguar por mi cuenta, posiblemente en Internet encontrara algo.


Al día siguiente me despertó el timbre de mi celular, contesté tratando de sonar lo más despierta posible, era Bill, al principio me extrañó pensé que aún estaría con su familia cazando pero dijo que había preferido regresar antes, que ya había cazado lo suficiente, me avisó que pasaría por mi en un par de horas... en cuanto colgué salí disparada al baño, me apresuré a ducharme, planché mi cabello y puse gloss en mis labios mientras intentaba decidir si ponerme mi sudadera rosa o mi chamarra negra con peluche alrededor de la capucha o... al final me puse la chamarra con unos skinny y unas botas negras.
Cuando entré a la cocina, papá ya estaba sirviéndose una taza de café, le sonreí a modo de disculpa por haber olvidado preparar el desayuno.


-¿Vas a salir?


-Sí, Bill viene por mí


-Beth creo que ya va siendo hora de que te decidas por una Universidad ¿No crees? ¿Supongo que ya has pensado en algunas?


-mmm, sí... ya te había dicho que pensaba... bueno, pienso ir a la Freie Universität Berlín y aún tengo un par de semanas antes de que termine el periodo de inscripción- dije un poco titubeante, no lo podía evitar, hablar del tema de la universidad me ponía algo nerviosa, en especial si era delante de papá, tenía miedo de que sospechara algo, lo cual era ridículo ¿Cómo podría Arthur descubrir que en realidad no asistiría a ninguna universidad? ¿Cómo podría imaginarse siquiera, que la verdad era que iba a ser transformada en Vampiro?


-Y ¿Cuándo es?


-El 15 de enero... podemos hablar después... lo prometo- dije mientras tocaban el timbre de la puerta y yo le daba un beso en la mejilla...


Cuando abrí la puerta sentí como mi boca se abría de la impresión, digo Bill siempre se ve perfecto, pero es que verlo ahí delante de mi puerta con sus jeans ajustados, playera roja, chamarra a juego, ajustada a su cuerpo y su cabello alborotado...


Era imposible no preguntarme que era lo que él veía en alguien como yo...
Primero fuimos a la cafetería del centro comercial a desayunar, bueno a que yo desayunara, ya que Bill solo fingió tomar un makiatto, cuando salimos nos detuvimos a ver algunos aparadores y mientras pasábamos por la joyería no pude evitar decir


-¡Mira esto!- mientras señalaba una pulsera con estrellas de oro blanco, Bill tomó mi mano y me jaló hacia dentro de la tienda, mientras le pedía a la empleada que nos mostrara la pulsera, cuando la tuve en mis manos comprobé que era perfecta pero muy costosa, obviamente no entraba dentro de mi presupuesto, pero Bill dijo que él la compraría para mí, intenté negarme pero me miró de una forma que supe que nada de lo que yo dijera evitaría que lo hiciera, así que mejor me callé... más tarde nos subimos a su auto, pensé que tal vez ya me llevaría de regreso a mi casa pero en vez de eso me preguntó si quería ir a la suya


-Pensé que no querías que me acercara a tu casa- dije mirándolo de reojo sonriéndole


-Bueno sí, pero eso no aplica hoy, ya que Jehanne sigue con mi familia y no van a volver hasta mañana


Nos detuvimos un poco antes de llegar a su casa y caminamos un rato siguiendo la orilla del río Rick mientras que, sin saber cómo, empezamos a hablar del tema de mi anillo, así que no tuve más remedio que contarle la teoría que tenía sobre que algún familiar de uno de mis padres podría estar relacionado con la Sociedad del Dragón


-No lo sé... quizá esta Sociedad haya cambiado con el tiempo, tal vez ya no son solo... Brujos, tal vez puedan formar parte también los humanos- dije, mientras el negaba con la cabeza


-No, no creo que haya cambiado... aún cuando no sé mucho de esa Sociedad, sí sé que los brujos, al igual que los lobos y los vampiros tenemos como regla principal no revelar nuestra identidad a los humanos


-Bueno... tú me contaste lo que eres... y Georg, bueno de alguna forma también lo hizo, así que por que no pensar que los brujos también pueden romper sus reglas de vez en cuando- dije sonando demasiado esperanzada y tratando de creerme yo misma esa historia -Bill solo suspiró pensativo, mientras sacaba las llaves de la casa de su bolsillo, porque aunque pensé que los Vampiros no necesitaban cerrar sus casas con llave cada que se ausentaban, lo cierto es que deben guardar las apariencias y actuar lo más humano posible.


En cuanto entramos Bill me ofreció algo de tomar, pero lo rechacé, entonces Bill tomó mi mano y me jaló para que subiéramos las escaleras


-¡Vamos! Tengo algo para ti- dijo con su hermosa sonrisa


-¿Para mí?- dije mientras él abría la puerta de su habitación, era la tercera vez que estaba ahí, primero el día que me mostró toda su casa y después el día que me “transporté” después de quitarme mi anillo, había una gran cama en medio así que me senté, mientras Bill sacaba una pequeña caja de un cajón de su enorme closet


-¡Tu regalo de navidad!, un poco atrasado pero...


-¡Otro! O sea quiero decir, gracias, pero ya me compraste esta pulsera y...


-¿Y eso qué?- dijo rodando los ojos –Bueno, velo como un paquete, así que solo es un regalo


Lo tomé dándome por vencida, nunca he entendido como es capaz de convencerme siempre tan fácilmente, pero es que cuando me mira de esa manera, todos mis pensamientos se vuelven confusos, mi voluntad se diluye y lo único en lo que puedo pensar es en él, desenvolví la caja y cuando me di cuenta que era el CD que tanto había estado buscando y no encontraba desde hacía un buen tiempo, no pude hacer otra cosa que saltar hacia él, que me esperaba con los brazos abiertos para después besarnos...


Me alejé un poco para quitarme la chamarra ya que la forma en que estaba mirándome hizo que el calor subiera por mis mejillas... pero no resultó, porque cuando me encontré de nuevo con sus ojos, esta vez el calor no solo inundó mi cara, sino todo mi cuerpo, claro de una manera agradable, mi respiración se entrecortó y no pude evitar preguntarme si alguna vez seré capaz de acostumbrarme a su extraordinaria belleza, su suave piel blanca como el mármol, su sedoso cabello negro, sus facciones finas y perfectas y su delgado pero escultural cuerpo... y la respuesta era no, al menos eso esperaba, no dejar de amarlo, desearlo y necesitarlo nunca...


Bill se acercó a mí lentamente hasta que nuestras frentes se juntaron, tomó mi cara entre sus manos


-Te amo, siempre voy ha estar ahí cuando me necesites, no importa lo que pase...


-Siempre vamos a estar juntos- le interrumpí terminando la frase, él asintió


Sabía muy bien a lo que se refería, al anillo y todos los problemas que nos había traído, pero no quise seguir pensando en eso, no ahora, no en este momento en el que sus ojos reflejaban un amor y una ternura infinita que creí no merecer, nuestros labios se encontraron y yo rodeé con mis brazos su espalda mientras él hacía lo mismo con mi cintura...


Los besos aunque eran lentos y suaves, tenían en el fondo un toque de desesperación, como si sintiéramos un hambre que solo el otro pudiera ser capaz de saciar... me di cuenta que si no hacía algo para frenar ahora, más tarde sería imposible, el problema era que no quería frenar, no, ni la más mínima intención y esperaba que Bill pensara igual, que esta vez se olvidara de su miedo a perder el control y se dejara llevar...



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Qué creen que pase Aliens???

o más bien la pregunta sería: Quieren que pase algo entre Beth y Bill???
yo creo que sí, porque ya se han tardado mucho jajajaja!!!

bueno pues hasta aquí por el momento...
prometo apurarme, tengo el siguiente capi pero aún no me convence como quedó así que tengo que revisarlo, pero en unos días (serán poquitos, lo prometo ñ.ñ)

Ya solo me falta una semana más para terminar mis exámenes!!! y podré seguir escribiendo =)
Kusses y Danke por pasar al blog!!!








28 nov 2011

Capítulo 44:

---------Narra Bill---------



A la mañana siguiente de haber llegado, Britta propuso que diéramos un paseo por algunos puntos turísticos de Francia, la pasamos muy bien y hubiera sido el viaje perfecto si no fuera por las “cosas” que descubrí en la mente de Britta, no sabía a ciencia cierta de que se trataba pero a juzgar por su actitud supuse que no sería algo bueno.


Beth había intentado hablar con ella sobre su anillo de plata y su mamá trató de esquivar las respuestas y se le ocurrió que tal vez un paseo distraería a Beth de su intento por averiguar la procedencia del anillo, pero Britta no había podido olvidarse del asunto, podía ver en sus pensamientos que sentía miedo, de hecho, había momentos en los que parecía estar aterrada, pero trataba de disimular con su hija, tenía pensamientos acerca de que tendría que revelar un “secreto”, pero no pude ver de lo que se trataba por que ella intentaba no pensar en eso.


Por la tarde cuando nos quedamos solos, Beth me pidió que la ayudara a “investigar” un poco en los pensamientos de su mamá pero yo ya no estaba muy seguro de que fuera buena idea, por los pensamientos angustiosos que tenía su mamá pensé que se trataba de algo delicado y personal, así que lo mejor era que lo hablaran ellas dos... convencí a Beth para que volviera a intentar hablar con Britta y ella estuvo de acuerdo, lo haría mañana en cuanto se levantara.


Durante toda la mañana me sentía un poco ansioso, deseaba saber que había pasado con Beth y luché con mis ganas de ir a verla, lo mejor era esperar a que ella me buscara, tal vez esto era más simple de lo que yo estaba pensando. Así que intenté distraerme viendo un poco la tele.


Esperaba que Beth me llamara, pero nunca me imaginé que la iba a “encontrar” acurrucada en un rincón de mi habitación, en cuanto la vi, corrí junto a ella y la abracé, estaba bañada en lágrimas, de nuevo se veía como esa vez en mi recámara, como si fuera un fantasma, cuando la toqué me sorprendí... era como tratar de tocar agua, puedes sentirla pero no retenerla en tus manos por mucho tiempo y además estaba fría, aunque no tanto como yo.


Dejé que se desahogara y cuando estuvo más tranquila me contó todo lo que le había dicho Britta: ella y Arthur no eran sus verdaderos padres, una noche tocó a su puerta una chica de unos 17 o 18 años, con una bebé casi recién nacida pidiendo que la dejaran pasar la noche, ellos se conmovieron al ver que estaban solas y estaba lloviendo demasiado, además la chica parecía asustada como si estuviera huyendo de alguien, así que aceptaron, según lo que le dijo Britta, al día siguiente la chica ya no estaba, solo estaba la bebé quien llevaba una cadenita con un anillo de plata en el cuello y una nota donde pedía que no se la quitaran, no la encontraron por ningún lado aunque preguntaron en todo el pueblo si alguien la conocía pero nadie pudo darles ninguna información, decidieron esperar un poco con la esperanza de que tal vez regresara por su hija, pero al cabo de unos meses sin ninguna noticia de la chica de la que solo conocían su nombre, Ágnes, tomaron la decisión de adoptar a la niña... todo esto la tenía muy triste, se notaba en sus ojos que estaba sufriendo y eso me dolía a mí también.



Me di cuenta que Beth no llevaba puesto el anillo y también de que a pesar de eso, yo no podía leer sus pensamientos, como hubiera podido de estar ella presente físicamente, pero sabía que no era un buen momento para hablar de eso, ella quería que regresáramos cuanto antes. Al principio no quería ir a Greifswald, me pidió que la llevara a otro lado, donde fuera, solo quería estar conmigo, pero le hice ver que aunque fuera difícil debía hablar con Arthur y Britta.










----------Narra Beth---------



Bill me consoló mientras yo le contaba todo lo que me había dicho mamá acerca de cómo me encontraron... creo que hablar de todo eso me ayudó a sentirme mejor, aún así ya no quería estar en Francia, aunque tampoco quería regresar a Greifswald, pero como me había dicho Bill tenía que hablar con ellos tarde o temprano... y de nuevo recordé que les debía demasiado, ellos me querían y se preocupaban por mí... él realmente me hacía sentir mejor.


Para entonces ya me había dado cuenta de que al igual que la vez anterior en la recámara de Bill, yo me había “transportado” cuando me quité el anillo, ahora estaba realmente segura que no era un sueño, era real el hecho de que el anillo tenía una especie de “magia”, pero por ahora ya no tenía cabeza para ponerme a averiguar que clase de anillo era.


Solo había un pequeño problema, no tenía ni idea de cómo “regresar” y sinceramente comenzaba a asustarme un poco... por suerte mamá tocó la puerta mientras pronunciaba mi nombre y de nuevo sentí como si algo me empujara fuera de la habitación de hotel donde estaba Bill... de pronto estaba de nuevo en un rincón de mi cuarto, me levanté algo aturdida por todo lo que pasaba y me dirigí a abrir la puerta. Después de hablar con mi mamá acordamos que ella nos acompañaría a Greifswald, dijo que tendríamos que hablar los tres juntos, papá, ella y yo. Más tarde no tuve más remedio que volver a colocar el anillo en mi dedo, ya que la sensación que me provocaba al quitármelo era extraña y me asustaba un poco.





****


Los siguientes días fueron confusos, como si los recuerdos estuvieran cubiertos de niebla, no tenía muchos ánimos para hacer otra cosa que no fuera hacer nada, Arthur comenzaba a estar realmente preocupado de nuevo; cuando volvimos del viaje y se enteró que yo ya sabía toda la verdad había estado preocupado por mi reacción, tal vez pensaba que íbamos a distanciarnos o que tal vez yo regresaría a vivir con mamá, pero cuando se dio cuenta que no lo haría se relajó un poco... yo en verdad intentaba comportarme como siempre y hacía un gran esfuerzo pero había momentos en que no lo lograba, no dejaba de darle vueltas a lo mismo, me preguntaba que podría haber pasado para que mi verdadera mamá me hubiera dejado con unos completos desconocidos.



Mila venía todos los días a verme al igual que Bill, entre los dos trataban de animarme y creo que papá estaba realmente agradecido con ellos, especialmente con Mila, ya que a pesar de que Bill parecía agradarle, siempre se comportaba más amable con su hermana, creo que pensaba que si no fuera por sus visitas, yo podría caer en una grave depresión.



Una tarde había aparecido en mi casa cargando una pesada caja, obviamente sin ningún esfuerzo, por supuesto que en cuanto papá abrió la puerta y vio su pesada carga se apresuró a quitársela de las manos alegando que una niña tan “frágil” no debería hacer una trabajo “pesado” como ese, ella le agradeció y al hacerlo se vio tan cansada que por un segundo hasta yo estuve a punto de tragarme todo el cuento, más tarde supe que la caja estaba llena de fotografías, todas de la familia Kaulitz, claro que las fotos las vimos en mi recámara, donde papá no pudiera darse cuenta de la variedad de paisajes y estilos de ropa que iban desde trajes largos y sobrios de principios del siglo XX hasta las prendas más fashion de la colección de este año... tomé una foto al azar y no pude evitar abrir un poco la boca asombrada mientras deslizaba mis dedos por encima, o sea, sabia que era Bill, pero no todos los días ves una cosa como esa... sus perfectos y finos rasgos siguen siendo iguales, completamente iguales (a excepción de su peinado, el delineado de sus ojos marrones y el piercing por supuesto), tanto que me parece estar viendo una foto tomada el día de Halloween mientras mi novio lleva puesto un disfraz de la época de la Primera Guerra Mundial... 



Por la noche después de que Mila se fuera, me di cuenta que realmente no tenía por que estar así, completamente deprimida, ya que lo tenía todo, siempre había tenido una familia, bueno sí, tal vez un poco distanciada, pero al menos sabía que ellos me querían, yo solo estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua y tenía otras cosas importantes que hacer, como saber cómo funcionaban los poderes del anillo, además tenía una visita pendiente a Greifswalder Bodden, debía ir a agradecerle a la manada todo lo que habían hecho por mí, en especial a Georg y a Gus, por suerte aún me quedaban unos días de vacaciones y tendría tiempo, así que lo mejor era empezar cuanto antes.


Bill dijo que Mila recordaba haber visto un dibujo de un dragón muy similar al de mi anillo en un libro de la biblioteca de Jörg pero no recordaba en cual porque lo había visto hace muchos años, así que no tuvimos de otra más que ponernos a buscarlo una tarde, aprovechando que Jehanne y los papás de Bill habían salido a cazar. Tom se ofreció a buscar algo en Internet mientras Mila, Andreas, Bill y yo buscábamos en los libros.
Al principio no tuvimos mucha suerte, la biblioteca era un salón enorme, lleno de estanterías y había demasiados libros, además trataban de temas muy diferentes, aunque la mayoría eran de medicina obviamente, pero justo cuando estaba recargada sobre un estante, suspirando decepcionada por lo infructuoso de nuestra búsqueda, Andreas encontró algo que llamó nuestra atención


-¡Miren esto! –dijo mientras nos mostraba un libro de tamaño mediano con cubierta de piel negra.


Bill lo tomó y pude ver que el paso del tiempo ya había causado estragos en el libro, las hojas estaban amarillas, los bordes estaban carcomidos y las letras eran un poco borrosas, claro que eso no sería ningún problema para la perfecta vista de un vampiro, pero desgraciadamente para mí significó todo un reto leerlo.


Se trataba de ensayos y cosas relacionadas con el vampirismo, en la página que había visto Andreas había un dibujo de un dragón apoyado en sus patas traseras y lanzando fuego, según Mila se trataba del mismo que ella había visto, mencionaba que era el símbolo de un grupo de Brujas y Hechiceros llamado “La Sociedad del Dragón”, la fecha de su origen no se conocía con exactitud pero se sabía que era muy antiguo, tal vez varios cientos de años, decía que era una especie de hermandad que se dedicaba a exterminar vampiros... ¡Oh no! lo que me faltaba, de nuevo esos dichosos Brujos...


-¿Pero cómo se supone que llegó hasta mí un anillo con ese símbolo?- casi al mismo tiempo de formular la pregunta me arrepentí cuando noté las miradas nerviosas de los demás...




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Les gusta??? pliss comenten!!!
y vielen dansk por leer!!! =)





27 nov 2011

Capítulo 43:

--------Narra Beth--------



Mi mamá parecía nerviosa, no lo sé... tal vez solo estaba viendo cosas donde no las había. Decidí dejarlo pasar por el momento, pensé que tal vez al final sí sería buena idea pedirle ayuda a Bill, él se había ofrecido a “averiguar” un poco revisando los pensamientos de mi mamá, la verdad, al principio no me agradó mucho la idea, pero estaba decidida a volver de este viaje sabiendo toda la verdad sobre el anillo y las cosas extrañas que era capaz de hacer... bueno ok, en realidad no estaba muy segura de que el anillo hiciera algo más que solo “bloquear” los poderes de algunos vampiros, todavía no sabía si había sido real el día que me había “transportado” a la recámara de Bill ¡Eso sí que era extraño! porque ahora que lo recordaba, en ese momento no traía puesto el anillo...

¿Cómo se supone entonces, que su magia hubiera hecho posible el “traslado” hasta su casa? suspiré... esto era realmente confuso y definitivamente tenía que hacer que mi mamá recordara todo lo que supiera del anillo.




Más tarde, mamá se ofreció a llevarnos a Bill y a mí a dar un paseo por las calles de París, visitamos varios lugares: L`Arc del Triomphe,


Musèe Le Louvre, mientras recorríamos el museo Bill fue algo así como nuestra guía, él sabe muchísimas cosas, no de la manera normal en la que te lo esperarías como un chico al que le interesa mucho aprender de historia y arte, sino del tipo en que uno conoce porque lo ha vivido y creo que dejó impresionada a mamá, eso era bueno, le haría ganar más puntos con ella, por suerte el sol no era muy radiante que digamos, estaba nublado y caía una ligera llovizna que apenas si se sentía, aún así Bill lo bloqueó utilizando una gorra, pero el viento era frío... bueno, a estas alturas el frío ya no era algo que me importara.




Nos detuvimos en un restaurante para comer algo y después mamá nos tuvo que dejar para marcharse al trabajo así que tuvimos que movernos los dos solos durante toda la tarde, pero no tuvimos ningún problema ya que Bill hizo uso de su (según él) escaso conocimiento del francés, aunque a mí me dio la impresión de que prácticamente podía dar clases.


Realmente resultó ser tan maravilloso y romántico como lo había soñado, ahora estaba segura que pasara lo que pasara nunca iba a olvidar este viaje. Visitamos La Tour Eiffel y recorrimos Parc Monceau tomados de la mano mientras le platicaba a Bill de mi charla con mamá, acordamos volver a tocar el tema al día siguiente, esa era prácticamente mi “ultima” oportunidad antes de que mamá regresara al trabajo, él estuvo de acuerdo en ayudarme, pero me aseguró que lo mejor era que yo hablara con ella, ya que finalmente se había dado cuenta que no era muy educado de su parte leer la mente de su suegra, eso sonaba extraño viniendo de él ¿De cuando acá le parecía descortés indagar en la mente de los demás?




Bill me llevó a la casa de Henry y después se fue a su hotel, platiqué un rato con ellos y luego subí a mi cuarto, estaba cansada, me dolían los pies por la caminata de todo el día y me sentía un poco ansiosa por aclarar de una buena vez todas mis dudas sobre el anillo, pero logré dormirme casi inmediatamente después de poner la cabeza sobre la almohada.





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Sentí que el alma se me caía hasta los pies cuando ella se llevó las manos a la cara y comenzó a sollozar, no solo me dolía ver a mamá en ese estado sino que de nuevo ese mal presentimiento que había tenido al abordar el avión se apoderó de mí, sentía un nudo en el estomago y comenzaba a arrepentirme de haber insistido tanto... pero ya era tarde para eso, había pasado toda la mañana presionándola para que recordara y me contara todo lo que sabía del anillo. No sabía que decirle así que solo podía esperar que ella dijera algo mientras yo la miraba con los ojos dilatados por la angustia.


Logró calmarse un poco y respiró profundamente como si estuviera tomando valor para decir algo, apenas habían pasado unos segundos pero yo sentía como si fueran horas, cuando por fin comenzó a hablar, todo lo que decía al principio era que la perdonara, yo no entendía nada pero le aseguré que todo estaría bien, no necesitaba disculparse...
Cuando terminó de contarme todo, me abrazó y me miraba con una profunda tristeza reflejada en sus ojos, supongo que esperaba que rompiera a llorar, pero aunque tenía ganas de hacerlo no podía, no podía derramar una sola lágrima, no hasta que pudiera procesar todas sus palabras juntas y lo que significaban: “Arthur y yo no somos tus padres” , aunque lo había dicho de una manera que no sonaba cruel o dura, me resultaba difícil asimilarlo, después de que pronunciara eso fue como si ya no fuera capaz de escuchar o por lo menos de entender nada.


Lo único que quería era estar sola, al menos por un rato, así que salí corriendo y me encerré en mi cuarto y me dejé caer en el suelo, no entendía por que tenían que haberse quedado callados y no decirme la verdad antes... sentía todo un torbellino de emociones recorriendo mi cabeza, quería gritar, quería aventar cualquier cosa que tuviera en frente y finalmente sentí como comenzaban a picarme los ojos y las lágrimas comenzaron a brotar sin que pudiera hacer nada por evitarlas... aunque sinceramente no las evitaría, al contrario, fueron como un bálsamo... seguía sintiendo una tristeza demasiado grande, tan grande que me dolía todo el cuerpo, pero me di cuenta que llorar me hacía serenarme un poco y poder pensar.


Era extraño, porque después de unos momentos toda la ira y el coraje que sentía hacia mis papás por no haberme dicho toda la verdad desde un principio se convirtió en agradecimiento puro y profundo, realmente no tenía ninguna razón para quejarme, a pesar de no llevar su sangre ellos siempre me habían querido y protegido como si realmente fuera su hija, en cambio no pude evitar que todo mi coraje se volcara sobre los que se suponía serían mis verdaderos padres, no los conocía pero tampoco quería hacerlo... al menos no de momento, pensaba que tal vez eran las peores personas de este mundo, si no ¿De que otra manera se puede abandonar a un hijo? y sobre todo de esa forma.


Me sentía tan confundida, tan triste... tan mal y todo era culpa de ese maldito anillo, ahora lo aborrecía, no quería seguir teniéndolo puesto, eso solo me recordaba el abandono de mis verdaderos padres, ¿Qué conseguían dejándome un simple anillo “de recuerdo”? ¿Tal vez pensaban que cuando lo viera los recordaría con cariño? No puedes sentir cariño por unas personas completamente desconocidas.


Me lo quité de un tirón y lo aventé al suelo lo más lejos que pude, como si de esa manera pudiera sacarme todo la tristeza que sentía... y seguí llorando, solo tenía ganas de estar en ese momento con una persona, la única que siempre lograba hacerme sentir bien, deseé con todas mis fuerzas estar con Bill... y de pronto sentí una mano sobre mi espalda y alguien me abrazaba...




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